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Al amanecer me desperté antes de lo habitual. Una vez me vestí cogí mi escoba y volé lejos, a esa hora nadie me encontraría así que me alejé hasta un acantilado, seguía enfadada por lo de la noche anterior. ¿No le importa mi apellido pero me evita igual? Seguro... No es más que una cobarde. Al momento toda mi ira se esfuma transformándose en decepción, me siento en el borde y junto mis rodillas hasta mi pecho. -Volví a quedarme sola... -Suspiro y siento como mi felicidad desaparece. Una vez el sol terminó de amanecer regreso volando lentamente pero poco a poco me invade un olor a quemado. -¿Qué...? -Al acercarme lo suficiente puedo ver hordas de Banshees atacar el castillo, volé hasta él esquivando algunos ataques pero al acercarme suficiente choqué contra una barrera, los profesores, aún en pijama, estaban protegiendo Hogwarts junto con los mayores, podía ver gran parte de los alumnos fuera mientras que otros se escondían en el interior. Intenté llamarlos pero nadie me oía, eran demasiados para mí, comencé a huir de un grupo pero no duré mucho hasta que me alcanzaran. -¡Expulso! -Grito creyendo haberme librado de los más cercanos pero de la nube de humo aparece uno atrapándome de imprevisto, en cuanto su voz me atrapa no puedo evitar perder el equilibrio y soltarme para taparme los oídos. "Duele", es lo único que pensé en ese instante, el grito de un banshee es mortal y, a pesar de haberme salvado en aquel momento, me mataría la caida. El ruido me había dejado nada más que un horroroso pitido en las orejas que me tapaba aún cayendo, veía salir gotas de sangre que se escapaban de mis palmas pero me daba igual, hasta hace un momento todo era tranquilo y, sin embargo, ahora iba a morir. Mientras veía como varios todavía volaban por mí no pude evitar sentir rabia, nada me había salido bien, de nuevo me quedé sola y nadie vendría. Intenté alcanzar la varita, quería al menos librarme de ellos pero cada vez que me destapaba la oreja el dolor aumentaba. Cuando me di por vencida no pude evitar que las lágrimas cayeran de mí, no quería acabar así... De pronto sentí un balanceó en mi cuerpo, creí haber caido pero seguía viva, abrí los ojos y vi la parte trasera de una capa familiar, un dulce aroma a menta me invadió por completo, al recobrar el sentido noté como estaba sentaba sobre una escoba sin embargo un brazo me sostenía fuertemente, en cuanto el pitido se iba esfumando escuchaba una voz distorsionada pero entendible. 

-¡Kate! ¿¡Kate, me oyes!? ¡Dime algo o-! -Antes de que terminara me apoyé lentamente sobre ella y bajé mis manos temblorosas manchadas de sangre hasta abrazarla. Me sentía segura pero la adrenalina no me dejaba dejar de llorar, simplemente las lágrimas salían. No tardó en dejar atrás a los banshees pero en vez de volver nos escondimos en el bosque prohibido, bajamos lentamente hasta quedar de rodillas en el suelo, no la había soltado todavía y no me sentía preparada para hacerlo, no quería que me viese así, no ella. -Kate... Necesitas curarte. -No respondo. -¿Quieres que no te mire? -Asiento lentamente hasta que se levanta sosteniendo mi mano un paso por delante. -Vamos. -La imito quedándome detrás cabizbaja hasta llegar a una especie de cabaña vieja. -Puede que tenga algo útil, siéntate. -La obedezco hasta que tras rebuscar entre pociones se sienta a mi lado. -Necesito que me mires. -Al no moverme baja la mano que sostenía un paño húmedo. -Por favor. -Alzo la cabeza hasta mirarla a los ojos, aún que intenta ocultarlo puedo verla estremecerse. -¿Puedes oírme bien? -Sonrío irónicamente pero no me queda suficiente fuerza para mantenerlo hasta que con el paño limpia suavemente la sangre que caía. -Este es mi lugar secreto. -Responde al darse cuenta de mi investigación. -No te evitaba, solo me escondía aquí. No me sentía bien y- 

Sostengo su muñeca parándola. -Ya estoy bien. -Intento levantarme pero pierdo el equilibrio en el intento cayendo sobre ella. Froto mi cabeza hasta darme cuenta de nuestra posición. Para protegerme de la caída me sostuvo en un abrazo, estábamos tendidas en el suelo, tenía una rodilla entre sus piernas pero nos mirábamos fijamente, y de nuevo, no podía leer sus pensamientos, era un libro cerrado lleno de misterios. -Perdona. -En cuanto intento incorporarme sus manos atrapan mi corbata y tras un impulso hacia ella siento nuestros labios juntarse. Dulce. Tras varios minutos nos separamos con la necesidad de respirar, mi cuerpo había aumentado la temperatura hasta tal punto de hacerme tener calor, quería quitarme la capa intentando bajarla pero a la vez quería esconderme en ella, sin embargo, me quedé paralizada. 

-Por esto me escondía. -Acaricia mi mejilla con una débil sonrisa. Era la primera vez que podía ver miedo en ella, estaba asustada, asustada pero, ¿de qué? Al rechazo o sus sentimientos? ¿Qué era lo que realmente temía? -Lo sé... -Antes de que le de tiempo la callo devolviéndole el beso.

Hufflepuff con genes oscuros... ¿O de color rosa?  [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora