— Lárgate Jung, lárgate antes que yo mismo te saque a patadas de este lugar. Me importa una mierda que tú seas un jodido alfa, voy a patearte el trasero si es que no te marchas en este preciso instante.

Amenazó Chenle tratando de lucir intimidante aunque era obvio que no podría ganarle nunca al alfa allí presente. En fuerza y altura era claramente superior por lo que la amenaza del beta para un sujeto como él no significaría nada.

— ¿Crees siquiera que tuve una opción en esto? ¿O que siquiera quiero hacerlo? Estoy atascado en esto al igual que él. Maldición, tengo una maldita pareja a la cual jamás dejaría o le haría algo así por gusto.

El alfa se defendió casi al punto de gruñir sus palabras haciendo que el chino se encogiera un poco en su lugar para luego mirar hacia otro lado sintiéndose claramente intimidado por su forma de hablar.

Jaemin estaba simplemente allí parado en un completo silencio sin saber muy bien que hacer, decir o simplemente como se suponía que iba a seguir a partir de ese momento. Pensó en Jeno, en cómo se había ido sin ser capaz de verle y las lágrimas volvieron a caer por su rostro sintiéndose completamente angustiado. Había estado tan feliz esta mañana junto a él y ahora eso parecía un recuerdo lejano. Ten le sujetó por un hombro antes de empujarle ligeramente para que volvieran a salir de allí. Ninguno les siguió suponiendo que el tailandés sería el único capaz de calmarle en ese momento al ser otro omega.

Le llevó hasta unos bancos alejados de toda la fiesta en donde le hizo sentarse. Se puso en cuclillas frente a él, dejando sus manos las rodillas del menor mientras le dejaba llorar en silencio por unos momentos queriendo que se desahogara un poco antes de poder hablar. Parecieron horas eternas en las que el chico de cabellos rosados estuvo llorando, horas en las que fue silenciosamente acompañado para estar apoyándole en aquel duro momento. Cuando finalmente Jaemin había logrado calmarse un poco Ten se movió para abrazarle con fuerza.

— Tranquilo pequeño, vamos a encontrar la forma de solucionar esto ¿De acuerdo? No pudiste enfrentarla aquí pero eso no quiere decir que ella haya ganado esta guerra. Juntos vamos a planear algo Jaemin.

La voz del mayor, dicha con tanta calma y suavidad, lograba calmarle un poco. Asintió, queriendo ser positivo y pensar en que tendrían una forma de escapar de eso. Mordisqueo su labio inferior queriendo pensar en posibilidades pero que no venían a su cabeza.

— Toma, necesitas un trago mucho más que yo.

El tailandés le extendió su copa de champagne. El otro omega la tomó entre sus finos dedos y se la llevó a su boca, bebiéndola de un solo trago sintiendo el alcohol quemar en su garganta. Al observarla por unos segundos, un destello del anillo le hizo verlo. Era genuinamente hermoso y seguramente muy costoso. Muchos estarían felices de recibir algo como eso, habría sido una noche perfecta pero para él era una pesadilla de la cual esperaba poder despertar pronto.

— No puedo creer que me haya hecho esto. No creía que llegaría a ser capaz, quise pensar en que mi felicidad de verdad le importaba hasta cierto punto pero me equivoque. Me siento como un objeto, como algo que puede ser vendido y usado por otros.

— No lo eres Jaemin, eres mucho más que eso. Todos lo  sabemos... Aunque por lo menos no es tan malo.

Jaemin miró con ojos sorprendidos a su amigo, quien le veía con una expresión extraña. Su boca se abrió y cerró un par de veces sin ser capaz de gesticular algo de manera correcta.

— ¿Qué?

— Yoon Oh luce como un buen alfa. Respetable y amable. Es un buen partido para cualquier omega. Si no pudiéramos evitarlo, si no encontráramos la forma, de todos modos no terminarías en las manos de cualquiera. Yo estaría contento sinceramente, es un opción mucho mejor que...—El omega detuvo sus palabras mordiendo su labio inferior creyendo que tal vez estaba llegando muy lejos.—

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now