Hufflepuff con genes oscuros... ¿O de color rosa? [TERMINADA]

9

Pasaron varios días sin volver a cruzarme con Erika, no importaba lo que me esforzara en buscarla, todo era inútil, a veces pensaba que me la cruzaba en los pasillos pero era invisible, comencé a creer que se estaba alejando de mi. Acababa de salir de clase, teníamos rato libre, pensé en acercarme a los dormitorios Slytherings pero cambié de opinión, si lo que quería era alejarse de mi iba a respetar su decisión... Además, todos me miraban mal y era incómodo, tampoco quería cruzarme con Tom o Marc. Salí en busca de aire y un lugar tranquilo pero antes de cruzar la esquinas escuché unas risas que me paralizaron.

-Si, recuerda, esta noche, y traelos a todos.

-¿Pero estás seguro de que vendrá?

-Ja, eso está hecho. Tú sólo cumple tu parte.

Después de aquello me escondí, pues mientras que unos pasos se alejaban otros se aproximaban. Me oculté tras un arbusto sin llegar a ver rostro alguno, tan solo una capa Slythering.

Pasé el día distraída, ¿"esta noche"? ¿Qué iba a pasar esta noche? ¿Y dónde? Me llamaron la atención varias veces pero nada cambió, dándose por vencidos los maestros. Al llegar la noche estaba recostada acariciando a Yuki mientras observaba la noche cristalina, si al menos supiera dónde... No, no era de mi incumbencia.
Cuando estaba apunto de cerrar la ventana pude distinguir una figura en la oscuridad, me asomé y vi a Erika, mi rostro se iluminó al volver a verla pero algo iba mal, tenía un mal presentimiento, en cuanto se alejó de mi alcance me puse nerviosa. Me levanté y cogí mi varita y mi escoba, estaba dispuesta a salir.

-Dicen que la curiosidad mató al gato... - Me giré observando a Yuki algo decaída. - Pero los gatos tienen siete vidas. - Alcé la mirada y salí volando, literalmente. Seguí a Erika, no entendía que pretendía hacer, se alejó de los dormitorios y entró en el bosque. - Parece que le gusta demasiado. - Bajé lentamente siguiéndola a distancia pero algo cambió, al llegar a una pequeña explanada a la distancia vi a un gran grupo de magos, uno dio un paso hacia delante.

-Sabía que vendrías... - Sin duda lo reconocía, era Marc.

-¿Dónde está Katherine? - ¿Eh? ¿Yo? Se veía seria y firme.

-Tranquila, las cosas poco a poco... En realidad solo queríamos hablar contigo.

-¿No le habéis hecho nada? - ¿A mi? Parece aliviada pero no la comprendía, ¿qué tenía que ver yo con todo esto?

-No todavía, pero debemos dejar las cosas claras. - Se cruza de brazos. - ¿De qué lado estás?

Ella tan sólo inclina la cabeza con cara de poker. - No se a qué te refieres.

-Iré directo al grano, eres un estorbo. - Resalta esta última palabra. - ¿Crees que por portar el apellido Slythering eres superior? Estamos hartos de verte indiferente ante tu propia casa, y por ello hemos decidido darte una lección...

-No deberíais meteros conmigo... - Agacha su mano hacia su portavarita pero se agacha al no encontrar nada.

-¿Sorprendida? No te íbamos a dejar venir armada.

-Eso es un acto muy cobarde, ¿no crees? - Sigue seria restándole importancia al asunto, acto que parecía sacarle de quicio a Marc, haciéndole gruñir.

-Aj... - Frunce el ceño haciendo una señal con la mano dando permiso al grupo y estos levantan sus varitas. - No dirás lo mismo después de esto. - Todos dijeron al unísono "Sectumsempra", Erika abrió los ojos sorprendida y se cubrió con los brazos pero logré ponerme delante apuntando con mi varita mientras gritaba "Crucio" sentada en mi escoba. Todos se apartaron al escucharlo, a nadie le apetecía ser maldito y sufrir un terrible dolor, estaba totalmente seria al darme cuenta, pero con su simple acto me habían cambiado el humor. - ¿C-cómo? - Se sorprenden. - ¡No sé qué haces aquí pero ese hechizo es una de las tres maldiciones imperdonables! - Grita histérico. - Se lo diré a-

-¿Ha quién? ¿Dumbledore? ¿Piensas decirle que una hufflepuff de primero se ha adentrado en plena noche en el bosque prohibido y os ha atacado? Está bien, decidlo, no creo que nadie os crea, pero tendréis que explicar que hacíais todos vosotros atacando a una chica indefensa, por la noche, en el bosque. - Elevo el mentón mirándolo con desprecio, acto que le hace retroceder con terror en sus ojos, algunos de ellos murmuraban mientras otros tan sólo huían. - ¿Y bien? Si ruigas te daré mi perdón. - Sonrio perversamente.

-E-estás loca... - Susurra atemorizado.

-Chicos, vámonos de aquí... - Supone uno a lo lejos.

-¡Expeledor! - Grito haciendo que la varita de Marc salga volando lejos de él dejándolo indefenso. - Intercambiemos papeles... - Antes de poder continuar salió corriendo junto al resto despavoridos, dejándonos solas. Al segurarme de que se habían alejado suspiré dejándome caer en el suelo.

-¿E-estás bien? - Pregunta irónicamente a la vez que sorprendida extendiendo su brazo sin estar segura de "consolarme".

-Por Merlín... ¡Qué miedo he pasado! -Suelto los brazos como si dejara caer una carga de mis hombros. - ¡Podría haberlos matado sin querer! ¡Siquiera sabía si podría seguir, me temblaban las piernas, creía que me iba a desmaya de la presión! - Erika suspira aliviada.

-La verdad... Has asustado bastante, creí que ibas en serio. - Pasa su mano por su frente hasta revolverse el pelo. - Era un grupo de... ¿Qué? ¿Quince magos? Además, ¿qué hacías aquí?

-De nada, ha sido un placer. - Fingí burla al ver que no me lo agradecía. - Les escuché planear algo esta mañana y después te vi... - La miré a los ojos. - Oye... ¿Me estás evitando? - Eleva las cejas. - Es decir... Desde que sabes quién soy no te he vuelto a ver, dijiste que no te importaba pero habías desaparecido totalmente de mi alrededor, como si nunca hubiera pasado.

-Pues esto si que ha pasado. - Guarda silencio al ver que no cambio de expresión. - No me importa tu apellido pero, supongo que si me he estado escondiendo un poco. - Aparta la mirada. - Pero-

Me levanté sin decir nada, recogí mi escoba y me senté sin darle tiempo ha hablar. - Pues perdón por buscarte. - Respondo algo indignada por dentro, ¿qué esperaba? ¿Qué todo fuera un error por mi mente paranoica? Seguro... Me alejé volando sin darle tiempo a reaccionar, no me gustaba pero iba a respetar su decisión.