12

164 16 12
                                    


-Ey. -Me estremezco mientras giro lentamente pero me relajo en cuanto veo a Erika, que no tarda en sentarse a mi lado. -Eso fue una sorpresa. -Escondo mi cara entre mis rodillas tras un suspiro, tenía un nudo en el estómago que no me dejaba responder. -Puede que no sea tan malo, a lo mejor no tarda en irse. -Sigo sin responder y siento como se arrima a mi y antes de que le de tiempo a dejar su brazo sobre mis hombros la abrazo. 

-Vamos a quedarnos así un rato. -No dice nada pero en su lugar se dedica a acariciar mi pelo.

-Oye. -Habla un rato después. -¿Qué es lo peor que podría pasar si te descubre? -Me doy la vuelta acostada sobre su regazo para poder mirarla.

-Siempre a preferido la tortura como castigo, le gusta jugar con tu mente.

-¿Nunca te has enfrentado a ella?

-He vivido con miedo pero sí hubo una vez... -Veo las hojas caer recordando aquel momento en el que me obliga a hacer cosas en contra de mi voluntad. -Prefiero no sacarlo a la luz. -Vuelvo a mirarla. -¿Qué hay de ti? Tampoco pasas desapercibida.

-Tampoco es fácil... -Nuestros ojos se encuentran. -Pero al menos no salí hufflepuff. -Finjo un puchero pero ambas reímos. Me aparta un mechón de pelo. -
¿Cómo has...? -Me acaricio la oreja.

-Se me dan bien las pociones. 

-¿Y cómo te sientes?

-Solo es una multijugos, la herida no desaparece pero no se ve. -Rompo el silencio. -¿Qué clase toca?

-Historia de la magia. -Decae al momento en que lo recuerda y no puedo evitar soltar una carcajada. -No me apetece nada... -Me mira de forma pícara. -¿Hacemos pellas? -Me incorporo instantáneamente.

-¿¡Qué!?

-Vamos, ya nos lo sabemos, es lo mismo de siempre, por no decir que ya lo estudiamos en casa, ¿o me equivoco? -Me estremezco, tenía razón pero no me convencía.

-¿Crees que estoy en condiciones?

Pone su mano en mi oreja de nuevo seria. -No. 

-Se darán cuenta.

-Tú eres hufflepuff, nadie espera que hagas eso, pondrán excusas y yo, yo me apellido slytherin, solo haré honor a mi nombre. -Arquea una ceja jugando conmigo esperando mi respuesta a lo que yo bufo dejándome llevar por sus encantos.

-Eres una mala influencia para mí. -Ríe al levantarse y me ayuda.

-Nunca nadie me había dicho algo tan bonito. -Sin soltar su mano corremos hacia el bosque prohibido evitando al resto de alumnos.

-Me estoy empezando a acostumbrar a este lugar, otra mala idea. -Solo asiente orgullosa. -¿Te das cuenta de las consecuencias si nos atrapan?

-Está prohibido, ¿quién vendría aquí y sería capaz de entregarnos? ¿Cómo explicaría que nos ha encontrado?

-¿Y los profesores?

-Eh... ¿Los que están dando la clase? -Me encojo de hombros. -Solo relájate, estaremos bien.

Así pasamos el día, en el bosque prohibido era difícil mantener el tiempo alerta y para cuando nos dimos cuenta ya iba a atardecer. -Mierda. -Me volteo para verla y señalo el cielo. -Nos hemos ausentado mas de una clase. -No puedo evitar dejar caer mi mandíbula pero en vez de asustarse dio una patada al agua salpicándome, estábamos paseando por el borde de un extenso lago, nos habíamos adentrado tanto en el bosque que dudaba que alguien hubiera llegado hasta aquí.

-¿Cual es el problema? -Salta y al salpicarme nuevamente no puedo evitar cubrirme con las manos pero ella solo ríe cual niña salir victoriosa de una travesura.

-Como vuelvas a mojarme voy a-

Antes de que pueda terminar mi frase vuelve a saltar. -¿A qué? ¿Vas a pegarme? Pero que miedo... -Finge asustarse a lo que yo repiro hondo.

-Con que esas tenemos, ¿eh? -Saco mi varita mientras simula terror pero no tarda en parar e cuanto me escucha pronunciar el hechizo. -¡Aguamenti! -Aparto la cara y extiendo el brazo para no mojarme pero en cuanto vuelvo a verla la había mojado por completo, el pelo oscuro pasaba desapercibido con la capa pero todo en ella goteaba, en cuanto abre la boca escupe todo el agua que le había entrado al burlarse de mí. Nos miramos mutuamente sin saber que decir pero en cuanto en mi rostro se iba formando lentamente una sonrisa la veo saltar sobre mí tirándome al agua, durante la caída el tiempo se ralentizó, solo podía verla a ella. Al caer ambas no dejamos de reír, me sentía feliz, me incorporé pero me extrañó verla ruborizar y apartar la mirada, miré nuestra posición y no pude evitar soltar una carcajada, antes de que le diera tiempo a levantarse la agarro del brazo y la atraigo hacia mí con un impulso hasta chocar nuestros labios. Con una mano sostuve su mejilla presionándola cada vez más cerca mientras con la otra mantenía el equilibrio contra el suelo, mi capa se resbalaba poco a poco dejando ver sobre mi hombro la camisa blanca transparentándose y la corbata desordenada. En cuanto nos separamos por la desdichada necesidad de respirar no puedo evitar derretirme al verla sonrojada, se veía tan frágil y distinta de lo habitual que creo que nunca me cansaría de mirarla pero no resiste darme el poder y decide romper el silencio.

-A la próxima te tomaré en serio. -Hincha las mejillas.

-Eso te pasa por-

Al momento me cae una gota, alzo la cabeza para ver el cielo escurecer rápidamente cubierto totalmente por grandes nubarrones y un segundo después comienza a llover brutalmente sin darme tiempo a reaccionar, Erika ríe y me ayuda a levantarme.

-Deberíamos volver antes de que esto vaya a más, aunque no sé si el posible mojarnos más. -Sacudo mi ropa.

-Oh... Créeme, sí que podemos mojarnos más. -Me guiña un ojo y comienza a correr a la orilla a lo que al comprender a lo que se refiere no puedo evitar sonrojarme de arriba a abajo, todo mi cuerpo se calentó de la sorpresa pero agito mi cabeza intentando borrarlo de mi mente y me uno a ella.

-¿Cómo volvemos?

-Volemos. -Antes de recordarle que no habíamos traído la escoba me sujeta la mano y saca su varita apuntándonos. -¡Ascendio! -Comenzamos a elevarnos algo torpes pero tras un rato le pillamos el ritmo y volvemos a la misma entrada "secreta" de esta mañana, al llegar al suelo nos miramos sin poder esconder nuestra sonrisa, nunca la había visto sonreír tanto.

-Supongo que aquí nos separamos.

-Mejor vuelve antes de que te cruces con algún profesor. -Asiento y antes de terminar de cruzar la puerta vuelvo a mirarla.

-Gracias. -Vuelvo corriendo a mi sala común, esquivando a algunos profesores que no consiguen pillarme pero cuando creía que había llegado a la cocina choco contra un pesado cuerpo y caigo al suelo.

-Ya decía yo que por aquí olía a cloaca.

Esa voz aguda me hace entumecer y lentamente alzo la mirada. 

-Madre...

Hufflepuff con genes oscuros... ¿O de color rosa?  [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora