20 ~ ¿Cliché?

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—Que te diviertas —le deseó Marlene.

—¡Oye!

De nuevo batallando con la doña sosa Marlene.

—¿Ya no quieres que te compre un libro? —cruzó los brazos a la altura del pecho y la miró con impaciencia.

Nada más entraron en el parque de atracciones, la mirada de Marlene había perdido hasta la última pizca de brillo, hecho que Aleix habría podido tolerar, pero lo que no podía aceptar, era que se hubiera sentado en un banco para leer.

Cuando la vio sacando el dichoso libro de dentro de la mochila que llevaba consigo, no pudo con el shock.

Se había presentado en su primera cita cargando con aquel "intruso". Nadie le había humillado nunca de esa manera. ¡Él era toda la diversión que deseaba cualquiera mujer! Bueno... Cualquiera menos Marlene.

—El trato fue que viniéramos al parque de atracciones —le informó Marlene, mirándole por encima del libro —No mencionaste nada de acompañarte a las atracciones.

—No lo mencioné porque era demasiado obvio —sacudió las manos, en verdad exasperado por su actitud.— Mira —señaló la montaña rusa, esbozando una sonrisa. —Ya he subido a esa atracción muchas veces, y te aseguro que es genial.

Marlene dirigió la mirada a aquella nada conmovedora atracción. Atracción  de donde provenían la mayoría de gritos.

Tras formar una mueca de pereza, volvió a hundir su careto en el libro.

—No, gracias —rechazó sin reparo. — No pienso sacrificar mis cuerdas vocales por subirme a ese engendro mecánico.

Su propia ocurrencia le brindó una excelente idea para su próxima historia.

—Lo anotaré. Es una buena idea, ¿no crees? —la anotó en el bloc de notas de su celular.

—¿Una buena idea? —Aleix arrugó el ceño, disgustado al imaginarse dicho escenario.

—Sí —Marlene asintió sin asomo de duda —Relataré la historia de una quinciañera adicta al maquillaje, que se cree que es el ombligo del mundo, razón por la que varios de sus compañeros la odian.

>>Un día decide subirse a esa loca atracción con la intención de alardear, como de costumbre. Y termina repitiendo el recorrido cuatro veces, dejando a sus compañeros bastante impresionados. Así que se sube una quinta vez.

>>Al terminar el recorrido, sus compañeros se acercan porque se tarda en bajar, y se horrorizan de inmediato al verla inerte, con los ojos abiertos y con una línea de sangre descendiéndole desde el interior de los labios hasta la barbilla. Había gritado tanto que se le reventaron las cuerdas vocales.

—¡Qué horror! —exclamó Aleix, claramente disgustado —¿No prefieres escribir una historia romántica? A la mayoría de personas les gustan. Es más, podrías incluirme a mí como protagonista —se señaló con el pulgar, muy orgulloso. —Incluso te dejo que me saques una foto para la portada del libro. Como soy tan fotogénico, no vas a tener que perder el tiempo editando.

Marlene permaneció en silencio, observándolo, especialmente concentrada en la mano que Aleix tenía sobre su tonificado abdomen.

—De hecho, confieso que ya lo había pensado —confesó con seriedad.

—¿En serio? —dicha confesión le emocionó tanto que la sonrisa le llegó a los ojos.

—Sí, serás el típico don Juan que se acuesta con toda fresca que se le cruza por el camino —comenzó a relatar, al mismo tiempo que lo anotaba —Cierto día, te revuelcas con la mujer de tu mejor amigo y la dejas embarazada. Tu amigo lo descubre y se vuelve loco. Le dolió tanto la traición que te dispara y te revienta los sesos —hace el gesto de disparar con una mano, disfrutando de la expresión pálida de su acompañante —Es que es policía —aclaró.

>>Se arrepiente de haberlo hecho, lógicamente, pero ir a la cárcel sigue sin parecerle una opción, así que te hace trocitos y te entierra en una zona recóndita de un bosque.

>>Los nueve meses transcurren y él recibe a tu hijo como si fuera suyo. La mujer nunca supo que su marido descubrió su infidelidad, ni le importó saber nada más de ti, así que los tres fueron felices para siempre. Fin —concluyó con satisfacción, apagó la pantalla del móvil y volvió a guárdarselo en el bolsillo de su chaqueta —Adoro los finales felices.

Aleix se había quedado helado. De todas las historias que Marlene había podido inventar, había escrito la peor, y lo más espeluznante es que en verdad podía haberle sucedido. Se había acostado también con mujeres casadas.

Final feliz, dice...

—Esto... —le costó salir del shock —Te dije que deberías escribir una historia romántica...

—Aleix, —Marlene, muy seria, cerró el libro, lo metió en una carpeta de plástico y volvió a guardarlo en la mochilla —Si escribiera ese tipo de historias tan cursis, no sería tan popular en Wattpad. Es verdad que hay muchas historias de ese género que tienen muchas lecturas y votos, pero no porque sean buenas historias, si no porque tienen escenas de sexo. Solo por eso.

Aleix recordó de inmediato una de sus tantas lecturas sin concluir. Dicho libro empezaba bien, pero de algún momento a otro se torcía de forma macabra. Ese libro era de Marlene, amante del género terror. Todas las novelas de su autoria eran de ese género.

Te volverás adicta a mí #1 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora