XIV. Dinero siendo hecho

Magsimula sa umpisa
                                    

"Sé cómo funcionan los derivados financieros", acoto. "Tengo una maestría en administración de negocios. Entonces, ¿muchos de esos contratos están siendo firmados en este momento? ¿Es eso lo que estás diciendo?"

"Muchos. Muchísimos", responde Morgan. Seguimos parados junto a la puerta sin abrirla.

"¿Cómo sabrías eso?", interviene Murphy, parada detrás de mí.

"En la ciudad hay un par de buenos abogados especializados en esto. Abogados que manejan grandes cantidades de dinero y que son confiables en esta clase de transacciones", explica Ana. "Ambos han estado muy ocupados en las últimas horas. Fueron despertados en su casa y tuvieron que salir a sus respectivas oficinas. Ahí están en estos momentos"

"Por dios", me comenta Murphy. "Alguien sabe lo que está pasando. ¿Sería ése el plan todo el tiempo? ¿Hacer dinero? ¿De eso se trata todo?"

"Pero no tiene sentido", respondo. "Si se supiera lo que está pasando las acciones no subirían, sino que bajarían. La gente estaría confiando menos en el Grupo y querría salir. Para eso tendría que vender las acciones a un menor precio. Con lo que está pasando nadie está ganando dinero, sino que están perdiendo"

"Pues, sea como sea, está pasando", comenta Morgan.

"A menos que sea una apuesta a largo plazo", Ana mete sus manos al bosillo y habla en voz baja. "Digamos que la persona que está haciendo estas compras sabe todo lo que está pasando. Pero además tiene un plan que va más allá de esta noche. Que está apostando a que las acciones subirán luego a su nivel normal. Más arriba, incluso"

"Es una posilidad", acepto. "Estaría comprando acciones a un precio excepcionalmente bajo. Luego, cuando la empresa se recupere y las acciones suban nuevamente, las vendería a un precio alto. Estaría haciendo muchísimo dinero"

"En ese caso lo que necesitamos saber es quién está comprando las acciones", Murphy pone una mano sobre la puerta. "Quién está generando estos contratos"

"Eso no va a ser difícil de averiguar", comenta Morgan. "Va a ser cuestión de ponerse en contacto con uno de estos abogados y motivarlo a revelar esa información"

"Está bien", le digo a Morgan. "Pero necesitamos que esa motivación sea sutil y amigable. Es bastante probable que luego necesitemos de estos abogados para revertir la situación"

"¿Es eso un plan?", pregunta Morgan. "Usted es el jefe y si me dice que salte, voy y salto. Pero quizás debamos pensar esto un poco. ¿Queremos regresar a la situación inicial? Lo digo, porque hace un rato usted estaba hablando de que ya saltamos el río Rubicon y toda la implicancia de Julio César. Yo estoy de acuerdo con eso. La suerte ya está echada. Deberíamos tirar hacia adelante"

"Tienes razón", le digo abriendo la puerta gris. "No es posible regresar a la situación inicial. Sin embargo, necesito saber más sobre nuestro inversionista misterioso. Necesito saber quién está detrás de estos contratos para saber si nos conviene apoyar ese proceso o detenerlo. ¿Podrás averiguar eso cuanto antes?"

"Trataré de hacerlo lo más rápido posible", me dice Morgan adelantándose a nosotros en las escaleras que hay detrás de la puerta. "Vamos Ana. Tenemos trabajo"

Ellos se adelantan y me dejan con Murphy Warren. Ella está como siempre. Ésa quizás es su más impactante cualidad. Mantiene la calma en las situaciones más inverosímiles.

"Mientras ellos averiguan eso, nosotros tenemos un problema práctico que resolver", me dice subiendo las escaleras lentamente. "Necesitamos saber de qué se trata el plan de Laura. Necesitamos saber más. De lo contrario estamos volando a ciegas"

"Definitivamente", asiento. "El problema es que ella no se deja. No vamos a poder sacarle nada a menos que podamos hablar con ella cara a cara. ¿Podemos hacer eso?"

"Quizás Jordan pueda hackear algo. Voy a coordinar con él", me dice ella. "Pero sabes que hay otro detalle"

Sé a lo que se refiere. Nosotros nunca hemos levantado la mano a nuestros empleadores. Los De la Cruz son sagrados. No solo por el hecho de que son seres oscuros con habilidades sobrenaturales que deberían infundir miedo y horror en cualquier persona cuerda, sino que además son los dueños legales del Grupo. Ellos son los propietarios de la mayoría de la empresa. Sería altamente ilegal que nos rebelemos contra ellos.

"Como lo veo hay dos aspectos que hay que solucionar", le respondo mientras seguimos subiendo lentamente las escaleras. "Está el aspecto legal y el aspecto táctico. Primero, tenemos que asegurarnos de que la destrucción de los De la Cruz no genere caos en la propiedad del Grupo. Voy a ir a hablar con Emilia al respecto. El segundo aspecto te concierne a ti. Llegado el momento, ¿vamos a poder controlar a estos vampiros?"

"No lo sé...", comienza a responder Murphy, pero no termina.

En ese momento la puerta se abre de manera violenta. Detrás del umbral podemos ver a William De la Cruz. Esta vez no está solo. Está acompañado de otros dos congéneres suyo. A uno de ellos lo reconozco. Es Griffin De la Cruz. Es relativamente joven. Progresista. Ha estado sugiriendo cambios y reformas a la manera como hacemos las cosas en la calle Abastos. Es más pequeño que William y más flaco. Tiene una mirada atenta. Serio. Pelo corto. Pálido como solo ellos pueden ser.

El otro es una vampira que vemos muy poco. Es una de las reservadas. De las que se mantienen en las sombras y que no se relacionan con los humanos. La he visto un par de veces, no más. Tiene pelo sucio y descuidado. Alguna vez fue rubio.

"Aquí estás. Tuve que seguir tu olor para encontrarte", dice William molesto. "Pensé que había dejado claro que yo quería ser el que me encargase de Francisco. ¿No fui suficientemente claro?"

Yo no respondo. Sé que no importa lo que diga. Estoy en problemas.

Los vampiros de la calle AbastosTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon