XXII. Rivalidad

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Espectro

Del latín spectrum ‘simulacro’, ‘aparición’, derivado de specere ‘mirar’. De la familia etimológica de aspecto

Pov's Helena

Después de darle un recorrido al centro comercial decidimos regresar no por teletransportación ya que eso me agotaba mucho a distancias grandes, la noche ya había caído, Saga parecía haberse divertido al igual que yo cuando un chico intentó ligarme casi se lo come vivo. Estábamos en los alrededores de Santuario, aquellos donde solo lo rodean bosques y pequeñas laderas.

-¿Siente eso?

Asentí mirando a mis alrededores, había algo que pintaba mal. Nos detuvimos en seco al oír un silbido, Saga me arrojó hacia unos arbustos poniéndose en posición.

-Al fin tengo el gusto de ver a la famosa Nike.

Un espectro apareció enfrente de Saga, él con su cosmo había invocado a su armadura. Aquél espectro era de tes aperlada, su cabello rubio cenizo caía en su frente que a decir verdad era bastante corto lo que más resaltaba era esa ceja poblada que llevaba en la frente. 

-¿Quién eres?

-Soy Radamanthys, uno de los tres jueces del inframundo.

-Juez.-Susurré recordando a Minos de Griffo.

-Lárgate de aquí, escoria. No tienes asuntos que atender cerca del Santuario.

-Claro que sí.-Sonrió.-Vine por ella.

-Veo que Hades no desiste de sus ideas.-Me puse de pie caminando a un lado de Saga cruzándome de brazos.-Tienes tres para irte de aquí si no quieres que mi caballero te parta tu madre.

Soltó una sonora carcajada.-Así que ya se adueñó de los caballeros de Athena. Excelente, eso lo hará más fácil.

-Envialo a otra dimensión y vámonos.-Le di la espalda caminando confiada.

-En seguida.

Saga elevó su cosmos al igual que el espectro ahora estaba dispuesto a cumplir mis órdenes. 

-Quien diría que la diosa de la Victoria mandaría a sus perros a pelear por ella.

-Ese perro te va a dar la paliza de tu vida.

-Lo dudo, Nike. No eres más que una cobarde.

Lo ignoré esperando a que Saga lo atacara, ese hombre tenía la boca grande.

-Son tal para cual, tu y ese santo de Virgo.  ¿Cómo se llamaba? Ah, sí. Asmita.

Lo miré de reojo enfurecida, si algo no estaba dispuesta permitir era que mancillaran la memoria de mis caballeros, en especial de Asmita.

-Ahora si sacaste boleto, cabron.-Grité concentrando mi cosmo en mi puño derecho estrellandolo en su estómago. Él salió disparado unos metros, recuperó aire para mirarme sorprendido.

-A diferencia de todos en el inframundo yo no le tengo ninguna estimación así que no espere misericordia de mi.

-Cierra la boca.-Trataba de golpear su rostro pero era demasiado ágil, tanto como Milo o Shura. En mi desesperación me dio un golpe en el rostro haciéndome caer.

-No tienes más que delirios de grandeza, no eres más que una diosa menor.

-Creo que a Thanatos no le va a ser gracia que me hayas puesto una mano encima.-Mascullé mientras me limpiaba el hilo de sangre. Le lancé una esfera de energía eléctrica que lo hizo caer de rodillas, su respiración agitada y sus ojos cerrados me hacían saber que estaba sufriendo los electroshocks que mi cosmo le había lanzado.  Como pudo se puso de pie lanzando una esfera purpura a mi dirección, levanté una barrera de cristal que se rompió cuando su esfera lo tocó evitando que me diera a mí por completo, materialice varias dagas para lanzarlas, solo una falló las demás dieron en blanco; sus piernas y abdomen.

¡Victoria! |Saint Seiya|Where stories live. Discover now