— Feliz cumpleaños Nana. — Le dijo sobre sus labios antes de acomodarse como si nada hubiera pasado. —

Las bromas no se hicieron esperar ni un solo segundo, burlándose de la expresión avergonzada y rostro enrojecido de Jaemin quien simplemente hundió su cara entre sus brazos acostándose sobre el pupitre para tratar de ignorarles. Sintió una mano sobre su rodilla darle un pequeño apretón que le hizo sonreír en secreto. Siempre le hacía sentir mejor con cosas tan pequeñas, era simplemente mágico.

Horas más tarde, cuando estaban saliendo del salón para tomar un poco de aire fresco, Jeno le tomó su mano y le jaló hacia otra parte de la escuela. Le siguió en silencio notando como se dirigían al pasillo de los clubes escolares que a esa hora de la mañana estaban vacíos. Las grandes manos del mayor no dudaron en tomar su rostro para plantarle un beso mucho más apasionado que el dado cuando recién había llegado. Se lo respondió con calma notando como el fino tacto de los dedos ajenos se dirigía lentamente a su cuello y un pequeño escalofrió recorrió su cuerpo al sentir algo frío contra su piel. Se apartó un poco confundido, bajando su vista encontrándose con un collar que antes no había estado allí. Era una fina y elegante cadena de oro blanco que sostenía un hermoso colgante del mismo material. Era una pequeña ala de ángel, bellamente tallada con cada una de las plumas de manera delicada pero lo suficientemente firme como para quevse notara a la perfección cada separación entre ellas. Justo encima de la misma, y por donde se sujetaba a la cadena, había una brillante piedra negra que parecía ser un ónix. Levanto su rostro sorprendido hacia su novio quien le miraba sonriendo.

— Nunca fui muy partidario de este tipo de cosas, incluso podría decir que se me hacían un tanto aburridas y muy usadas pero en cuanto lo vi me fue imposible no pensar en ti. Ean lo bien que quedaba contigo. Además de que es una forma mucho más discreta y personal de representarlo.

El alfa había comenzado a hablar mientras desprendía el puño de su camisa, arremangándola tan solo un poco para dejar ver la elegante cadena que tenía colgando una pequeña ala de características similar a la del collar pero pintada de un negro precioso y en lugar de una piedra ónix, una blanca y brillante resaltaba con cada movimiento. No le costó mucho notar que era una sutil representación del ying y el yang.

— ¿Por qué tú tienes la negra? — Preguntó mientras sostenía su propio collar entre una de sus manos, con una pequeña sonrisa en sus labios.—

— Porque la pequeña piedra blanca eres tú. Lo único bueno que tengo en mi vida. Una luz brillante en medio de la oscuridad. Feliz cumpleaños Nana.

Le dio otro nuevo beso para no dejar que hiciera más preguntas al respecto. Porque Jaemin era lo único bueno que tenía y él, aquella piedra negra, era lo que estaba mal en la vida del hermoso omega aunque quisiera creer lo contrario. Nana llevaba el ala de un ángel, él portaba las del demonio.

El resto de sus clases pasaron sin nada fuera de lo común, solo eran un montón de adolescentes con rostros fastidiados y ganas de volver a sus casas para hacer los planes de fin de semana. El timbre del final de las clases sonó como si fuera un coro de ángeles anunciándoles que el paraíso estaba allí, justo afuera de las grandes puertas de la institución.

Pero para lo que muchos era un paraíso, alguien parecía estar viviendo un pequeño infierno. Mientras el grupo de amigos estaba hablando mientras se dirigían a la salida, y Jeno texteaba en su teléfono, notaron que muchos de sus compañeros estaban murmurando sobre algo en la salida. Curiosos se acercaron a ver qué es lo que pasaba. El rostro de los betas y el omega reflejó sorpresa mientras que el de Jeno tenía una expresión fría pero sus ojos brillaban de furia. Haechan debía de esperarle fuera de la escuela, tenían que buscarle ropa adecuada al omega   para asistir a la fiesta de Jaemin. El de piel oscura estaba allí, parado en silencio con la vista hacia abajo escuchando como la gente comentaba sobre él y su apariencia. Su uniforme, que hasta el día anterior había estado entero, viejo pero entero, se encontraba roto y sucio. El alfa se acercó apartando a empujones a quienes se interponían en su camino, sujetó el mentón del más bajo obligándole a que le viera a la cara. Si antes estaba molesto, ver el moretón en su pómulo derecho hizo que su sangre hirviera.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now