-(6)-

26 2 0
                                    

Wine pon you.

(II)


Me parecía una menuda ridiculez el estar aquí, encerrado entre alcohol, música a tope, luces inquitantes, gente sudada por el baile y por otros motivos.
No tuve de otra, mis amigos me obligaron acompañarlos a pasarla bien.

Carajo, a estas horas puedo estar descansando en mi apartamento o entreteniéndome con otras cosas.

Soy un chico más reservado y tranquilo, lugares como estos no son ocupados en mi lista de ocio; no me agradan por el simple hecho de ser demasiado ruidosos y nada pasivos.

Los chicos de un abrir y cerrar de ojos me abandonaron en la mesa que habíamos reservado horas antes, dejándome completa y absolutamente solo. Las botellas de Whisky y Ron más unos cigarros eran los únicos que me acompañaban en la zona, unas que cuantas chicas se metieron poco a poco más yo me hice el tonto dejándolas pasar. Estaba tan aburrido que pensé que ellas al menos me darían un poco de diversión, algo que desde hace mucho tiempo no he hecho y ya me hace falta.

Que, ¿Pensabas que era un chico nerd friki obsesionado con los videojuegos y come tareas?.

Como ninguna de las presentes me parecía interesante, decidí emborracharme ingiriendo toda la botella de whisky que yacía en la mesa. Pensé que al menos ebrio podía suceder algo de mayor importancia.

Aunque, no sé si fue producto del licor o definitivamente me estaba volviendo loco.
De pronto empecé a mirar en un lugar específico: al frente, justo en la barra. Había mucha gente bailando brincando o lo que sea, pero un punto me llamaba absolutamente, intenté levantarme, pero mis piernas no respondían ya que una chica se había sentado en ellas tratando de seducirme.

Cuando la gente que tapaba mi visión se quitó de lugar, miré lo que tanto quería ver.
Una despampanante mujer pelirroja, blanca, más o menos alta y con exquisito cuerpo. Mis ojos no se despegaban de su figura y de su parte baja, rápidamente estaba dándome ansiedad e ignoraba los besuqueos de las chicas de una manera tan descortés sólo para se fueran.

No fui discreto, pues ella volteó hacia mí. No sé cómo diablos pero las mujeres tienen alguna especie de radar cuando se sienten acosadas de esta forma, mi expresión no cambió en lo absoluto cuando nos vimos por fin; ella se veía algo avergonzada y levantó su copa en muestra de saludo pero yo no me inmuté en responderle, estaba tan borracho que ni sabía si tenía brazos para hacerlo.

Luego sentí su temperamento cambiar.

Movía sus cabellos de un lado hacia otro, sentada movía sus caderas al compás de la música, bebía sensualmente su trago.

Todo para provocarme.

Mi vista la seguía ahora a la pista de baile, tomó a otra chica y empezó a danzar de una manera tan sucia, tan deliciosa.

Yo estaba poniéndome muy desesperado y ella lo sabía, por eso sonreía complaciente de que sus actos hacían un gran efecto.
A como pude me levanté y me dirigí hacia el otro extremo de la discoteca para que pudiera perderme de vista.

Para yo así poder aparecerle  por atrás.

"- Entonces, ¿Ésta es tu forma de conquistar a alguien?"- pregunté en su oído, tomando su cintura para que no huyera.

"-¿Tú qué crees?"- contestó poniendo sus manos sobre las mías, la chica con quien estaba se alejó dejándonos solos, con una multitud que hacía perganos más.

"- Pienso que sabes hacerlo, pero conmigo las cosas son distintas querida"- mi voz se escuchaba muy profunda y el olor a whisky salía fugazmente de mi boca.

"- Oh, ¿Y cómo son esos métodos señor coqueto?"- Ella lentamente me empujaba hacia al fondo del local, yo como todo un idiota no me opuse y dejé que siguiera llevándome a un lugar no tan concurrido.

Cuando llegamos al pasillo al parecer secreto, no me aguanté y la puse contra la pared para besarla y vengarme, pero ella soltó una carcajada con olor a vodka y dijo lo siguiente que me dejó momentáneamente pensando:

"- Vaya vaya, con que ahora eres salvaje y posesivo".
Enmudecí pero logré argumentar algo para saber a qué se refería.

"- ¿Ahora?, Acabamos de conocernos".

"-Por Dios, tan inesperado como siempre"- apreciaba mi camiseta y chaqueta, me hablaba como si me conociera desde hace bastante.

Me acerqué más a su rostro e intenté reconocerla, pero fue en vano. "-¿Quién eres?"- es lo que pude decir confundido de tan repentino cambio de ambiente.

"- Una simple chica que escogiste al azar"- respondió encogiéndose de hombros, "- es todo niño tonto, guapo y presumido".

Mi mente hizo un"click"instantáneo cuando ella me habló, cuando sus ojos verdes me confesaban lo que verdaderamente estaba sucediendo.

Esa cara, ese cabello, esos ojos...

¡Claro maldita sea!.

"- Qué cretino eres al olvidarme"- volvió a hablarme cuando vió que yo até cabos finalmente.

"- No es mi culpa que seas tan invisible en la facultad, y que seas tan visible.. acá"- la veía de pies a cabeza sonando lo más calmado posible.

Sí, probablemente en la universidad ni siquiera nos dirigimos la palabra.

Pero aquí era distinto, ella era otra con ese espectacular vestido, el maquillaje y zapatos. Yo igual.
Los dos nos evitamos fuera, pero eso no significa que en momentos como éste tengan que ser similar.

Para no seguir discutiendo, tomé su rostro y la besé tan fuerte para que no recordara o dijera algo que me hiciera  arrepentirme. Ella quiso separarse pero yo la agarré de los muslos y la metí en una habitación lejos de toda la gente y ruidos que impidieran escucharla con claridad.

La bajé al piso ingeniándomela con una mano enllavar la puerta de atrás, cuando necesitábamos separarnos un poco, nos dimos cuenta que estábamos en una especie de habitación de descanso para los empleados del establecimiento, unos sofás, cojines, una refrigedora y una enorme alfombra roja. Perfecto para mi objetivo de esta noche.

Sin decir más volvimos a besarnos y nuestras manos empezaron a picar por quitar la ropa del otro, cuando yo buscaba el cierre de su vestido rosa y ella escurría sus dedos en mi camiseta, propuso algo suficiente para excusarnos de nuestras propias mentes.

"- E.. esto lo tendremos que olvidar mañana".- Como succionaba su cuello, sus palabras salían entrecortadas más escalofríos placenteros producto de lo que le provocaba.

"- Nosotros nunca estuvimos involucrados en nada"- apoyé su opinión; loco por tomar su ropa interior y hacerla volar como pajaritos en el aire.

"- Es tu oportunidad de aprovechar, niño"- reía a la vez de las tonterías que decíamos.
Preferí ocuparme en lo que hacía y logramos llegar a uno de los sofás cercanos, ella pudo subirse encima de mí y comenzó a menearse haciéndome enloquecer sin aún haberme quitado el pantalón.

Era más que obvio que en otro día, las cosas seguirían siendo normal.

Yo evitándola, ella evitándome.

Pero muy al fondo los dos, sabíamos bien que esto tenía que repetirse.

Quizás, la casualidad vuelva a ayudarnos a encontrarnos , emborracharnos, besarnos, tocarnos.









Sólo está en un quizás.

------------------------------------------------------

The Notebook.Where stories live. Discover now