Capítulo 7

2.6K 138 5
                                    

Estoy arreglándome en casa de Mercy pero estoy alerta todo el rato porque se ha empeñado en maquillarme al estilo británico, a lo que me he negado obviamente, pero sigue insistiendo. Acabo mucho antes que ella así que me tumbo en su cama a jugar con Diesel, que acaba llenando mi vestido negro de pelos y tengo que pedirle ayuda a Mercy para quitármelos. Diesel me adora cada día más y el sentimiento es mutuo, algo que pone muy celosa a Mercy porque dice que solo voy a su casa para verlo y que nos olvidamos de ella, cosa que puede ser medio cierta.
Cenamos en su casa y obligo a Mercy a comer demasiado para asegurarme de que el alcohol no le siente mal, porque me niego a ser la culpable de enfermarla para su fiesta de cumpleaños.

—¿Y a dónde vamos?—pregunto, cortando el silencio de la cena. Otra vez estamos solas porque Titan ha salido a cenar con sus amigos y Martha está fuera por negocios, algo que no parece molestar en lo más mínimo a Mercy porque asegura que no quiere que su madre la vea de fiesta.

—A Phonox. —Hago una mueca pero no me da tiempo de decir nada— No te preocupes, yo invito. Te gastaste demasiado dinero en mi por mi regalo.

—Si me lo devuelves le quitas todo el sentido de ser un regalo —respondo pero no me quejo más, no tengo el dinero para pagar la entrada así que no puedo insistir en pagarlo yo.

Llegamos a la entrada del metro donde todos los amigos de Mercy, y supongo que debería comenzar a llamarlos mis amigos, nos están esperando ya, como siempre.

—¿Preparadas para vuestra primera fiesta desenfrenada? —pregunta Adam nada más llegar y veo que ellos ya han empezado la fiesta por las botellas que llevan en la mano.

Mercy se acerca a saludar a Charles y miro disimuladamente. Ella se niega completamente a hablar sobre sus sentimientos hacia él pero se le da terriblemente mal esconderlos. Ojalá pase algo esta noche, tengo fe en ellos.

~·~·~·~·~·~·~·~·~

—Vaya, ha sido más tranquilo de lo que pensaba —digo al final, cuando ya nos hemos alejado de la puerta y el ruido. La verdad es que ha sido bastante normal, hemos bailado muchísimo, incluso Mercy ha bailado muy cerca de Charles y él le ha seguido el rollo, pero yo solo he bebido una copa porque están carísimas y sé que los demás no han bebido mucho más.

—¿A qué te refieres? —Mercy no va tan mal, solo está más contenta de lo habitual, lo que significa que está extremadamente contenta.

—Bueno, solo son las tres, es como si se acabara cuando está apunto de empezar.

—¿A qué hora cierran en tu ciudad? —Se agarra en mi cuando está apunto de caer, lo que es normal por los tacones que lleva. Yo llevo unos igual de altos que los de ella, pero en mi no se nota tanto porque soy demasiado baja.

—No lo sé, siempre me iba a las seis pero normalmente seguían.

—Pensaba que no habías ido de fiesta con dieciocho años, ¿me has mentido? —Hace un puchero y se ríe sola.

—No, hablo de las discotecas de dieciséis. —Me mira como si estuviera loca y la oigo murmurar algo sobre los jóvenes de hoy en día— No te preocupes, algún día te llevaré de fiesta conmigo, a una de verdad.

Estamos volviendo todos juntos al metro. Hoy me quedo a dormir con Mercy porque todos se bajan en la misma parada menos yo y no quería tener que volver sola a la residencia tan tarde. Cuando entramos al tren tenía la esperanza de estar solos pero me doy cuenta de que está lleno de todos los que vuelven de fiesta, aunque se convierte en el viaje más divertido que he tenido en mi vida porque los chicos deciden ponerse a bailar en el centro del vagón y se les unen unos cuantos desconocidos. Cada vez que el vagón se mueve, ellos se caen unos encima de otros y vuelven a comenzar, haciendo un espectáculo bastante ridículo. El tren llega a nuestra parada y tenemos que ayudarlos a levantarse del suelo, tirándonos a nosotras con ellos y acabando con todos corriendo fuera cuando las puertas comienzan a cerrarse.

—Chicas, ha sido un placer salir de fiesta con vosotras. —Se despiden cuando nos tenemos que separar y pasa algo que no me esperaba para nada, al menos no ahora, y es que Charles se lanza y le da un pequeño beso a Mercy de despedida, haciendo que todos digamos un "uuuh" a la vez y dejando a Mercy con una sonrisa enorme por el resto de camino que tenemos que hacer solas.

—Agh, hay unos borrachos en mi calle —dice cuando giramos la esquina, pero no hay manera de esquivarlos porque es el único camino hacia su casa—. Ah, no. No son unos borrachos cualquiera, es mi hermano y sus amigos.

Presto atención pero no veo a Titan por ningún lado, quizá Mercy va peor de lo que pensaba.

—¡Mercy! —chilla uno de repente pero le mandan a callar rápido porque en las casas que los rodean hay gente durmiendo. Oh. Es su otro hermano, el que siempre está fuera trabajando. Es verdad, Mercy me había dicho que había vuelto esta semana por su cumpleaños.

—Idiota —dice a modo de saludo. Él se me queda mirando pero realmente no me parece el mejor momento para presentarme, mientras tiene a una chica prácticamente encima suyo y seguro que no me recordaría al día siguiente.

—¿Quién es tu amiga? —pregunta.

—Es Clara, te he hablado de ella.

—Ah, ya. La extranjera que me va a robar al perro. —Lo dice muy serio, casi como si lo creyera de verdad, lo que me causa mucha gracia.

—No lo tengo planeado aún pero seguro que él lo agradecería —No quiero quedarme ahí con todos esos borrachos desconocidos, y Mercy parece estar haciendo demasiado esfuerzo por contenerse toda su charla sobre Charles, así que hago un gesto con la cabeza como despedida y comienzo a dirigirme a su casa, esperando que Mercy me siga porque tengo mucho sueño. Y lo hace, pero no cumple mis deseos y no me deja dormir porque todo lo reservada que era sobre Charles hasta ahora se le ha quitado de golpe.

Home | Hero Fiennes TiffinWhere stories live. Discover now