─Hoy cumpleaños Junnie, y quería darle un pequeño obsequio. ─respondió con sus mejillas sonrojadas, estaba avergonzado.

─Está bien Beomgyu, te doy permiso de verlo hoy solo porque es su cumpleaños, ya sabes dónde es.

─¡Muchas gracias, hyung! es un ángel.

Y sin esperar más Beomgyu se retiró de ahí con una gran sonrisa en su rostro.

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A pesar de que el día hoy se encontraba soleado, Yeonjun sentía un gran frío dentro de su habitación, no estaba cálida como todos los demás días. Faltaba algo...

Apago la radio que reposaba en la mesita de noche a lado de su camilla, cerró sus párpados, tal vez si dormía no se iba a sentir tan solo.

Sin embargo su intento de dormir fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose, se sentó en la cama, restregó sus manos sobre sus ojos intentando acostumbrarse de nuevo a la luz.

─Feliz cumpleaños, Junnie!

Yeonjun sintió ganas de llorar al ver a Beomgyu nuevamente a su lado, después de tanto tiempo alguien lo volvía a felicitar en su cumpleaños.

─Gracias Beomgyu-ah, no sé como agradecerte todo lo que haces por mí...

Beomgyu negó con su cabeza ante las palabras del mayor, de acercó hacia él, dejando sobre su cabello un moño de color verde. Se alejó dándole una sonrisa de oreja a oreja.

─¿Qué es esto?─ respondió Yeonjun, tocando el objeto sobre su cabeza con curiosidad.

─La gente dice que los moños siempre se le ponen a los regalos, por eso te pongo uno a ti porque tú eres el mejor regalo que me dio la vida, gracias por existir Junnie.

El mayor sonrío con tristeza, abrazo con todas sus fuerzas el cuerpo de Beomgyu, se sentía nuevamente en casa.

Beomgyu era su hogar.

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─¡Feliz cumpleaños, Junnie! ─ Grito la joven con euforia plasmada en su rostro.

─Oh, no era necesario hacer esto Sunnie, cuando tenga el dinero suficiente, juró que te pagaré esté lindo pastel.

Sua se reincorporó bruscamente de la cama del mayor, mirando a esté con reproche y un puchero posado en sus labios.

─Yeonjun, ¿hace cuánto tiempo alguien no te festeja tu cumpleaños?─musitó, mientras dejaba el pastel a un lado de la cama, en la mesita de noche.

No recuerdo muy bien, será porque no tengo a nadie. ─Admitió el mayor.

─¿Y tus amigos? ¿Y tu familia, Junnie? ¿Dónde quedaron ellos?─ Preguntó, tomando las manos de Yeonjun entre las suyas, empezando a dar suaves toques en ellas.

─Yo también quiero saber donde están. ─Respondió, con sus ojos color avellana ligeramente rojos, intentando aguantar todas las lágrimas que querían brotar de ellos.

Y era cierto todo lo que decía, nunca experimento lo que era tener una verdadera familia o amistad, la mayoría de las veces la gente intentaba hacerse su amigo pero nunca lograban nada aparte de intercambiar pocas palabras, tal vez la inseguridad de ser juzgado provocaba que no quisiera socializar.

─Sua, alguna vez has escuchado la frase de "El conocerte mas, es quererte menos".

Junnie... esta bien que te sientas solo, pero me tienes a mí, y mientras estés conmigo nada malo te pasará, lo prometo. ─Acaricio la mejilla del mayor, sonriendo.

Sua se levantó de la cama, acercándose hacia la mesita de noche que se encontraba a lado de la cama de Yeonjun, para posteriormente volver a su antiguo lugar junto al castaño, pero con un delicioso pastel de tres leches en sus pálidas manos.

─ ¡Feliz cumpleaños, Junnie! Estoy tan agradecida de tu existencia en mi vida, eres un hermoso angelito que ilumina mi oscuridad, te amo y realmente no encuentro las palabras suficientes para decírtelo.

─Sua, yo... no te merezco. ─ Los ojos del mayor se cristalizaron, acerco el cuerpo de la menor hacia el suyo, dándole un fuerte abrazo, mientras pequeñas gotas de sal resbalaban por su fino rostro, esparciéndose por el abrigo color café de la joven.

─Yeon, no me abraces tan fuerte, tranquilo que no me voy a ir a ningún lado. ─ Soltó una suave risa.

─Es lo menos que quiero, Sua, nunca me dejes, por favor... ─Miró al rostro de Sua con ojos suplicantes.

─No lo haré Yeonjun, ni lo pienso hacer.

─¡Te amo, Sunnie! ─Sonrió abrazándola.

─Yo también te amo mucho, Junnie. ¡Oye! pero no creas que tu celebración se acaba aquí y ya, pues no señor, vamos a ir a un parque de diversiones, así que te me apuras porque se nos hace tarde. ─Rio tomando la mano del mayor, guiándolo hasta la puerta del baño.

Definitivamente ella era la única razón por la cual, él seguía vivo.

without you ─ yeongyuTempat di mana cerita hidup. Terokai sekarang