u n o

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Suspira mientras ve a través de su ventana como el chico de cabello rizado acababa de salir a hacer ejercicio, tenía una caminadora y un par de pesas en el balcón que usaba constantemente, cuatro veces a la semana para ser específicos. Joaquín tenía el mismo balcón que él pero, a diferencia del rizado, en el suyo había una casita de perro, un plato de comida y juguetes que pertenecían a Whisky; Emilio se pasa una mano por los rizos y a Joaquín se le va el aire por lo hermoso que es.

—¿Qué haces?— la voz de su madre lo sobresalta, haciendo que rápidamente cierre las cortinas y finja que no estaba espiando al vecino.

—N-Nada— respondió, cubriendo la ventana con su espalda como si su madre no fuera a notar que del otro lado estaba el vecino calentando para hacer ejercicio.

Emilio Osorio vivía en la casa de enfrente y la ventana de la habitación de Joaquín daba directamente al balcón del rizado, por lo que podía simplemente asomarse y ver a Emilio haciendo ejercicio o simplemente tomando un poco de aire.

Le había gustado el rizado desde que su familia tuvo que mudarse y fueron a parar a la casa que estaba frente a la de los Marcos. Cabe aclarar que nunca habían hablado más allá de un "Hola" o un "Nos vemos", ni siquiera creía que Emilio supiera su nombre completo, lo máximo que debe saber es que su segundo apellido es Gress, pero nada más.

Y aún así Joaquín vivía gustando de él. Aunque no podía verlo siempre, Emilio asistía a la escuela e iba a muchas fiestas, mientras que Joaquín había abandonado la prepa hacía un tiempo y en su lugar estudiaba en casa, por internet; así que había terminando recurriendo a las redes sociales, a veces revisaba su perfil en facebook (sin reaccionar ni haberle enviado solicitud de amistad porque era un pinche acosador) y lo había seguido en instagram y en twitter, porque Emilio no tenía por qué saber que lo seguía.

Igual dudaba que se fijara en todo el que lo seguía, porque tenía 3 mil seguidores en instagram y mil en twitter, era relativamente conocido por internet y Joaquín sabía que era porque Emilio es guapo y carismático, además baila, canta, toca el piano y la guitarra, ¿Quién no seguiría a alguien así?

—Hum, bueno— su madre hizo un puchero mientras cargaba la cesta de la ropa sucia, era sábado, día de lavado y llevaba ya en la cesta la ropa blanca de Renata—. Deja de ver a nada y ven a comer.

Dicho esto salió de su cuarto y cerró la puerta, Joaquín se acomodó un mechón de cabello que le había caído en la frente y de nuevo corrió la cortina para ver a Emilio. En lo que iba del día era casi lo único que había hecho, observarlo, porque no tenía nada que hacer y tampoco tenía ganas de salir con sus amigos, aparte de que sus clases del sábado ya habían terminado.

Llevaba la pijama puesta todavía, nunca se la quitaba en fines de semana y aún si lo hiciera seguía sin arreglarse mucho porque no tenía sentido ponerse su ropa de gala para estar todo el día sentado en el sillón viendo "Stranger Things" por Netflix. Emilio ya no estaba para cuando Joaquín volvió a ver y eso hizo que bufara, porque ya había valido madres, ya se lo había perdido todo.

Sí Emilio supiera que Joaquín lo espiaba por la ventana seguramente no volvería a hablarle en la vida, sabía que no actuaría de manera homofóbica porque él simplemente no era así, de hecho tenía un primo transexual, pero una cosa era tener personas cercanas que fueran de la comunidad a formar parte de ella. Aparte de que daba miedo ver todo lo que sabía Joaquín de Emilio, y eso es lo que daba más pena.

Joaquín sabía que Emilio tenía tres medios hermanos, se sabía sus nombres, el nombre de sus padres, sabía demasiadas cosas de él y ni siquiera le había hablado a profundidad en alguna ocasión. Emilio le gustaba demasiado, sus rizos brillantes, sus ojos, sus pestanas, su sonrisa, su mirada, sus manos, sus labios, su risa, su voz, su personalidad, su forma de ver la vida, su existencia misma hacía que Joaquín quisiera pasar toda su vida a su lado para protegerlo de todo el mal del mundo.

Todavía no lo conocía mucho, pero sabía que había una persona muchísimo más increíble que la que podía ver por fuera, Emilio le parecía atractivo físicamente pero no sólo eso, Joaquín quería conocerlo, saber sus defectos y debilidades, saber si prefería lo dulce o lo amargo pero también poder abrazarlo, hacerlo reír, consolarlo, protegerlo, enamorarse de Emilio y que Emilio se enamore de él.

Pero claro, Joaquín vivía en una burbuja de felicidad donde todo lo que deseaba se cumplía, porque la realidad era que no podría llegar a acercarse de esa manera ni queriendo y, aunque se volvieran amigos, Emilio no podría enamorarse de él. Bufó, y presionó el botón de "Aceptar" a una llamada por Skype sin fijarse en quien estaba llamándole.

—¡Hola!— reaccionó justo a tiempo para ver a la chica del otro lado agitando las manos emocionada, ella también estaba en su pijama de unicornio pero tenía una excusa porque allá eran las once de la noche. —¿Joaco? ¿Me estás oyendo?

—Lo siento, estaba en la pendeja, ¿Qué decías?— la chica rodó los ojos, pasándose un mechón de cabello negro detrás de la oreja, Joaquín pensó en que desearía ser una chica para poder acercarse a Emilio.

—Se nota— Joaquín gruñó como perro haciéndola reír—. Todavía estás en pijama y allá son las cinco de la tarde, ¿No?

—¿Cómo sabes?

—Existe el reloj mundial, ¿Sabías?

—Como sea— Joaquín le restó importancia encogiéndose de hombros—. Dime lo que me estabas diciendo.

—Te estaba diciendo que iré a México en un mes— anunció emocionada y eso hizo que pronto Joaquín se olvidara de Emilio para sonreír en grande porque pronto tendría a su amiga de vuelta.

—¿¡Qué!? ¿¡Por qué no me lo habías dicho!?— se acercó más a la pantalla, viendo como la chica hacía exactamente lo mismo y el cuerno del gorro de su pijama se movía de un lado al otro.

—Porque apenas me enteré hoy— la chica tomó de una taza que tenía al lado de la computadora por la que estaban hablando. —mi papá me compró un boleto a México de regalo de cumpleaños, ¿No es genial?

Joaquín no respondió y la vio cubrirse los oídos a través de la pantalla, sabiendo que él iba a gritar, cosa que hizo, lanzando un agudo gritito de felicidad.

—¡Claro que es genial!— dijo cuando terminó de gritar, María soltó una risa, feliz de la reacción de su mejor amigo.

La conocía desde la secundaria, ella ya estaba en tercero cuando Joaquín apenas acababa de entrar pero eso no evitó que se volvieran mejores amigos. María, Joaquín, Elaine, Nikolás y Andrés fueron el mejor team de toda la secundaria, o eso decían ellos, de hecho no dejaron de serlo pero entonces, el año pasado, la familia de María tuvo que mudarse a Londres y eso había sido muy triste para todo el grupo, que obviamente ya no la veían tanto como cuando aún vivía en México.

Por lo que obviamente estaba feliz de poder volver a ver a María, de hecho en ese momento llamó a Elaine, Niko y Andrés por Skype para poder contarles la buena noticia.

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¡Hola! Estoy aquí un nuevo fic Emiliaco, que espero que les guste mucho a pesar de que empiece algo flojo u.u

Estaré actualizando cada viernes así que pasense por aquí esos días, sin más que decir, gracias por leer y nos leemos luego 😘

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El rey del anillo ⨾ EmiliacoWhere stories live. Discover now