CAPÍTULO IV

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Le quería dedicar este capítulo y bueno todos en realidad a mis angelitos; Mis hermanos que desde el cielo me cuidan y que extraño cada día. Todo esto es para ustedes. {Jjgb<3 Fjgb}
¡Feliz cumpleaños, Papi! (Cumple el 6 de Agosto) pero de aquí al otro sábado, pierde el encanto. Y a mami por apoyarme en todo, y ser la mejor mamá de mundo.

¡A leer!

***

“Algunos fantasmas son tan silenciosos que difícilmente detectas su presencia”—Anónimo
***

Tuve las charlas más locas e incomodas con él, buscábamos cualquier excusa para dar no uno, sino dos tragos a la botella de vodka, pasada la media noche, en el gimnasio ya no había ningún profesor, y ya no había necesidad de esconder la botella, éramos más de sesenta personas alcoholizadas, y bailando al ritmo de una canción que no distinguía, mi mente estaba muy intoxicada como para descifrar el misterio de la canción, mi sistema nervioso estaba imperativo, y sentía que poco a poco mis neuronas razonables entraban en un profundo sueño. Él me arrebató la botella, y la acerco a sus labios, movió la cabeza hacia atrás y se tomó lo poco que quedaba en ésta, me molesté se suponía que la compartiríamos. Y ahora sin vodka, nos quedamos solos, mirándonos fijamente, mi cuerpo se sintió muy caliente, y podía percibir como el cuello de tela de mi vestido me comenzaba a causar picazón, era una noche muy calurosa, la primera de muchas por venir. Kalet estaba entretenido, quitándose la corbata del cuello de su camisa, y me la lanzó.

—Deberías recoger tu cabello, pareces una bruja.

Me ofendió. Toqué mi cabello, y si, se había enredado debido a la humedad de mi sudor, por eso odiaba alisarlo.

Tomé su corbata, y anudé mi largo cabello en una cola alta, que al soltarla quedó mucho más baja. Me sentía más fresca sin todo ese cabello a los lados de mi cara.

—Gracias, Kale
Kale; Así le decía cuando éramos novios, y pronunciaba la primera letra en inglés, o sea sería Key.  Él me miro con extrañeza, como sí intentara recordar de donde le sonaba esa letra, aparte de ser la primera letra de su nombre y apellido, guau, mucho vodka, Kalet. Recuerdo que él odiaba que lo llamase así, pues no le gustaban los sobrenombres, ni el trato especial ni siquiera viniendo de su novia. Y como siempre lo desobedecía me castigaba, y no, no con nalgadas como Christian Grey, sino con esos besos largos e intensos, y mordidas que terminaban con mi labio sangrando.

— ¿Quieres bailar? —Me preguntó, y yo moví la cabeza una y otra vez negándome.

Esto no era una cita, es mi ex novio, no soy tan tonta, sabía que buscaría la oportunidad de besarme, así bajándome las defensas y así hacer conmigo lo que a él le viniera en gana. Y no gracias, ya era suficiente el remordimiento de haber pasado de no tener una cita para el baile, a embriagarme toda la noche con el chico que me rompió el corazón. Pero había obtenido una disculpa de su parte, y creó que así se cierran ciclos.

—Bien, me encantó pasar este momento contigo, aunque esperaba algo más íntimo, eres muy cruel, me emborrachaste y no te quieres aprovechar de mí, me siento ofendido.

Giré los ojos, no podía con él estando en todos mis sentidos, menos podría estando intoxicada.

—No gires los ojos ¿Acaso quieres que te folle en esta jodida mesa, Leyna? Debes dejar de provocarme porque después no podrás escapar.

Comencé a sudar, y me mordí la lengua.

—Frénate, Kalet. Estamos aquí con toda la secundaria.

—Estamos prácticamente a oscuras.

Sonrió maliciosamente, ay no, conocía esa cara, y era muy débil ante ella.

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