El Día Esperado

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Es un día de viento en la ciudad donde la vida de Meira se desenvuelve. Las nubes grisáceas advierten de una lluvia inminente en el transcurso de la mañana. La familia entera se nota ansiosa por la partida de quien es el sol en su sistema planetario. Las niñas inquietas formulan todo tipo de preguntas:
— ¿Habrá piscina, mami? –dice Lena, la hija menor.
— Si, tal vez una.
— ¿Y muchos niños? – añade Laila la mayor
—No lo creo, ya les he dicho que es un lugar para adultos. Pero si hay un lugar para niños, podremos ir todos juntos en las próximas vacaciones – dice Meira en un tono animado para calmar la desilusión que ve en los ojos brillantes de su hija.
—Mami, ¿y nueve días pasan rápido?
—¡Ya lo creo! No van a darse cuenta que me he ido y he regresado. Verán que nos veremos muy pronto.
—¡Nosotras vamos a la piscina y al parque temático nos ha dicho papi! – exclama Laila.

Entre risas sonoras y abrazos fuertes Meira replica:

—¡Ya veo que se van a divertir más que yo!, No olviden usar protector y mantenerse a la vista de papi.

El taxi que viene a buscar a Meira ya está por llegar. Albert, su esposo, le dirige una mirada cómplice mientras la abraza.


—Que la pases muy bien y que te relajes para los próximos trece años.


Meira sonríe y se deja tomar en un abrazo largo y cálido. En seguida el taxi llega y toca la bocina para avisar a su clienta.

Meira siente que le tiemblan las piernas, no puede irse y dejarlos porque siente que es un acto egoísta. Se arrepiente por un momento y le dice a Albert:

—Me estoy acobardando, ¿y si cancelo todo?
—¡No! ¿Como se te ocurre?... Anda ya, y déjame a mi, que todo va a estar bien.

Unas lágrimas gruesas se avientan por sus ojos, pero Meira las controla y las seca antes de que las niñas puedan verla. Les da un abrazo que hubiera querido fuera eterno. Se besan y se oyen risitas.

—¿Cuando vienes mami? – pregunta Laila por enésima vez.
—En nueve días mi amor, contando los 2 días que me toca sobrevivir en transportes... Eso es rápido. Ya lo veras.
—Bueno mami, ¡me traes un regalito! Y que te vaya bien.
—Hasta pronto mis amores, los amo. ¡Cuídense y pórtense bien!

Albert, abre la puerta para ayudar a Meira con la maleta. Ya en el taxi le da un beso rápido y la empuja a subir cuanto antes al auto.

- Have fun! Le dice Albert en su inglés nativo y añade con picardía: —¡Y no hagas nada que no hiciera yo!

Meira le da una sonrisa y mueve su cabeza en desaprobación del chiste.

—¡Ya sabemos lo que tu harías en mi lugar! – contesta Meira.

Le lanza un beso y cierra la puerta mientras que con la mano se despide y el auto arranca y se aleja.

En la relación de Albert y Meira siempre se ha hablado abiertamente de un posible affair en unas vacaciones. Albert siempre le ha dicho que si se diera el caso de estar lejos el uno del otro y una aventura a puertas que no trajera consecuencias a su matrimonio y que no fuera a convertirse en una relación extra marital constante en sí, deberían vivirla. Meira lo sabe, pero no piensa que pueda atreverse, no piensa que pueda pasar, no a ella. Descarta el pensamiento provocado por el comentario de su esposo y se concentra en el ahora.

Largas lágrimas caen por sus mejillas. No sabiendo aún si estas vacaciones son realmente lo correcto.

«¿Como puedo sentirme tan mal ahora, después de haber planeado y soñado con este viaje por tanto tiempo? Me siento culpable y no sé por qué, ¡que ilógico es todo!» – piensa mientras mira los árboles pasar por el vidrio de la ventana del taxi.

«No me he ido de nuestra vecindad y ya extraño con locura a mi familia. Debo estar loca», – dice para sus adentros mientra cierra los ojos, suspira y aprieta con fuerzas su bolso de mano.

5 Días a tu Lado (BORRADOR) Where stories live. Discover now