Especial ~ 1 - Un grave error

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—Marlene. Oye, Marlene.

No paraba de llamarla y de estirarle la manga de su camiseta, aunque se la había pasado ignorándola.

La víctima ya no podía tolerarlo más. Sus neuronas ya estaban apunto de explotar.

—¿Qué narices quieres?

La oscuridad opacó el rostro de Marlene. Su mirada, en aquel instante, eran dos navajas deseosas de clavarse en la mosca que había estando incordiándola. Había venido para interrumpir uno de sus preciados instantes de lectura.

Cuando la pequeña de la casa abandonaba la vivienda para irse al colegio, un extasiante oasis de paz reinaba en el lugar. Paz que Marlene necesitaba para concentrarse en sus novelas, pero dicho oasis se había esfumado.

Ángela, la tormenta, había venido a visitarla. No. De hecho, había venido a torturarla con sus reclamaciones.

—Me ignora —continuó, mostrándose sumamente frustrada.

Aunque Marlene no le había dado debida atención en ningún momento.

—¿Qué?...

—Hablo de Adler —repitió, molesta.

¿De qué se quejaba? Había venido al lugar menos indicado en busca de atención. Aleix era el único que soportaría su drama.

Marlene no tenía paciencia.

—Eso hago yo todo el tiempo con Aleix —confesó Marlene sin pena, mirando el puntero parpadeante del documento del Word. — Tengo novelas que leer y otras que escribir, así que no puedo dedicar mis benditos segundos a él. El tiempo es oro.

—¡Ustedes dos son de lo peor!

¡Bum! ¡Ángela explotó! Estaba roja de la furia y su frente era una panorama de venas dilatadas. Jamás la había visto luciendo semejante aspecto.

—Ahora se pasa todo el día aferrado al móvil, y cuando le pregunto qué hace, me dice: leyendo novelas de wattpad.

—Es lo que está haciendo.

Marlene quería despacharla rápido y seguir con su trabajo, pero como si Ángela leyera sus intenciones, le daba varios golpecitos con los dedos en una de sus rodillas.

No había peor careto que el de Marlene. Ella sería la próxima en explotar.

—¡Mentira! —negó, haciendo berrinche.

Un suspiro más escapó de entre sus labios.

—¡Me está engañando!

—Los escritores no tenemos tiempo para infidelidades. ¿Tienes idea de la cantidad de horas insanas que nos pasamos aferrados a estos trastos? —dio varios toquecitos con los dedos en el teclado del ordenador.

Ángela ojeó la pantalla y negó de nuevo. Ni siquiera lo pensó.

¿Por qué siempre que ocurría algo tenía que haber una falda de por medio? ¿Por qué todos tenían una mente tan cliché?

—¡Ya lo verás! ¡Traigo una evidencia!

Ángela sacó el móvil de su bolso y se lo mostró a Marlene, la que blanqueó los ojos.

Basta.

Rogó en su mente.

Era más fácil deshacerse de Aleix.

—Me he creado un perfil falso en Facebook, WhatsApp e Instagram, las redes sociales que él tiene —le enseñó. —, y le he enviado un mensaje al WhatsApp para empezar. Verás cómo cae en la trampa.

Te volverás adicta a mí #1 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora