Capitulo 9 (Cuando sabes que todo termina)

44.7K 1.6K 348
                                    

–¿Qué te pareció el viaje? –cuestiona Kevin, mientras ayuda con una de mis maletas.

Lo observo y tengo ganas de regalarle una sonrisa pero no puedo.

–No hay necesidad de que mientas __(tn)__, a pesar de todo hemos sido mejores amigos por tanto tiempo que casi se lo que piensas –advierte y me da otra sonrisa, pero esta vez comprensiva.

–Fue un buen viaje –admito –Tal vez no la mejor situación…

–Todo va a estar bien –dice y entonces me detengo.

¿Por qué todo mundo tiene que decir lo mismo? No, no lo va a estar, duele.

–Vamos –dice –Deberías saber que no lo digo solo para hacerte sentir mejor, sino porque es verdad –Al parecer si sabe lo que pienso – Sencillo, mira ¿recuerdas cuando montábamos patines y tú te caíste y raspaste las rodillas? –pregunta y yo asiento, algo confundida –Al principio llorabas demasiado porque dolía, en aquella actualidad el dolor era lo único que ocupaba tu mente y cuando te pusieron alcohol lloraste aún más pero después la herida fue sanando hasta que lo olvidaste, dejo de doler. Hubo repercusiones, claro, como que después ya no querías montar los patines de nuevo pero siempre estuvimos ahí para ti hasta que lo hiciste y ahora eres una excelente patinadora. Tal vez pienses que las heridas del corazón son muy diferentes pero no lo son, duelen más, claro, pero no hay diferencia por que el tiempo lo cura todo –dice y su mirada está perdida. Me pregunto en que es lo que piensa, que pudo herirlo tanto a él que lo haya hecho pensar de esta manera, tener su propia filosofía acerca del dolor.

Y de repente lo sé, fui yo.

–Kevin… –susurró alarmada.

–No __(tn)__, no te preocupes, ya paso –admite y es sorprendente que en realidad sepa lo que estoy pensando y que yo no lo haga con él. ¿Cómo deje que nos pasara esto? ¡Éramos mejores amigos, eso simplemente no puede desaparecer de la noche a la mañana!

–¿Sabes que te quiero, verdad? –cuestionó con los ojos vidriosos.

–Lo sé –admite –Y me siento tan bendecido contigo a mi lado, porque si hay algo seguro a mi lado eso eres tú y me alegra que sigas conmigo y que hayas perdonado todos mis errores –dice.

Y no puedo evitarlo, lo abrazo.

JUSTIN.

–Fue muy valiente de tu parte –dice mamá, dejando una taza de té a mi lado –¿Estúpido, sabes? Por qué para empezar no tenías motivo para hacer eso, te dejaste en evidencia Justin y habías prometido no hacerlo –se queja mi madre una vez más –Sin embargo fue valiente, mi amor, y estoy orgullosa de ti –me abraza y después sale de mi habitación.

¿A dónde se habrá ido?

Las luces de su habitación se encuentran apagadas, a esta hora ya está a kilómetros de mí, de eso puedo estar seguro. El amor es una mierda. Ni siquiera estoy seguro de volverla a ver algún día, aunque guardo esperanzas ya que su madre sigue viviendo frente a nuestra casa. Pero entonces me pregunto para que sirven las esperanzas, porque aunque ella viviera en mi casa yo no podría acercarme de nuevo a ella.

En algún momento ella sabrá la verdad y me odiara aún más. No podía darle más motivos para odiarme robándole su equipaje, evitando que se fuera de mi lado. Aunque estoy seguro de que la clase de odio que tendrá contra mí será el máximo, aun así no podía darle más motivos.

Nuestro bebé, perdió a una parte de ambos que no tenía culpa en esto y lo perdió por mí. Yo lo mate a él y voy a ser la causa de la muerte en vida de __(tn)__ en cuanto se entere de lo sucedido. Siento comprender de alguna manera por qué nuestras madres se lo ocultaron este tiempo, querían salvarla, querían que viviera, le dieron una oportunidad más. Y aquí estoy yo como el bastardo que soy, arruinándola. Y sé que en cualquier momento ella lo sabrá, porque una verdad así no puede ocultarse para siempre.

Tomo una de mis chaquetas del armario y las llaves de mi auto. Es muy tarde para salir a cualquier parte que no sea un bar o alguna fiesta loca pero no importa, porque es ahí justo a donde voy. Si no puedo ser feliz entonces viviré de felicidad inventada. Y si arruino mi vida, da igual, porque no puede estar más arruinada de lo que ya está.

__(TN)__.

–Buenos días… –canta Kevin, mientras se siente frente a mí con su bandeja de desayuno. –¿Qué tal dormiste? ¡Vamos, no me digas que mal porque estas camas parecen estar hechas de un pedacito de cielo! –ríe y rio con él.

Tiene razón a pesar de todo pronóstico dormí de maravilla.

–Muy bien –admito y tomo otra papa remojada en salsa de tomate –¿Qué pediste para desayunar? –cuestionó, echándole una mirada inquisitiva a su bandeja.

–Ensalada –admite orgulloso –No iba a pedir una masa de grasa con doble queso –ríe, refiriéndose a mi hamburguesa.

Aunque sé que está jugando, porque no pidió ensalada, sino una hamburguesa, igual que yo.

–¿Qué tal tu compañero de cuarto? –cuestionó después de masticar mi papa.

–No es gay –admite –Así que todo perfecto ¿Y la tuya? –toma un gran mordisco de su hamburguesa y me observa intrigado.

–Es buena, olía un poco a alcohol a la hora que llegó, hace unas horas por cierto –rio –pero es muy amable. Incluso me dejo utilizar su cama para doblar mi ropa mientras ella dormía en el suelo –digo –Menciono algo así de que había dormido en sitios peores y que de verdad no importaba, cuando quise insistir en que durmiera donde le correspondía ya estaba roncando.

Kevin levanta las cejas en señal de admiración y entonces murmura:

–Interesante…

Rio.

–¿He encontrado a tu alma gemela? –cuestiono entre risas.

De alguna manera tengo un buen presentimiento sobre esto, Kevin ama las fiestas y al parecer el segundo nombre de mi compañera es Fiesta, así que creo que podrían llevarse muy bien, en especial cuando estén pasados de copas.

Kevin finge estar horrorizado y vuelve a su desayuno.

A pesar de estar en la mayoría de las clases juntos, no estamos en todas y eso duele, de alguna manera. Al terminar el desayuno cada uno tiene que atender sus propias materias, en mi caso educación artística y Kevin tiene deportes así que nos despedimos.

Las horas pasan de inmediato y cuando menos me doy cuenta ya estoy caminando hacia el salón de Historia Universal al lado de Kevin, quién ha encontrado un buen amigo, su nombre es Nicolás Brent, está en deportes con él también.

–¡Fue increíble! –exclama mientras narra la última fiesta de fogata en la playa.

Lo escucho fascinada, más por la forma de narrar que por la propia fiesta.

–No deben de perderse la siguiente –dice.

–Sin duda no lo haremos –murmura Kevin y entonces entramos al salón de clases.

JUSTIN.

–Hey chico, lo mejor es que te vayas ahora mismo, el bar ha cerrado hace como veinte minutos y no será bueno si el gerente te encuentra aquí –dice el chico de la barra, que está un poco borroso.

–No, gracias –me niego –tengo sueño.

–Por eso mismo deberías irte ya... ¿sabes qué hora es?

–Por favor –suplico –¡Solo déjame dormir!

–¿Pablo, que sucede? –escucho una voz chillona al fondo. Pablo, con que así se llama el bar ténder.

–Nada especial, otro pasado de copas… –murmura él, un poco fastidiado y entonces reconozco a la chica que se acerca, Lucía.

Veo como me reconoce de inmediato y se acerca a mí. Pero me siento indispuesto así que la ignoro.

–Por Dios, Justin –dice y me toma por los hombros –¿Qué haces aquí?

No contesto.

–Estuvo en la fiesta de la noche pero ya es hora y no quiere retirarse –contesta Pablo, gracias, pienso. Por evitarme hablar y hacerme sentir como estúpido.

–Vamos Justin –dice ella –¿Pablo me ayudas?

No sé si el tal Pablo se niega o acepta porque de pronto todo es oscuro.



Cuando despierto mi cabeza pesa demasiado pero mi cuerpo ya no se siente del todo incomodo, y me doy cuenta de que estoy acostado en una cama, dentro de una habitación que me resulta vagamente familiar, y entonces me levanto de golpe. Lucía. Estoy en la habitación de Lucía.

¿Pero qué paso anoche? Oh, no, mierda, no.

–¡Ya estas despierto! –Exclama ella y se acerca a mí con una vaso de agua –Bebe –ordena y me niego.

–¿Qué paso anoche? –cuestiono temiendo la respuesta.

Ella me observa y entonces sonríe para después contestar:

–Menos de lo que me hubiera gustado, eso te lo aseguro –se rinde y deja el vaso en el buro de un lado –De hecho ni siquiera pasaste la noche aquí, te encontré en la madrugada en el bar que trabajo –admite.

Lo recuerdo.

–Pero ya estas despierto y es una nuevo día –dice y se inclina hacia mí.

Entonces siento su aliento en mis labios y después están sobre los míos. Besándome, tomando toda la energía que queda en mi cuerpo, y entonces le devuelvo el beso. Porque si me voy a ir al infierno, que es lo más seguro, quiero que sea con la penitencia completa.

Del Sexo al Amor solo hay un Paso《Segunda Temporada》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora