¡Victoria! |Saint Seiya|

XVII. Deber

Historia

Del lat. “historia” – “cuento, relato, historia” y ésta del griego ἱστορία “historía” – “conocimiento adquirido por investigación o relato”

Pov's Omnisciente.

Helena le explicó a su querida amiga el encuentro de Afrodita y el motivo por el que se hayaba en su casa, sabía que no habría ningún problema ya que Nasia siempre fue comprensiva y caritativa. Disfrutaron su último día en Italia yendo de compras y paseando por la ciudad, el viaje había sido menos tedioso gracias a Afrodita, quien le hacía compañía a Death Mask poniéndolo de buen humor.

-Debería preguntar ¿Qué hace Afrodita con ustedes?

El Patriarca miraba al cuarteto con desconfianza pues temía que Helena lo hubiera engañado con su viaje a Italia cuando lo menos que quería era exponerla a los aliados de Hades.

-Disculpe, nos hemos topado a Afrodita en el paso de Italia. Creímos que sería lo más sensato regresar juntos.-Hablo Helena confiada.

-¿Entonces no hubo problemas?

Los tres negaron a excepción de Mu que se mantenía serio. Temieron porque él hablará y relatará su encuentro con Hypnos, confiaba en él pero también recordaba dos cosas;

Era un caballero de Athena.
El Patriarca era su maestro.

-¿Mu, puedes confirmar que no pasó nada?

-No pasó nada fuera de lo normal, Patriarca.Lo que dice la señorita Nike es cierto.

Helena soltó el aire retenido junto con Afrodita, el cordero le regaló una mirada seria a la pelirroja. Había demostrado su total lealtad hacia su amiga y protegida.

-Bien, pueden irse. Afrodita necesito que regreses más tarde para tu informe con la señorita Athena. Descansen.

Death corrió acaparando a Afrodita mientras Mu y Helena descendían por las escaleras del recinto llegando hacia el jardín de rosas rojas que guardaba la entrada.

-Gracias, por mentirle a Shion.-Susurró la menor mirándolo.

-¿Te das cuenta?.-Ambos se detuvieron en un pilar mientras Helena se recargaba en él.

-¿De qué le has mentido a tu maestro y has roto una ley?

-Exacto. Días antes negaba este sentimiento, Helena.-Tomó la mano de la pelirroja mientras ella solo esperaba a que continuara.-Todo mi vida he servido a Athena y al Santuario con devoción, era mi único objetivo hasta que llegaste tú. Por alguna extraña razón cuando te ví en el pórtico de Aries sentí que estábamos conectados.

Sabía a qué punto se dirigía, el guardián de la primera casa sonrió levemente ante los grande ojos de su querida diosa porque de ahora en adelante eso era para él. Beso el dorso de su pequeña mano con delicadeza como si fuera un pétalo de rosa a punto de perderse en la brisa.

-Mi lealtad está contigo, Nike. Prometo protegerte sobre cualquier cosa inclusive sobre Athena.

Entre los trece caballeros había algunos que se destacaban por su lealtad y amor hacia la diosa Athena y entre ellos estaba Mu por eso mismo que de su boca salieran estas palabras la consternaba.

-No... tu debes de cumplir con tu deber.

-No te lo estoy pidiendo, ya he tomado mi decisión.

Helena tenía miedo por aquellos que la seguian, por sus amigos y ahora caballeros, pues la palabra de un caballero dorado era sinónimo de una promesa, una que cumplirían hasta la muerte.