˚₊· ͟͟͞͞➳❥ 𝑯𝒐𝒔𝒑𝒊𝒕𝒂𝒍 𝑷𝒔𝒊𝒒𝒖𝒊𝒂𝒕𝒓𝒊𝒄𝒐ੈ✩‧₊˚

☆43☆

—¿En serios quieres ir así? No prefieres caminar— murmuró el azabache con tranquilidad.

—No gracias, estoy cómodo aquí— dijo mientras se abrazaba al cuello del mayor.

—Está bien, pero no me ahorques— dijo soltando una pierna del menor para aflojar el agarre en su cuello.

—Bueno, vamos— dijo y el azabache comenzó a caminar en silencio hacia las escaleras.

Iban con calma, el de mechas de colores le había rogada desde que llegó que lo dejara ir a la azotea, el azabache aceptó a su petición ya que sabía que se pondría a insistirle toda la semana y puede que también todo el mes. Abrió la puerta que daba a las escaleras y comenzó a subir estas en silencio con el menor en su espalda, levantó un poco más el cuerpo del menor ya que sentía que éste se le podía caer y agarró con más fuerza sus piernas.

—Si dices que peso, juro que no te volveré a hablar— escucho la voz del menor cerca de su oído, haciendo que soltara una risa.

—En realidad, no pesas nada— murmuró con una pequeña sonrisa por el comentario del menor, éste se quedó en silencio y recostó su cabeza en el hombro del mayor.

El azabache iba subiendo un poco lento, ya que tenía miedo perder el equilibrio y caer con Ink encima suyo. Al momento en que vio la puerta que daba a la azotea, soltó un pequeño suspiro y abrió esta cómo pudo dejando que los rayos del sol chocaran con su rostro y haciendo que Ink escondiera el suyo por la repentina luz que llegó a sus ojos.

—Llegamos Ink— murmuró soltando las piernas del menor para que éste bajara.

—Genial— dijo con entusiasmo soltándose del mayor para dejarse caer de pie al piso.

—¿Qué tanto querías ver de este lugar?— preguntó mientras miraba a su alrededor con duda —¿Ink?— murmuró viendo como el de mechas se acercaba con tranquilidad al borde del lugar.

—Quería ver, la distancia de aquí hasta allá— musitó asomando su cabeza por la barandilla para mirar el piso.

—¿Por qué?— murmuró parándose junto a él y agarrando el brazo del menor para alejarlo un poco del borde.

—Curiosidad— susurró con una sonrisa —También quería estar aquí un rato, no hay tantas personas como en los jardines— dijo caminando hasta el centro de la azotea.

—Tú curiosidad no me agrada— habló cruzándose de brazos mientras observaba al menor sentarse en el piso mirándolo con una sonrisa.

—¿Por qué no?

—Porque no— dijo encogiéndose de hombros.

—Está bien— murmuro y levantó su mirada al cielo —¿Por qué no hay tantas nubes?— se quejo llevando una mano sobre sus ojos rápidamente, el azabache soltó una pequeña risa y camino hasta donde el menor.

—El sol es un poco malo para ti ¿Lo sabías?— murmuro colocándose de cuclillas junto a él.

—No me importa, quiero estar aquí— dijo encogiéndose de hombros.

—Como tú quieras— dijo parándose bien.

—¿Tú deberas crees que venga?— preguntó después de unos segundos.

—¿Quién?

—Tú madre— murmuró mirando al azabache.

Éste se quedó en silencio observando al menor mientras pensaba.

—Es un... cincuenta cincuenta, las probabilidades son muchas— dijo de manera tranquila.

—¿Y a cuál te inclinas más? ¿Al Si o al no?— preguntó mientras se levantaba y sacudía sus pantalones.

—No— murmuró, el menor bajo la mira para seguido mirarle con una sonrisa.

—Bueno, vámonos— dijo dirigiéndose a la puerta.

—¿No que te querías quedar?— preguntó cruzándose de brazos.

—Ya me aburrí y el sol me está quemando los brazos— dijo ya bajo la sombra del pequeño techo que tenía la puerta —Vamos Error— añadió abriendo esta mientras esperaba al azabache.

—Bien— murmuró de manera desinteresada caminando hasta donde el menor para comenzar a bajar las escaleras.

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~Navidad ya no es, ni será lo mismo de antes. Ahora solo está llena de ausencias y recuerdos que provocan todo menos alegría, navidad ya no es igual~