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La noche estaba inundada de resplandecientes estrellas, Yeonjun las admiraba con toda la dedicación del mundo, eran simples pero hermosas, muy hermosas para él.

Junnie, ¿en qué tanto piensas? Espeto la chica a lado de él.

El mencionado soltó un gran suspiro, su mirada se movió del brillante cielo para observar a la joven de cabello castaño que lo miraba con una sonrisa en su rostro.

Sua, si te soy sincero realmente no sé, todo es tan difícil últimamente. respondió sin ánimos.

El día de hoy para Yeonjun fue simplemente horrible, había logrado ahorrar todo el dinero que necesitaba para comprar una chaqueta que deseaba desde hace meses, pero cuando fue a la tienda dispuesto a llevarse esa prenda de ropa consigo mismo, ya la habían vendido.

Eso provocó una gran decepción en el corazón del pelinegro.

¿Qué pasó Junnie? Hoy me llamaste demasiado feliz para decirme que habías logrado juntar todo el dinero para tu chaqueta. Sua se acurrucó más entre las mantas que estaban desplazadas sobre el verdoso pasto. Cuando llegue no te ví con ninguna bolsa de ropa, tampoco con tu chaqueta.

No alcance a compararla, cuando llegue a la tienda el vendedor me dijo que ya la habían vendido.

Oh, Yeonjun lo siento tanto, sé cuanto la deseabas.

No te preocupes, no es tu culpa. Y nuevamente su mirada vacía se regreso al cielo, el cual ahora se encontraba solo, sin ningunos puntitos blancos que lo adornaran.

Ambos jóvenes no decían ni una palabra, se quedaron en silencio por un largo rato observando a la nada.


♡彡


El estruendoso timbre que anunciaba la finalización de las clases resonó por la habitación repleta de alumnos.

Yeonjun sonrió ante el sonido, al fin podría salir de ese estúpido lugar.

Guarden sus cosas, pueden salir. Anuncio el profesor de matemáticas, ni un minuto tardo para que el salón se llenara de fuertes pisotones y empujones por parte de sus compañeros ansiando salir por el pequeño hueco de la puerta.

Yeonjun escuchó los pasos de Sua afuera del aula y posteriormente le vio asomar la cabeza por la puerta con una hermosa sonrisa.

Sua terminó por adentrarse completamente al salón cuando observó que todos los alumnos lo habían desalojado, tomó asiento en la butaca a lado de Yeonjun, dejando una bolsa blanca de plástico frente al mayor.

¿Qué es esto, Sua? Sus ojos intentaron descifrar lo que se encontraba adentro de la bolsa.

Tú sólo ábrela. Miró suplicante al rostro de Yeonjun con ambas manos juntadas.

Está bien. Comentó el mencionado haciendo un ademán, sus manos empezaron a quitar la cinta transparente con leve precaución intentado hacer que no lastimara lo que se encontraba adentró.

Sus lindos ojos color avellana deslumbraron un conocido brillo, junto con una sonrisa que se curveó en sus rojos belfos.

Sunnie, no esperaba esto, no puedo aceptarlo.

Junnie, es un regalo de mí para ti, sé cuanto querías esta chaqueta, acéptala por favor. Yeonjun quería llorar ahí mismo, Sua era un ángel para él.

Gracias por ser tan linda conmigo Sua, eres la única persona que me sostiene cuando más lo necesito, te quiero tanto.

Yeonjun como si fuera un impulso rodeó el pequeño cuerpo de Sua entre sus brazos, empezando a dar suaves caricias en su sedoso cabello.

La chica se ruborizó al sentir los fuertes brazos que la rodeaban, sintiéndose segura y protegida.

No tienes que agradecer Junnie, estaré siempre ahí para ti, nunca dudes de eso.


♡彡


Yeonjun miraba al rededor de toda la habitación pero no encontraba nada, solamente la fuerte luz del sol pegarle en su rostro, todo se veía blanco.

¿Dónde estaba Sua? ¿Por qué no estaba con él? ¿En dónde se encontraba? ¿Por qué no podía abrir sus ojos?

Sus orberdes se empezaron a cristalizar al no poder encontrar por ningún rincón del cuarto a su mejor amiga.

Una delicada voz sonó por la habitación pero no se le hacía familiar, sintió unas suaves manos tomar las suyas empezando hacer tiernos toques sobre ella.

─ Junnie, ¿despertaste? ─ Preguntó Beomgyu con voz temblorosa, incorporándose de golpe al sentir el tacto sobre su mano.

¿Por qué ese chico lo llamaba por su apodo?

Sin embargo a pesar de tantas preguntas que tenía rondando por su cabeza, Yeonjun apretó más la mano del pelicafé queriendo nunca soltarla, era linda y sentía paz cuando estaba sobre la suya.

without you ─ yeongyuWhere stories live. Discover now