Amor en las aguas MacKenzie

Capitulo No.24 - Noche de Bodas

Y cumpliendo la petición de su señora, Eachann salió furtivamente de la celebración con su esposa... dirigiéndose al lago que rodeaba el castillo, ya era entrada la noche, y en pocas horas amanecería, y nada quería más que ver un amanecer con la mujer que amaba... Nuada tenía razón, la vida era demasiado corta para no disfrutar los momentos de felicidad que le regalaba, y era realmente feliz.

Caminaban en silencio, alrededor del lago disfrutando de la noche en las Highlands, que como pocas veces, estaba llena de estrellas y una hermosa luna iluminaba el lugar, su esposa lo conducía del brazo, y él se dejaba guiar no sabía a donde le llevaba, pero así fuera al mismo averno, el iría gustoso, solo por estar con ella.

Llegaron a un punto en donde solamente el susurro del agua podía escucharse... ella dejó su brazo y entró a las aguas... susurrando su ya conocido lenguaje.

Eachann miraba maravillado, como el agua obedecía a la voz de su esposa... del lago emergieron dos manos que parecían de cristal ella se volvió viendo a su esposo, mientras esas manos subían por su cuerpo, primero quitando los broches que mantenían agarrado su cabello, soltándolo y dejándolo libre... la luna hacia que el fuego de su cabeza resplandeciera como una joya... las manos de agua siguieron aflojando su corsé para luego bajarlo hasta su cintura, dejando al descubierto sus hermosos senos, no había en la vida nada más erótico que ver como su mujer era desnudada para él, no podía siquiera moverse o parpadear, aquello era hermoso de contemplar, su vestido se deslizo de sus piernas, cayendo a sus pies, dejándola gloriosamente desnuda.

Y como la selkie que era, se acercó a él, tendiéndole la mano y mirándole a los ojos, ella dijo algo que llevaba tiempo queriendo hacer

-Eachann... hazme tuya.

Sheena se sentía flotar, el sueño que más había anhelado se había hecho realidad, y ahora era conducida a la habitación nupcial en los fuertes brazos del que ahora era su marido.

Caelen no dejaba de mirarla, para él era la joya más preciada la que llevaba entre sus brazos, en sus ojos podía ver el miedo, pero también la resolución.

Abrieron la puerta de la que de hoy en adelante seria su habitación en una de las alas del castillo.

La colocó suavemente sobre la cama, se veía preciosa, con sus mejillas coloreadas por el rubor del momento.

Por primera vez ante una mujer, Caelen sintió incertidumbre, debía andar con mucho cuidado y delicadeza con ella, no quería asustar y mucho menos que recordara los horrores que había vivido... sabía que debía darle tiempo.

-Mi amor me he jurado a mí mismo ser paciente y sobre todo, quiero que tú seas feliz es lo único que me interesa en esta vida... por lo que entenderé si necesitas tiempo para esto.

Sheena estaba conmovida por las palabras de su Caelen, porque ahora era suyo, ella no quería que ninguna sombra se interpusiera entre los dos, y aunque no se sentía tan valiente, la mirada de amor de Caelen y sus palabras, la motivaban a serlo.