Capítulo 9

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–¿Qué haces aquí?

–No, ¿qué haces tú aquí?

Ambas chicas se miraron sorprendidas, Lisa rapidamente apartó su mirada y empezó a forzar la puerta, intentando abrirla por arte de magia.

–Esta cerrada con llave espabilada. -dijo Jennie quieta en su sitio.

–Cállate -dijo Lisa tajante y Jennie alzó la ceja derecha. La rubia nunca le había hablado así, estaba acostumbrada a sus mensajes vacilándola pero al fin y al cabo, mensajes que acababan en alagos.

–Sólo te digo lo que acaba de pasar y la puerta está con llave. Tranquila que no muerdo.

–Agggggggg -dijo Lisa, dándole la espalda y poniendo sus manos sobre la cabeza, como si estuviera pensando una manera de salir de ahí-. Voy a llamar a Rosé.

–Pues dado que seguramente esto lo ha organizado tú amiga y Jisoo dudo mucho que vengan ahora a salvarte -dijo Jennie con un poco de cabreo, Lisa estaba siendo insoportable.

–Pues a Jimin.

Lisa marcó el número pero no daba línea. No habia cobertura en ese almacen, se estaba empezando a desesperar.

Jennie la miró y algo en su estómago se revolvió. Supongo que si Jisoo organizó esto sería para que hablaran y este era el momento perfecto para que Lisa la escuchara. Y no perdería la oportunidad.

–Lisa... -La rubia se giró para mirarla y Jennie volvió a hablar-. Lo siento. -su cabeza estaba gacha.

Lisa la miraba intensamente. La vio tan indefensa en ese momento que solo quiso acercarse para abrazarla, pero prefirió seguir con su lado duro y quedarse en su sitio. Continuó mirándola, no tenia palabras exactas así que prefirio quedarse en silencio, sabía que Jennie volvería a hablar y así fue.

–Y-Yo... A ver. Te lo voy a decir ¿vale? Te lo voy a soltar y ya está, porque me estoy agobiando y si espero un rato más voy a explotar.

Lisa siguió mirándola, dándole a entender que podía hablar. Estando ahí encerradas, ¿qué iba a hacer?

–Lo que escuchaste en el baño es mentira. Yo no pensaba hacer eso. Jisoo es una persona muy cabezona y desde que le conté que me mandabas mensajes y yo te los respondía se obsesionó con que me gustabas. Cuando me llamó me empezó a decir que lo reconociera de una vez, y yo al estar tan cabreada dije eso. Pero no lo pienso, Lisa -Jennie la miró muy tiernamente, se acercó un par de pasos quedando a centimetros de la rubia.

–Jennie... -notó la cercanía y quiso alejarse, pero tenía una pared detrás que se lo impedía.

–Déjame acabar -Jennie cogio aire y continuó-. Yo no soy así. Yo soy Jennie Kim, paso de estas cosas. Si hay un malentendido, al final me la acaba sudando, no me molesto ni en arreglarlo. Pero contigo... Cuando te vi la cara, la decepción en tus ojos, algo dentro de mí se rompió. Y dolió, no sabes cuanto. No sé que has hecho conmigo, no sé por qué me paso el día pensando en ti ni por qué me acojona tanto el hecho de no volver a hablar contigo. Quizá Jisoo si que tenía razón y lo único que quiero es besarte.

La última frase la dijo casi sin aliento, las palabras bailaban por su boca sin darse cuenta de lo que estaba diciendo. Quién le iba a decir a Jennie que sería ella la que acabaría declarándose a su admiradora secreta. Lisa estaba atónita, sus labios estaban entreabiertos de la sorpresa. No le salian las palabras, y como Jennie estaba tan nerviosa, volvió a hablar.

–Vale. Bueno, supongo que no es mutuo. No pasa nada ¿sabes? Quiero decir, a veces doy por hecho que le gusto a todo el mundo. Dios, qué vergüenza -dijo la última frase mientras ponía sus manos en el rostro y se giraba, para darle la espalda a Lisa. Pero Lisa fue rápida y la sujetó.

–Deja de hablar ya -Lisa la atrajo hacia ella y antes de que Jennie pudiera tan solo pestañear, las manos de la rubia le agarraban el rostro y sus labios se fundian en los suyos.

El beso fue tan necesitado. En cuanto Jennie se dio cuenta de qué estaba ocurriendo, profundizó aun mas el beso. Era un beso con hambre, como si se fueran a comer, como si necesitaran esto como la vida misma. Lisa pasó su lengua por los labios de Jennie, haciendo que la castaña los abriera y así Lisa introduciera su lengua. Seguían besándose ferozmente y Lisa la agarró de la cadera, impulsándola hacia arriba para que Jennie entrelazara sus piernas en la cintura de la rubia.

Lisa la llevó hasta la mesa de informes del profesor de deporte. La sentó y volvió a colocar sus manos en el rostro de Jennie, volviéndola a besar profundamente. Ambas se estaban quedando sin aire pero ninguna quería parar.
Jennie mordió el labio inferior de Lisa y tiró de él, haciendo que la rubia soltara un pequeño gemido, el cual hizo que Jennie la besara de nuevo más fuerte.

La falta de aire estaba haciendo mucho mas notoria asi que poco a poco y entre besos empezaron a separarse.

–No te imaginas -Lisa la besó mientras hablaba- cuanto -otro beso- me gustas -otro beso.

Jennie sonrió.

–¿De verdad? -dijo con una sonrisa en su rostro.

–Desde el primer momento que te vi. Jamás pensé que esto sucedería, la verdad.

–Pues yo te veía muy segura de que sí en tus mensajes -dijo sugerente dándole un golpecito a Lisa en el hombro.

–A través de una pantalla todos somos valientes, pero yo estaba cagada -Jennie comenzó a reir y Lisa se tapó el rostro. Intentó alejarse pero Jennie aun la tenía rodeada con sus piernas, asi que la acercó más a ella.

–¿Te cuento un secreto? -dijo Jennie susurrando, haciendo que Lisa destapara su cara.

—Sí.

–Tu también me ponías nerviosa.

Lisa arqueó sus cejas.

–¿Yoooooooo? Pero si eras super borde conmigo.

–Hombre, si te parece caigo rendida en tus brazos al tercer mensaje. Pero me pareció muy bonita la forma en la que me hablabas y cómo te acercaste a mí. -Lisa sonrió-. La mayoría de mis admiradores son más de acosar y ser pesados, tú no tanto.

–¿Yo no tanto? -preguntó Lisa sugerente.

–Seh, tu un poco menos -rió Jennie.

–Supongo que ser un poco menos me da permiso para hacer esto -Lisa la sujetó de su chaqueta y la acercó a ella, dandole un beso profundo, continuado de muchos besos cortos.

Lisa volvió a hablar al separarse.

–Y que te dejen tranquila los admiradores, que ya has encontrado a tu admiradora favorita.

Jennie esbozó una sonrisa. Ambas se sonrieron y volvieron a besarse.

A lo lejos, a traves de la ventana trasera del trastero, se podía ver a Jisoo y Rosé mirando atentamente. Al ver la escena, chocaron sus manos y decidieron retirarse, su trabajo ya estaba hecho. Se dirigieron a la puerta del almacen para quitarles la llave y así pudieran salir.

Conocerte | JenlisaWhere stories live. Discover now