❝ it's okay, just remember ❞ ─ saida

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¿recuerdas cuánto tiempo dejamos de hablarnos después de aquello? mierda, yo contaba los días, las horas, los minutos, los segundos, todo.

—vamos Sana, no estás tan mal, me gustaría poder verte sin nada puesto.—

—te dije que aún no estoy preparada para eso.—

—maldición, si, lo dices todo el puto tiempo pero ya es hora de la prueba de amor, no quieres que me valla con otra chica ¿o si? no tengas vergüenza.—

—simplemente no quie...—

—me tienes harto con tu no quiero.— el chico me agarró de las muñecas, me metió a un salón vacío y me puso contra la pared —será por las malas entonces.— comenzó a desabrochar mi pantalón y después mi camisa, aunque yo trataba de empujarlo y gritar, el tenía su mano encima de mi boca y era muy fuerte, mi corazón palpitaba tan rápido por el miedo que creí que me desmayaría, mis ojos se llenaban de lágrimas y yo solo me imaginaba los desenlaces más asquerosos que aquel escenario daría.

—por favor no.— solté en un grito que pareció más un susurro.

—mira el lado positivo mi amor, no te dejaré por otra zorra.—

—te dijo que no lo hicieras, entonces déjala.— cuando entraste por la puerta del lugar no pude evitar sentir alivió, sonreí esperanzada, tú no me dejarías aquí.

—ahí está la enana de tu amiga, creí que nos había dejado de joder, no te metas Kim.—

—oh vaya, Sana, no me habías dicho que el idiota sabía memorizar apellidos.— le diste una patada al chico en el estómago y este calló al suelo, finalmente me había dejado las manos libres, tome tu muñeca y te obligue a correr conmigo hasta un baño, por lo menos ahí podríamos escondernos, en cualquier caso si el se levantaba a seguirnos no podría entrar al baño de mujeres sin llamar la atención de los pocos alumnos que se encontraban ahí, mismos alumnos que no lo dejarían pasar por qué las reglas eran simples.

Nos sentamos en el piso de los baños, tú lo hiciste delante de mí y aún con la respiración entrecortada me regañaste.

—mierda Sana, te dije que el era un mal tipo, tienes suerte de yo estuviera pasando por ahí.— tocabas tu pecho tratando de controlar tus latidos.

—lo se, lo siento por no haberte escuchado, yo... gracias.—

—no te preocupes... ¿estás bien?.— preguntaste mientras abotonabas mi camisa y yo arreglaba las pocas imperfecciones de tu cabello que había ocasionado el aire en el momento de huir.

—si... te extrañe Dahyun, lo hice mucho.—

—ese es tu castigó por ser tan necia, pero ahora promete que me escucharás.—

—de acuerdo, me parece justo.— sonreí.

—y también...— hablaste más bajó —promete que no me dejaras sola de nuevo.—

—no, nunca.— contesté en el mismo tono.

De un momento a otro sentí tu respiración cerca, y durante un instante nos miramos, un instante que detonó todo lo que realmente queríamos hasta ese momento, y nos acercamos cada vez más hasta que nuestros labios se tocaron, cerré los ojos y disfrute de los carnosos y suaves que pueden ser los labios de una chica, de lo dulce y sensibles que pueden ser tus labios.