3. Bajo fianza

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Mabel

Cuando los otros dos policías acaban de quitarme las esposas, el chico joven me pide que vaya con él a su despacho.

Me pide.

No me lo ordena, o por lo menos no suena a orden.

-Siéntate, por favor-siendo sincera me gusta que me tutee, me hace sentir más cómoda. Al fin y al cabo, como dijo él, solo soy una cría.

Me siento en una de las dos sillas que hay delante de su mesa y él hace lo mismo en la suya.

Coge unos papeles que hay encima de esta-mi informe supongo-y los lee relajadamente.

-¿Sabes por qué estás aquí?-me pregunta con una cálida sonrisa. Niego con la cabeza-. ¿Sabes usar la boca?-antes de que le conteste, él me interrumpe-. Oh, lo siento. Eso ha sonado mal, perdóname. Quería decir si sabes hablar, no has dicho ni una palabra desde que llegaste.

Sin querer, esbozo una pequeña sonrisa.

-Sí, sé hablar-mi voz suena más tajante de lo que pretendía pero en realidad no me importa tanto.

-Bien, eso nos ahorrará trabajo-y me guiña un ojo.

¿Qué clase de policía es este?

-A el señor... Docens... Docens-Heimer lo han secuestrado recientemente y por un descuido de sus raptores ha podido ver la cara de una. Ha conseguido hacer un retrato robot muy detallado y da la casualidad de que tú eres la única con ese aspecto físico en toda North Carolina. Eso es tener mala pata, ¿eh?-trago con dificultad-. A ver, Mabel. Vamos a poner las cartas sobre la mesa; tienes tan solo 14 años, una media de 9 en los estudios y aunque tu comportamiento sea... uhm, decente, no creo que hayas hecho nada malo. ¿Me equivoco?

No pienso confesar.

-No, no se equivoca. Yo no he hecho nada-intento sonar lo más inocente que puedo y por el cambio en sus ojos he triunfado. No me ve como una sospechosa.

-Lo que pensaba-sus comisuras de los labios se elevan-. Siento mucho tener que hacer esto, pero tendrás que permanecer aquí. Yo creo que no eres culpable, Mabel, pero los otros policías no opinan los mismo-suspira-. Están preparando tu juicio, te ofrecería quedarte en mi despacho en vez de los calabozos pero los demás lo verían como algo indecente, lo siento.

-Vale-le contesto con un hilo de voz. Todavía es por la tarde pero, ¿tendré que pasar la noche en un calabozo?
Dios, esto no puede estar pasando-. ¿Puede ponerme en una celda a parte?

El chico joven asiente comprensivo.

-Por supuesto, y puedes tutearme. Aún no soy viejo-sonríe con diversión-. Soy Tayson, pero todos me llaman T o Tays. Como prefieras.

Me extiende la mano pero yo no pienso extrechársela al hombre que me encerrará en una celda.
Él la guarda otra vez en su bolsillo con una pequeña risa.

-Bueno, el interrogatorio no ha sido muy productivo que digamos, pero algo es algo-se encoge de hombros-. Vamos, te acompaño al calabozo.

-Qué servicial-murmuro.

Caminamos hasta un ascensor al final del pasillo y bajamos una planta.
Tyson saluda con la cabeza al policía que está de guardia y le indica con un gesta vago que se vaya.

-Tienes suerte, no hay nadie en las celdas. Elija habitación, señorita-intenta bromear pero a mí no me hace demasiada gracia.

-Me alojaré en la celda número 5-digo con una voz cansada.

Saca unas llaves del bolsillo y gira la cerradura. Entro y me siento en el incómodo banco.
Tyson cierra la puerta, y aunque las rejas me permiten ver toda la estancia ya me siento atrapada y agobiada.

-¿Quieres que me quede yo de guardia?

-¿Y si tengo que ir al baño?-le pregunto sin pensar.

-Te abriré la puerta y te dejaré ir. A menos que te des a la fuga.

-No me voy a fugar-le digo enfurruñada.

-Ya lo sabía-carraspea-, entonces, ¿quieres que me quede yo de guardia o prefieres al otro policía?

La verdad es que Tyson ha sido bastante agradable conmigo pero su presencia me inquieta.

-Puedes irte, seguro tienes más cosas que hacer que estar de niñera-hago un mohín.

-Como usted diga-echa a caminar hacia la puerta pero se detiene antes de llegar-. Suerte con tu juicio, aunque no creo que condenen. Y si lo hacen, no irás a la cárcel, tan solo a un reformatorio. Bueno, un placer conocerte, Mabel.

Se despide con la mano y sale de la sala.
El otro guardia entra instantes después ya con las llaves girando en el dedo.

-Lo mismo digo-susurro tarde.

Las horas pasan y pasan, y supongo que ya es hora de cenar porque me rugen las tripas.

-Tengo hambre-le informo al guardia.

-No puedo dejar esto sin vigilancia-se excusa.

Qué mierda de excusa.

-¡Oh, vamos! No hay nadie más aquí y yo no me voy a escapar a menos que me transforme a lo Hulk.

Suspia y cede.

-Iré a ver que hay en la máquina expendedora.

-Gracias.

Pero antes de que pueda salir por la puerta, Tyson entra otra vez.

-Las llaves-le exige-.

El guardia se las tira y él las atrapa al vuelo.
Con mano hábiles gira la cerradura y me deja salir.

-¿Voy a ir a juicio?-pregunto con voz temblorosa.

-No, aún no. Un chico ha venido a recogerte, te ha pagado la fianza.

*Holaa, ya sé que este cap ha sido más corto de lo normal y sin demasiada acción. I'm sorry!
Quería dejarlo aquí para dar más intriga y eso, y tampoco he querido añadir demasiadas cosas sin importancia para alargarlo.

El joven y guapo policía Tyson tendrá mucho más juego unos capítulos más adelante 7u7
Alguien tiene idea?

Hoy cumplo 1 mes con esta historia y estoy muy muy contenta de cómo ha crecido poco a poco y de cómo a tantas personas les ha gustado mi contenido demostrándolo en cada capítulo con comentarios preciosos.

Besos, tysm🌷*

No conozco a Payton Moormeier #PAY&MAY [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora