Capitulo No 11 - Renovación

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Una pequeña mano sostenía el brazo de Caelen… era la mano de su señora.
- Mi señora… usted no comprende.
- Claro que lo hago Caelen… la amas verdad?
El dirigió una mirada atribulada a aquellos ojos verdes de su señora.
- No puedo vivir sin ella mi señora.
- Entonces vive Caelen… ella aún está viva.
Caelen no comprendía las palabras de Moira, estaba aturdido, Sheena estaba inmóvil, sin embargo, un mechón de cabello que había caído en su rostro se movía tenuemente, era el indicio de que aun respiraba, pero lo hacía débilmente, en cualquier momento podía dejar de hacerlo.
La tomo entre sus brazos como si de la pieza más fina y delicada de porcelana se tratara, la acunó contra su pecho y lloró… si… un enorme highlander, curtido en batallas, un feroz guerrero, abrazaba a la mujer que amaba mientras fuerte sollozos salían de él mientras enterraba su rostro en el hueco de su cuello.
Moira apenas se podía mantener en pie… quiérase o no reconocer, la herida le había afectado más de lo previsto, pero ver a alguien con tal dolor por perder al ser que amaba le rebasaba, le recordó a su madre… ella había sufrido algo parecido, dejándola sumida en la soledad y desesperación.
No… ella no soportaba ver a alguien sufriendo así… debía hacer algo.
- Caelen… ayúdame a moverla… debemos ayudarla a recuperarse.
El aludido la miraba con sus ojos brillantes de esperanza.
- Puede hacerlo mi señora?
- Puedo
Eachann la tomo del brazo…
- Estas segura que puedes hacerlo muchacha? Aun estas demasiado débil.
- Lo sé Eachann, pero debo intentarlo, ella puede irse en cualquier momento y si la perdemos no podré ayudarla, además éste será solo el comienzo Eachann, porque sanaré su cuerpo, pero temo que hay heridas tan profundas que necesitarán mucho más tiempo en sanar – dijo esto viendo a Caelen a los ojos.
- Eachann… si algo me pasara… estarás ahí para cuidarme?
- Ni siquiera un ejército podría moverme de tu lado mujer!!
La ferocidad y vehemencia de sus palabras calentaron el corazón de Moira… se puso de puntillas y le dio a su esposo un casto beso en los labios.
- Gracias.
Su esposo solo asintió, acariciándole el rostro y deteniendo su dedo en los labios.
Sin perder más tiempo, y con ayuda, se dirigió a donde yacía Sheena, ya Caelen la había colocado sobre su tartán
Moira iba a arrodillarse a su lado, pero su marido tenía otra idea, la tomo en brazos y se sentó al lado de su hermana, y sobre sus piernas colocó delicadamente a su mujer sosteniéndola de la cintura, ella le dirigió una mirada desconcertada
- Me pediste que te cuidara… eso hago.
Esta vez su concentración pareció haber huido, no podía apartar la mirada del grueso brazo que la tenía incrustada en el ancho pecho de su marido, su aroma varonil…
Cerró sus ojos y en aquel lenguaje mítico, llamó a las aguas… las mismas aguas que momentos antes habían llevado muerte y destrucción, ahora eran llamadas para salvar una de vida.
Y tal como sucedió anteriormente, éstas cubrieron el maltrecho cuerpo de la joven, encerrándola en un capullo.
Caelen al ver desaparecer a su muchacha bajo el agua, se llenó de ansiedad y por un momento consideró sacarla de aquel caparazón de la que era prisionera, pero una mirada a su Laird y éste asintiendo en señal de aprobación a lo que sucedía le dio la tranquilidad para esperar.
Por su parte Eachann estaba maravillado, había visto a su esposa hacer lo mismo un par de veces, con Duncan primero y luego con Caelen, pero podía observarla de por vida y no cansarse nunca de hacerlo.
Había belleza en lo que Moira hacía, la magia que de ella provenía la podía sentir él también, era una sensación de cosquilleo en su cuerpo, pero con más intensidad en el brazo que la sujetaba, ver a su selkie, con su rostro endulzado por la paz, sus preciosos ojos cerrados, y su pecaminosa boca moviéndose para recitar aquellas palabras desconocidas, su cadenciosa vos que más parecía un susurro… todo en ella era de una belleza sin parangón, deseaba en ese momento enterrar la nariz en su cabello y aspirar su esencia única, a esa mujer la encontraría en donde sea.
Su poder se acrecentaba… se sorprendió al sentir un hilo de agua que subió por su brazo, no sabía cuál era su propósito, pero estuvo quieto y a la espera…
El agua envolvió su brazo, luego su torso, no entendía el motivo de ello, pero se formaron unas manos de agua, él estaba pasmado ante la visión, esas manos se posaron en su rostro, lo acariciaban… un dedo recorrió sus cejas, su nariz, sus labios, todo ello en una suave caricia, él se apoyó en ellas y cerró sus ojos, comprendiendo que era su selkie quien lo tocaba de esa manera.


Su poder se acrecentaba… se sorprendió al sentir un hilo de agua que subió por su brazo, no sabía cuál era su propósito, pero estuvo quieto y a la espera…
El agua envolvió su brazo, luego su torso, no entendía el motivo de ello, pero se formaron ...

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Jamás en su vida había tenido una experiencia ni cercana a la que estaba teniendo, obviamente no hablaba en lo sobrenatural que era, sino que a nivel íntimo… esa mujer se estaba metiendo fuertemente en su corazón, y esto le daba cierto temor porque no sabía en que finalizaría su relación.
Ensimismado en sus pensamientos se encontraba, cuando el agua se retiró de él, se sentía vigorizado, vio con asombro como los golpes que le propino Caelen para que la pelea de distracción pareciera real y los que le propinaron los hombres de McDonald cuando los descubrieron habían desaparecido… habían sido curados.
Aun su hermana permanecía encerrada en el capullo, el agua que la rodeaba en un principio cristalina, se había vuelto oscura, turbia.
Recordaba que la curación de Caelen no había sido tan larga, lo que le hacía pensar que el daño recibido por su hermana era mucho más grave, se estaba tardando demasiado, Moira seguía hablando en esa extraña lengua, pero ahora la notaba más pálida… sabía que se estaba esforzando al máximo, otra prueba era el sudor que bañaba su frente.
Ahora él era quien estaba ansioso!!
Esperó unos momentos más, Caelen estaba igual de impaciente.
Al fin, ella quedó en silencio… un movimiento con sus manos y el agua se retiró de Shenna, dejándola impecablemente limpia, en su cuerpo ya no habían huellas de los golpes sufridos, y de los latigazos que dejaron cruentas heridas en su espalda, solamente quedaban unas marcas pálidas… estaban completamente cicatrizadas, su rostro estaba sonrojado, ya no desfigurado por las palizas y el dolor, estaba como la Sheena que había dejado al marcharse.
Pero seguía dormida! Caelen tomó su mano… - No despierta mi señora!!
Con débil voz contestó – No lo hará Caelen, al menos por los momentos, debe descansar.
Y volviéndose a Eachann le dijo:
- Tenemos algo pendiente entre nosotros Eachann… debemos resolverlo.
- Lo tenemos muchacha… pero por hoy debes descansar.
Asintió y se apoyó en su pecho para cerrar sus ojos desvanecida.


Amor en las aguas MacKenzie
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