The eye without an owner

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— No no noOoOo, por favor...

— Klaus... —susurró la chica tratando de despertarlo— por favor, Klaus. —lo movió repetidas veces, pues el agarre que hacía a su cintura era fuerte y algo doloroso.

— NOOOOO. -el chico se levantó de golpe tumbando a su compañera de culo al piso.

— Auch. —se quejo ella en un gruñido.

El morocho comenzó a recuperar su respiración ignorando a su hermano, quien estaba sentado frente a él con un libro. El moreno buscaba arduamente por todas partes sus ansiadas drogas, ni siquiera reparó en que su hermana seguía tumbada en el piso por su culpa. De mala gana ella se levantó y se puso su bata sentándose a lado de Ben sin siquiera saberlo.

— Cierra la boca, Ben. —gruñó dejándola confundida— Dicho con amor... —tiro un beso al aire.

— ¿Ben? —preguntó ella.

 Deberías comenzar la mañana con huevos y algo de jugo de naranja —recomendó el fantasma.

— Los huevos no se fuman. —prendió un cigarrillo.

— ¿Ves a Ben?—-volvió a preguntar esperanzada de por fin ser escuchada.

— Debe haber algo para vender...

— ¡KLAUS! —gritó la chica ya harta sacándole un pequeño grito acompañado de un salto del susto al joven.

— Ay, brujita. —suspiro tocando con dramatismo su pecho— ¿qué pasa, nena?

—¿Ves a Ben?.

— Sí. —asintió repetitivamente con aire aburrido— Está sentado a tu derecha.

Los ojos de la chica brillaron con ilusión.

— ¿Qué dice?

— Que tienes un hermoso culo —movió sus cejas de arriba a abajo con picardía.

Yo no dije eso. —se defendió el fantasma, aunque solo Klaus podía escucharlo, para Ast era totalmente invisible.

Ella rodó los ojos y subió las piernas al asiento colocándose en flor de loto.

— Debe haber algo bañado en oro. —comenzó a rebuscar en una de las vitrinas del lugar.

Ast vio como el chimpancé se acercaba, este carraspeo su garganta haciéndose notar para el muchacho.

— ¡Oh, mierda, Pogo! —se giró Klaus viéndolo despues de esculcar la vitrina.

— Sabrás disculparme, joven Klaus. Buen dia, joven Ast.

— Buen día, Pogo. —sonrió ella con dulzura jugando con un listón de su bata.

— Tengo una pregunta, joven Klaus, faltan unas cosas de la oficina de tu padre, en especial y específicamente una caja ornamentada con un diamante.

¿De verdad? —le miró Ben con desaprobación.

— ¿De verdad? —copió el chico— No puedo creerlo.

— ¿Sabes dónde podría estar?

— No. —negó con seguridad, haciendo que la chica nuevamente rodara los ojos— No tengo ni la mas minima idea. Perdón.

Mientes.

— Muerete.

— Muerete

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The Witch ¦¦ Klaus HargreevesWhere stories live. Discover now