El estridente sonido de su celular rompió el silencio del lugar. A Jeno le hubiera gustado ignorarle pero era el tono predeterminado que tenía para su hermano. Se despegó de los labios del omega, viendo que había logrado dejarlos rojos e hinchados también un poco brillantes por su saliva. El cabello de este también estaba despeinado y sus mejillas sonrojadas además que jadeaba por la falta de aire. Pegó unos segundos su frente al hombro de este susurrando un pequeño "Lo siento" por interrumpir el momento que estaban teniendo.

El alfa se levantó para contestar la llamada caminando un poco para alejarse de donde es que estaban sentados. Jaemin quedó allí, levantándose un poco para sentarse observando cómo es que el pelinegro parecía discutir con alguien a través de su celular, lucía bastante molesto, suposo que no era nada bueno. Pasados unos minutos le vio suspirar y colgar para caminar luego en su dirección.

— Lo lamento, es mi hermano. Ya descubrió que le robe su moto y necesita ir a trabajar en ella, por ello tenemos que volver en este momento.

Jaemin no pudo esconder la cara de descontento de rostro luego de que las palabras fueran dichas y el alfa sintió su corazón romperse en ese momento. Recogieron las cosas en silencio dedicándose pequeñas sonrisas en el proceso. Antes de subirse nuevamente a la motocicleta, Jeno le extendió una sudadera que había tenido guardada en el fondo de esa mochila, el omega empezaba a preguntarse qué tantas cosas entraban allí. Como era de esperarse la temperatura había bajado cosa que el alfa había previsto llevando aquel abrigo extra para el menor así no llegaría a pasar frío. Una sonrisa se instaló en los labios del de cabello rosado cuando se puso aquella prenda debido al olor a café que tenía, era claramente el aroma de Jeno.

El viaje de regreso se sintió como una tortura debido a que estaban siendo arrancados de su burbuja de tranquilidad y calma. Los ruidos de la ciudad de Seúl volvían poco a poco al igual que parecía ser más difícil el respirar debido al contaminado aire. Aunque también podían ser solo imaginaciones creadas por la mente del omega quien no quería tener que volver a su casa y despedirse de Jeno.

Sus manos, que estaban enlazadas sobre el abdomen de Jeno, parecían congelarse debido al viaje pero estaba bien porque el resto de su cuerpo podía sentir la calidez de este. Las luces de la ciudad y los autos eran solo borrones al pasar debido a la velocidad que el alfa estaba usando. No parecía titubear ni un segundo aunque estaba seguro de que más de una de sus maniobras habían sido bastante peligrosas o arriesgadas.

Al llegar a su barrio, Jeno estacionó no frente a su casa por temor a que su madre pudiera estar allí. Debían de tener cuidado aunque ninguno de los sirvientes le había comunicado si es que su madre ya estaba en casa. Al bajarse Jaemin, miró el piso unos segundos sin saber muy bien que hacer hasta sentir como el alfa le tomaba por la cintura atrayéndole nuevamente a él. Comenzó un beso mucho más calmado que los anteriores dados. Era un beso que le hacía temblar y sentirse como si estuviera flotando en el aire, todo lo de su alrededor parecía no existir en ese preciso instante.

— Nos vemos el lunes Nana. Ya tengo que irme.

Fue lo último que dijo antes de dejar otro pequeño y corto beso sobre la boca ajena como despedida. El alfa espero a que su ahora novio entrara a la casa antes de salir de ese lugar lo más rápido posible, casi derrapando en el proceso.

Al sentirle entrar, la señora Lee salió de la cocina con una gran sonrisa para recibirle y preguntarle como le había ido en su cita. Una pequeña sonrisa boba se instaló en sus labios antes de casi gritarle que ahora tenía novio. La señora Lee llevó una de sus manos a su boca debido a la sorpresa antes de abrazarle felizmente. Ella podría tener sus propios hijos que estaban ya en la universidad pero Jaemin era como otro pequeño más en su corazón. Había visto crecer a ese pequeño, pasar de ser un bebé a un niño y de un niño a un jovencito hermoso de buen corazón. Deseaba que fuera feliz más allá de todas las frivolidades que le rodeaban día con día.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now