Del Sexo al Amor solo hay un Paso《Segunda Temporada》

Capitulo 8 (Mentiras Piadosas)

–¿Eso era lo último? –pregunta mamá antes de cerrar la maleta.

–Sí –le confirmo y ella la cierra.

Mis ojos aún están rojos e hinchados por llorar pero valió la pena, ahora no me siento tan basura como hace unas horas y mucho mejor aún, convencí a mamá de que hablara con Kevin para que nos fuéramos antes. Kevin acepto.

–¿Ya te despediste de Dante? –murmura.

No lo he hecho.
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–Lo lamento –me disculpo de nuevo con Dante. Es bueno poder hablar con él de frente.

–¿Estas consiente de que ninguna disculpa me hará sentir mejor, verdad? –no me mira.

–Lo estoy –exhalo. –Pero es lo único que puedo ofrecer, ya habíamos hablado.

–Pero aun así duele –admite –¿Por qué no simplemente una escuela de aquí? ¡Podrías ingresar a la mía! ¡Yo podría ayudarte con los gastos! –ofrece esperanzado.

Sonrío melancólica.

–Gracias Dante.

–¿Pero…? –cuestiona.

–Pero no voy a cambiar de opinión. Ya fue difícil para mí convencerme. Además solo será uno o dos semestres –digo sin estar segura.

–Eso ya es demasiado __(tn)___, pero ¿y sí te gusta? –Cuestiona –Nada asegura que vayas a volver, o que las cosas vayan a ser iguales.

Me parte el corazón escuchar eso, porque sinceramente yo deseo que no sean iguales.

–Lo lamento… –mi celular comienza a sonar y hago un gesto de disculpa hacia Dante para contestar.

–¿Bueno? –digo a través de la línea.

–Mi amor, será mejor que vuelvas –escucho a mamá murmurar.

–¿Sucede algo? –cuestiono rápidamente poniéndome rígida.

¿Qué está sucediendo?

–Algo así –dice ella y escucho un grito de furia familiar.

–¿Esta Kevin contigo? –Cuestiono –¿Mamá, que es lo que sucede?

Mi corazón comienza a latir con fuerza. ¿Les ha pasado algo malo?

–Sí, por favor cariño apresúrate… –ruega ella y por lo bajo que esta su voz sé que no quieren que sepa que me está llamando.

–De acuerdo –acepto –Dante y yo vamos para allá…

–¡No! –Me corta rápidamente –Tranquiliza a Dante y hazlo volver a su casa, te espero –agrega y la línea muere.

¿Qué rayos está ocurriendo?

–Necesito volver a casa –le digo y me levanto, él se levanta conmigo.

–Te acompaño –dice y me tenso.

–Será mejor que vuelvas a tu casa, todo está bien –miento –Son algunas cosas del equipaje, en cuanto termine…

–Sé que algo está mal ___(tn)___ y sé que ni siquiera sabes que es, no trates de ocultarlo, te conozco –admite y me maldigo por dentro por ser tan predecible.

–Mamá me pidió que no te llevara –admito un poco avergonzada y ahora es él quien se tensa.

–Entonces solo déjame llevarte a la esquina de tu casa, por favor –suplica y acepto.

No soy la única que quiere aprovechar al máximo las pocas horas que nos quedan juntos.



Cuando me deja en la parada de autobús cerca de mi casa le agradezco y prometo hacerle una llamada en cuanto se resuelva lo de mi casa. Comienzo a correr hacia mi casa y lo veo desde lejos, Justin. Me acerco con cautela y veo algo que podría ser el porqué de la llamada de mamá.

Mis maletas están fuera de la casa pero no en la camioneta de Kevin como deberían si no al lado de Justin, quien parece resguardarlas como si se tratara de su propia vida.

¿Cómo se hizo todo este alboroto?

Miro a mamá, quien parece agradecer a Dios que yo llegue rápido.

–¿Qué sucede? –cuestiono porque todo es silencio total.

Mamá está en la entrada de nuestra casa, Kevin frente a nuestro patio observando con odio a Justin, Pattie está tocando su pecho, como apenada con la situación frente a su casa y Justin sigue sin apartarse de las maletas, ni siquiera me ve.

–Nada, es solo que… –dice Kevin y es interrumpido por Justin.

–¿Qué sucede? –Pregunta como si no fuera obvio –¿QUÉ MIERDA PASA POR TU CABEZA __(TN)__? –grita y me exalto.

¿De qué se trata todo esto?

–Kevin llegó por tus maletas hija y Justin iba saliendo cuando lo vio –declara mamá mientras observa cuidadosamente a Justin, como si no lo reconociera.

–¿Y eso qué? –pregunto.

Nada tiene sentido.

–Cuando salí de tu casa con la última de tus maletas él ya había bajado todo de la camioneta –admite Kevin y sé que se siente un poco avergonzado por no poder evitarnos todo esto.

–¿Cuándo pesabas decírmelo? –pregunta Justin, mirándome por fin.

No contesto, solo lo observo.

–¡¿Cuándo?! –pregunta de nuevo.

–Nunca –admito secamente.

¿Por qué tendría?

–Espero que sepas las consecuencias que esto te traerá… –dice y entonces me indigno.

–¡Por mí te puedes ir a la mierda! –¿Qué se siente este estúpido? A mí no me va a amenazar.

–Entra a la camioneta –declara Justin.

¿QUÉ?

–No –me cruzo de brazos y levanto una ceja.

–Hazlo –insiste sin despegar su vista de la mía.

–No lo voy a hacer –me niego rotundamente y puede ver como el color se va del rostro de Justin y después regresa.

–No te lo pediré de nuevo…

–Pattie, por favor –ruega mamá y Pattie niega con la cabeza.

–Lo lamento mucho pero Justin tiene sus razones, Rosa –dice Pattie con la mirada cabizbaja.

–Pero es que no puedes quedarte ahí cruzada de brazos mientras tú hijo…

–Él ya lo sabe –declara Pattie avergonzada y dolida a la vez.

¿Ya sabe el qué?

Ahora es a mamá a quien se le van los colores del rostro y abre ampliamente los ojos.

–¿Co-como…? –tartamudea.

–Lo siento mucho, Rosa. Él tenía que saberlo, pero yo le hice prometer que dejaría a ___(tn)___ para siempre pero esto cambia las cosas y…

–¿Tenía que saber, qué? –cuestiono furiosa.

¿Por qué hablan como si me estuvieran ocultando algo?

–Nada amor, vamos entra a casa –dice mamá y la ignoro.

–¿Qué es, Justin? –él tiene que saberlo.

Justin me da una mirada que dice: Lo siento mucho, y sin embargo no habla.

–¿Qué está pasando? –estoy harta de todo este drama– ¿Saben? ¡Olvídenlo! –Exclamo. –Me iré a donde sea que tenga que irme y tú no lo vas a evitar, Justin. Mírame a los ojos –ordeno y él duda pero lo hace –Mírame y dime lo que sea que tengas que decir ahora, porque es la última oportunidad que tenemos de sincerarnos, dime lo que sea que provoque tu locura y tratare de entenderte pero hazlo, ahora –exijo.

Siento mi respiración pesada, como si hubiera corrido un maratón. Y en este momento solo estamos Justin y yo, frente a frente. Y estoy harta de que mi vida sea como en una película, harta de pensar que tengo todo cuando en realidad no tengo nada, harta de tener que sufrir por amor y sin embargo seguir amando.

No habla y entonces pasa lo que no creí que pasaría jamás.

–Buen viaje –dice bajando la mirada y soltando una de mis maletas.

Mi corazón se rompe, por última vez