¬La Bestia [Kongpob×Arthit]

Capítulo 3

ㅡHey ...

Pero antes de que Kong pudiera formar una media sonrisa, Arthit se lanzó hacia adelante, agarrando su rostro entre ambas palmas y chocando sus bocas. Una. Dos veces. Varias veces. Una y otra vez.

Chup. Chup.

Chup ... Chup ... chup ... chupppp ...

Arthit podía sentir la sonrisa de Kong debajo de su boca, no estaba interesado en dejarlo ir todavía. Empujando sus dedos profundamente en las deliciosas hebras del cabello de Kong, inclinando su cabeza para tener un mejor acceso a los recovecos de su boca. Estaba tan desesperado por saborear hasta el último centímetro de Kong, que tuvo un intenso deseo de verificar la presencia a su lado. Queriendo hacer cualquier cosa, todo para asegurarse de que lo que estaba sintiendo en ese momento era real. Que no volvería a despertarse, angustiado y solo en su cama.

Y sin intercambiar una palabra, sin siquiera romper el contacto entre sus labios, Kong entendió lo que Arthit necesitaba. Lo que ambos necesitaban. Entonces, mientras Arthit lo estaba alentando silenciosamente a que abriera aún más la boca, Kong cambió su posición para quedar sobre Arthit. Dejando caer algo de su peso sobre el cuerpo de Arthit. Sus pechos se apretaron uno contra el otro, Arthit todavía agarrando la cabeza de Kong entre ambas manos como si su vida dependiera de ello, sus lenguas luchando entre sí, Kong permitiendo que Arthit lo chupara a su gusto.

Arthit sintió a Kong tratando de alejarse un par de veces, intentando separarse de sus labios fusionados, pero obviamente, Arthit no dejaría pasar nada de eso. Envolvió sus brazos con más fuerza contra su espalda, acercándolos aún más, sus piernas encontrando el camino alrededor de la cintura de Kong, todas sus extremidades atrapando a un enrojecido Kong contra él. Sus caderas se movieron lentamente para frotar su duro y pulsante pene contra el de Kong, provocando un gemido bajo que hizo eco a su alrededor.

Y cuando Arthit finalmente dejó ir su regordete labio, jadeó un poco mientras miraba a los ojos de Kong. Las pupilas suaves, tranquilas y marrones se transformaron por completo en grandes globos de color amarillo brillante.

ㅡ¿Ko..Kong?

¿Era realmente Kong todavía? Tal vez. Tal vez no.

El hombre al que Arthit estaba mirando actualmente se parecía claramente a su Kong. Olía, se sentía, sonaba como Kong. Pero...pero los ojos que lo miraban ahora eran los de un depredador. Perfectamente listo para consumirlo vivo. Y curiosamente, lo excitó más de lo que podía describir.

Una sonrisa se formó en la boca de Kong mientras sus dedos acariciaban tiernamente la mandíbula de Arthit. Corriendo por sus mejillas antes de que las puntas delinearan sus suaves labios. Y en algún momento, mientras se curvaba alrededor del labio inferior, una garra larga y puntiaguda había emergido de la punta de su dedo, golpeando la amplitud regordeta. La afilada uña que viajaba contra la piel cremosa, bajaba por su pecho. La ligera presión del arma mortal que corría tan íntimamente por el cuerpo de Arthit, lo excitó cuando Kong le apretó las caderas. Sus erecciones crecieron juntas mientras la garra se movía más abajo. Trazando un camino peligroso a través de la nuca hasta llegar al cuello de su camiseta. Jugando con el trapo deshilachado por unos segundos antes de comenzar a rasgarlo lenta y sensualmente por el centro. La camiseta se abría alrededor de Arthit, exponiendo su pecho desnudo a los ojos hambrientos de Kong. La punta de la garra se frotaba contra su piel, temblando involuntariamente cuando la uña golpeó su pezón antes de descender por el ombligo, rodeándolo una vez, dos veces, tres veces y luego cayendo rápidamente hacia sus shorts. Rasgándolo en pedazos en cuestión de segundos. Dejando a Arthit completamente desnudo bajo Kong.