23- The secret

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En apenas minutos llegué a la Torre de Astronomía, donde me esperaba una chaqueta americana en el pomo de la puerta.

El aula estaba a oscuras, y únicamente entraba luz por la puerta de cristal que daba a una terraza. Esta puerta estaba abierta y, apoyado en la barandilla de la terraza, se encontraba un chico con la camisa arremangada y los cabellos oscuros despeinados.

    —Unas vistas preciosas —dije llegando a su lado.
    —Erika.
    —Pero la fiesta está abajo.

Me mira y, sorprendentemente, sonríe.

    —No me gustan las fiestas.
    —A mí tampoco -admito-. Pero no quiero dejar solo a Wiglaf.
    —Así que al final sí viniste con Wiglaf, ¿no?
    —Ajá —asiento—. ¿Al final con quien viniste?
    —Con Crisha. Aunque no debería haber venido. Ahora mismo estaría tranquilamente en mi habitación leyendo...
    —Sobre cómo abrir la cámara de los secretos -lo interrumpo. Al instante me arrepiento de haber dicho eso.

Una lágrima silenciosa comienza a caer sobre su pómulo y al instante me arrepiento de haberlo dicho. Cierra los ojos y frunce el ceño, soltando suspiros desesperados.

    —Tom, ¿qué sucede? —digo preocupada, alcanzando su cara con mis manos.
    —Soy una persona horrible. No soy más que maldad, doy asco.

Suelto su cara y abrazo su torso. Él, tristemente, corresponde mi abrazo y entierra su cara en mi cuello. En cuanto la saca, continúa hablando:

    —Yo lo intento, pero no puedo. Soy una persona mala por naturaleza. No puedo hacer nada por bondad.
    —No digas tonterías, Riddle —le reprocho—. Haces cosas buenas. El otro día me desmayé y tú cuidaste de mí. En el fondo, eres bueno, sólo que apenas dejas que ese lado bueno de ti aflore.

    —No lo entiendes, Erika. No puedo.

Y por muy loco que me parezca, lo creo. Porque noto que esas últimas palabras las está diciendo con el corazón.

    —¿Qué quieres decir? —pregunto.

Él se sienta en el suelo apoyado en la barandilla, y yo lo imito.

    —Erika, no puedo amar. No puedo sentir.
    —¿Qué?
    —Mi madre hechizó a mi padre con amortentia. Cuando me tuvieron, nací con el opuesto de amortentia implantado en mí. Lo que quiere decir que no puedo sentir amor hacia nadie.

Escucho pacientemente cada una de sus palabras y asiento; se nota cuando Riddle está contando la verdad.

    —Los sentimientos me confunden, no sé diferenciarnos. Procuro actuar de buena forma, pero no siempre lo consigo porque la bondad es una cualidad que por culpa de ese hechizo no puedo sentir. Y me quema no poder saber nunca lo que es enamorarse. Hasta odio el amor por el hecho de no poder sentirlo.

No puedo formular palabra.

    —Y aunque a veces parezca que te odio, no es así —continua—. Sólo que no se expresar nada.
    —Te voy a ayudar —digo agarrando sus manos—. Debe haber alguna manera... todos los seres humanos pueden amar.
    —Dicen que para amar, necesito a la persona correcta. Que debo intentar sentir algo por alguien, pero no lo he conseguido. Estuve con Loren con la esperanza de que ella despertara algún sentimiento en mi, pero lo único que consiguió fue ganas de hacer el amor. No hacíamos otra cosa, y siento que la he estado utilizando.
    —Está claro que Loren no es la correcta —digo, a lo que él suelta una sonrisa melancólica—. Pero Loren no es la única persona en el mundo.

Siento como su índice dibuja círculos sobre mi palma.

    —Te voy a ayudar. Debe de haber algo que se te haya escapado.

Se levanta ágilmente y me ayuda a levantarme.

    —Gracias por contármelo, Tom. Comprendo que debe haber sido difícil.
    —Es raro, pues siento que puedo contarte todo. Eres de las pocas personas que no teme a hablarme. Eres —me giro y choco accidentalmente mi nariz contra la suya—. diferente.

La sangre sube a mis mofletes al tiempo que Tom mira mis labios. No puedo evitar mirar sus labios también. Comienzo a pensar en Wiglaf, el chico al que quiero, al tiempo que accidentalmente aproximo mis labios a los suyos. Siento su mano trepar por mi cintura y en una fracción de segundo posa sus labios sobre los míos.

Paz; siento la paz precursora de la tormenta. Por eso, no sigo el beso y me aparto velozmente.

    —Me tengo que ir —susurro.

Abandono la sala al borde de las lágrimas, dejando a un Tom pensativo mirando a algún punto fijo en el suelo. Percibía que todo lo que había conseguido hasta ahora —mi relación con Wiglaf y mi amistad con Tom— parecía estar a punto de caerse abajo. Todo por culpa de un mísero beso no correspondido.

    —Por fin volviste —dice Wiglaf en cuanto llego al comedor

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    —Por fin volviste —dice Wiglaf en cuanto llego al comedor.
    —Estaba un poco abrumada y necesitaba tomar el aire.

Él asiente y yo me sumerjo en sus ojos azules. Cuando me quiero dar cuenta, está sonando por todo el comedor una balada lenta.

    —¿Bailamos?
    —¿Enserio? —pregunta Wiglaf sorprendido—. No te gusta bailar.
    —Bueno, ahora me apetece mucho bailar con mi novio.

Él sonríe y agarra del brazo, para llevarme a la pista de baile. Varias parejas se han agrupado en el centro mientras se mecen y se dedican miradas cómplices y sonrisas enamoradizas entre ellas. Wiglaf y yo nos unimos a esta orquesta del amor, mientras siento la mirada de una terera persona sobre mí.

Una tercera persona que estaba experimentando por primera vez cómo se le rompía lentamente el corazón. Aunque no supiera a ciencia cierta lo que era amar de verdad.

Fin del capítulo 23...

¡Hola! Por fin tenemos un beso con Tom, aunque haya sido muy corto y Erika lo rechazara :(. Pero bueno, aqui es dónde comienza la tensión (tambien sexual xd).

Estaba buscando una actriz para wue haga de Amy. ¿Tenéis alguna idea?

Otra cosa; ¿cómo veis posibles escenas sexuales con Wiglaf o Tom?

Abrazos!!♡

heirs & romances [Tom Riddle]Where stories live. Discover now