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dos semanas;

Habían pasado exactamente dos semanas desde que Beomgyu fue encargado como el enfermero personal de Yeonjun, durante todo este largo tiempo el menor no se desatendía ni un segundo del mayor, lo cuidaba como si fuera la persona más importante en su vida.

Le contaba como le iba en su día y lo feliz que estaría si llegará a abrir sus ojitos, lo bañaba con la precaución adecuada, cambiaba las sábanas cada semana, y por último pero no menos importante, le daba sus medicinas sin falta, Beomgyu quería que Junnie estuviera sano cuando despertara.

Y sí, era raro que le tuviera cariño a una persona que no podía ni interactuar con él, pero Yeonjun era muy bueno para escucharlo en los momentos que estaba triste y decaído, era como un confidente para él.

Este mismo día Soobin buscaba a Beomgyu para ir a checar los avances y resultados del tratamiento que le estaban otorgando al mayor. Sin embargo no lo encontraba por ninguna parte, hasta que un lugar en específico se le vino a la mente.

¿Cómo podía ser tan tonto? Obviamente el menor debía estar ahí, ya que hoy le tocaba revisar otra vez a Yeonjun.

─ Beomgyu ¿dónde
estás? ─ El más alto se asomó por la puerta de la habitación de Yeonjun, encontrándose con el pelicafé sentado al costado del mayor mientras sobaba su mejilla con suavidad, le pareció una imagen realmente adorable.

─ Oh, hola Soobin-hyung, aquí estoy, hace unos minutos cheque los reflejos de Junnie, pero otra vez no respondió con ninguna acción. ─ Observó como el más bajo deslizó su labio inferior hasta lograr hacer un puchero de tristeza en su fino rostro.

─ Beomgyu-ah, vine a que me muestres los avances que has tenido con Yeonjun. ─ El pelicafé dirigió su mirada hacia Soobin, sus ojos se abrieron con levedad, demostrando sorpresa en ellos.

─ Soobinnie, no he tenido ningún avance con Yeonjun, no responde ante los tratamientos, tampoco a movido ninguna parte de su cuerpo, tal vez necesite estar aquí más tiempo.

El de cabello oscuro soltó un gran suspiro estresado, esperaba de todo hoy menos que Beomgyu le dijera que no han servido de nada todos los cuidados que se le han otorgado a Yeonjun. Era como si le estuvieran diciendo que su trabajo de dos semanas se fue a la basura.

Se sentía muy indignado y ofendido.

─ Beomgyu, necesito que Yeonjun muestre signos de vida lo antes posible, si no lamentablemente tendremos que desconectarlo. ─ Una mueca se formó en sus labios.

Beomgyu sintió su mundo caer y hacerse pedazos.

─ Soobin-hyung, por favor no haga eso, prometo que Junnie logrará mover una extremidad, aunque sea algo tan mínimo como parpadear, pero te ruego que no lo desconectes. ─ El menor sentía sus ojos cristalizarse. ─ Él es muy importante para mí, y sí te soy sincero, no sé qué me pasaría si no llego a verlo a él día a día intentado luchar por su vida.

─ Tranquilo Beomgyu-ah, todo va a estar bien. ─ Espetó Soobin al notar como lágrimas empezaban a brotar de los lindos orberdes del menor.

El más alto extendió sus brazos hacia el aire, y sin esperar más tiempo Beomgyu se lanzó a estos dejando salir todas las lágrimas que hace segundos estaba reteniendo.

─ Hyung, deme un poco más de tiempo, no quiero que Junnie muera, quiero estar ahí para cuando sus hermosos ojos se abran, deseo compartir ese escaso momento de felicidad con él. ─ Murmuró el pelicafé, escondiendo su rostro en el pecho de Soobin, sintiendo como las pequeñas gotas de agua mojaban la bata blanca de éste.

El de cabello oscuro rodeó con delicadeza el delgado cuerpo de Beomgyu con sus brazos, sobando suavemente su cabello, tenía el impulso de proteger al menor de todo mal, quería cuidar su sonrisa e inocencia para siempre.

Y mientras aquellos jóvenes se otorgaban apoyó y cariño mutuo, alguien desde lo lejos los observaba con duda en sus ojos.

without you ─ yeongyuWhere stories live. Discover now