VI

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Como en un dejavú, Taehyung se encontraba dentro del cuarto de su amigo nuevamente, sentado sobre la cama, esperándole. Jungkook se había ofrecido por ir por algo para comer, mientras veían su película. Seokjin aun no llegaba de su turno en el hospital, por lo que el castaño se sentía algo ansioso de verle también.

- Okay, creo que traje de todo lo que encontré – informó Kookie, entrando con una bandeja repleta de botanas y frituras, además de refrescos. Tae le dio una sonrisa.

Se acomodaron frente al televisor y se dedicaron a disfrutar del filme.

De forma muy sutil, al punto que el castaño casi no logra percibirlo, Jungkook acercó su mano a la de su amigo, enlazando sus dedos meñiques. Lentamente, fue abarcando más terreno, hasta que tomó su mano por completo. Tae pasó saliva, sintiéndose incómodo. No le disgustaba el gesto, sino la intención con la que lo hacía, pues sabía que su amigo tenía fuertes sentimientos por él aún, y él no podía corresponderle.

Sintió la penetrante mirada oscura de Kookie sobre su rostro, pero no volteó a mirarle, temiendo que las cosas se salieran un poco de control. Fingió un enorme interés en la imagen frente a él, reproduciéndose en el televisor, riendo de vez en cuando de cualquier cosa sin gracia y metiéndose un puñado de palomitas cada tanto. El pelinegro no dejó de observarle, esperando pacientemente a que su amigo finalmente cediera ante la fuerza de su mirada. Para Taehyung era cada vez más difícil pretender no darse cuenta de nada, cayendo bajo la potencia de los ojos de Jungkook, volteando por fin.

- ¿Qué pasa? – el castaño trató de sonar casual.

- Estaba pensando... - comenzó a decir, dejando en pausa la película, para tener toda la atención del castaño - ...en lo mucho que te extraño – soltó, y Tae sólo pudo forzar una sonrisa.

- Estoy aquí, ¿no? – intentó salirse por la tangente.

- Sabes a lo que me refiero, TaeTae – rio de forma tierna – Éramos una pareja increíble.

- ¿Lo fuimos? – dudó Taehyung, con la ironía filtrándose en sus palabras – Creí que sólo teníamos una amistad con derechos – Jungkook torció el gesto.

- Lo lamento – se disculpó, sacando un poco de onda al castaño – Fue estúpido pensar en que no darle un nombre a lo que teníamos sería una buena idea... - soltó un suspiro apesadumbrado – Obviamente, no lo era.

- Da igual, ya pasó – le restó importancia el contrario, tratando de tomar el control remoto para darle a reproducir. Jungkook lo alejó en un movimiento rápido, tomándolo del brazo luego.

- No quiero que las cosas sean así – confesó – Algo pasajero y ya... Tú, realmente me gustas, Taehyung – habló, mirándole directo a los ojos – Por eso me pregunto, ¿por qué las cosas no pueden ser como antes? – Tae se mordió el interior de la mejilla para no decir nada – Aún estamos a tiempo para volver a empezar, y esta vez hacer las cosas bien – continuó Jungkook, esperanzado – Seríamos novios oficialmente y yo... podría intentar decirle la verdad a mi padre, para no tener que escondernos más.

Si antes Taehyung era miserable, ahora se sentía como la mierda. Era el peor mejor amigo del mundo y no tenía manera de responder a todo lo que Jungkook estaba pidiéndole. Cómo se supone que pueda explicarle que su interés por él murió al momento en que besó a su padre por primera vez, o que sus sentimientos por el pelinegro se apagaron cuando le hizo el amor a Seokjin. No podía, pero tampoco podía aceptar la propuesta que su amigo estaba haciéndole.

Y como si el destino o su suerte, le diera una patada en las bolas, Jungkook se aproximó con claras intenciones de besarlo. El castaño se llenó de pánico y sólo atinó a voltear el rostro, en cuanto sintió los cálidos labios de su amigo, sobre los suyos. Esquivó su beso y rompió su corazón. Tae podría jurar haber oído el crujido en el pecho de Kookie. Sin embargo, estaba hecho y nada más podía hacer.

Cuando Caiga La Lluvia [k.s.j - k.t.h]Where stories live. Discover now