18 ~ Cita... ¿Cita?

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¿Disfrutando?

Esa palabra se queda corta en comparación a lo que estoy sintiendo.

Aleix es el nombre de un joven narcisista al que no le interesa el amor, por lo menos no le interesaba hasta que conoció a Marlene, una chica que pasó de él y lo rechazó muchas veces, hasta aquel día: El día de su primera cita.

La expresión de extrema felicidad con la que caminaba Aleix, no tenía nada que ver con el mujeriego que había sido hasta hace poco. Salir con una mujer seriamente nunca se le pasó por la cabeza, pero allí estaba, disfrutando de un paseo con Marlene.

Marlene, es una chica que no tiene ningún interés por la moda, que anda todo el tiempo desaliñada y que solo muestra interés por la lectura, pero allí estaba, paseando con Aleix; cuando se juró mil veces a ella misma que nunca sucedería.

Por fin estaban comenzando a acercarse.

A acercarse...

—Oye.

Marlene, que ya se había curado de su vergüenza, le miró con su habitual desinterés.

—¿Qué te pasa?

—¿Se puede saber por qué estás tan lejos de mí? —fastidiado, sacudió la mano por entre ellos, haciendo notar más el metro de distancia.

Ella pusó los ojos en blanco y arrugó el entrecejo.

—¿Tú confiarías en alguien que ha tenido el descaro de violar tu diario? —lo señaló como se señala a un criminal.

Vale, Marlene tenía algo de razón, aunque del modo que lo había dicho había sonado fatal.

—Lo admito, quizás no debí hacerlo —ese quizás acentuó el ceño de Marlene —Realmente no debí hacerlo —se corrigió con cierta ansiedad —Pero no puedes echarme toda la culpa. Tú no parabas de hacerme la cobra. Esa fue la única manera que se me ocurrió para descubrir lo que sientes de verdad.

Repentinamente, Marlene se detuvo, y cuando su acompañante hizo lo mismo se lo quedó mirando con seriedad.

—¿Y bien? ¿De cuál novela sacaste esa idea? —le interrogó, señalándolo de forma acusadora.

Aleix se puso blanco como la cal y se tensó de arriba a abajo. ¿Cómo se había enterado? ¡¿Acaso le leía la mente?!

—No sé de qué me hablas... —miró hacia otro lado, sintiéndose bastante incómodo.

Los labios de Marlene se alzaron en una sonrisa de burla.

—Ya... Seguro que no tienes ninguna cuenta de Watt-pad —al mencionar el nombre de la página lo hizo de forma pausada y dejó que el p sonara como una pompa de jabón explotando.

¡OMG!

Las piernas de Aleix temblaron como las de un cabritillo recién nacido.

—¿Wattpad? —se hizo el inocente —No sé de qué me hablas...

—Oh, así que no sabes... —comenzó a juguetear con un mechón de su corta cabellera —Entonces, el nick: Aleix-el-rompe-ovarios no te suena de nada.

Vale, no podía seguir haciéndose el idiota.

—No pensé que también leyeras los libros de Wattpad...

—No me hice una cuenta para leer. La hice para publicar mis novelas —al mencionarlo lo hizo con un brillo especial en la mirada —Y te descubrí porque dejaste un par de votos en una de ellas.

El mundo es realmente pequeño, pensó Aleix, sintiendo curiosidad respecto a cuál sería esa historia.

—¿Sabes? No es por alardear, —cuando Marlene se paró de puntillas y apoyó las manos en su abdomen, Aleix abrió más los ojos y los clavó en su rostro, el que estaba peligrosamente cerca—pero soy bastante popular en la página.

No podía creerlo. Marlene se había apoyado en él como si nada, a pesar de lo que había escrito en su diario y lo que sucedió en su habitación...

Que tuviera una cuenta en Wattpad no le sorprendió. Marlene era toda una roedora de novelas, así que lo raro sería que no tuviera una.

—Va, dime de dónde sacaste la descarada idea de cotillearme el diario —insistió, ahora luciendo cierto enfado.

—No me acuerdo del título, aunque sé que fue de una novela que no terminé —al mencionarlo pareció fastidiado.

—¿Por qué no? ¿Tan mala es? —se interesó.

—Lo dejé porque aparecieron personajes gays, y ya estoy harto de ellos —admitió, y no pudo evitar pensar en su vecino, el que seguía sin entender que no tenía ningún interés en él.

—Ah, así que es eso —miró hacia otro lado claramente aburrida, aunque no pudo evitar esbozar una sonrisa burlona al recordar la escenita frente a su puerta —Qué raro, creí que te gustarían ese tipo de lecturas, como eres gay...

—Soy cien por cien hetero, así que no tienes que preocuparte, Marlene... —le susurró al oído, causando que se estremeciera y se pusiera roja como un tómate.

—¡Como si me importara!

Lo empujó bruscamente y comenzó a caminar más deprisa para adelantarse, pero Aleix con sus piernas largas la alcanzó sin ninguna dificultad y le dedicó una sonrisa seductora, a la que ella solo respondió con una mala cara antes de centrarse exclusivamente en mirar adelante.

Te volverás adicta a mí #1 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora