CAPITULO III

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“Mientras la oscuridad de la noche se adhiere a mí, llevándose todo a su paso, me aferro a tí” — Anónimo
***

Llegó el sábado, me desperté media hora antes de las seis en punto, parecía una zombi que recién salía de su tumba, mi cabello lucía como un nido de ratas o se acercaba a serlo. Odiaba levantarme temprano un fin de semana, y me fastidiaba aún más que fuera en vacaciones. Arrastrando los pies, entré en mi baño, tomé una ducha helada, y me cepillé los dientes, ataque mi pequeño armario, tomando la opción más fresca, para tolerar el calor que hacía ese día, eran las seis de la mañana y ya el sol brillaba sin contemplaciones, irradiando calor, ya mencioné que odio el verano, ¿sí?, okey, enserio lo aborrezco.

Desayuné unas galletas de maní, necesitaba comer algo, y no quería cocinar tan temprano en la mañana. Además, que no se me daban las artes culinarias, era la peor cocinera, pero lo intentaba, y eso era lo que contaba. Aunque mi comida era incomible, puesto qué siempre terminaba quemada, dura como una roca, muy salada, o muy dulce.


***

Caminé dentro de la secundaria, el silencio reinaba en el lugar, y sentí escalofríos, mi piel se tensó, estaba totalmente sola, caminé hasta llegar al gimnasio, y podías lanzar un alfiler que te juro que lo escucharías perfectamente, me senté en las gradas a esperar a que los demás llegaran, mañana era el baile, no podrían faltar ¿cierto?

Saqué mi teléfono del bolsillo de mis jeans, revisé mis mensajes. Había varios mensajes de mi hermano, Evan.  Eran de ayer, bueno justo ayer estaba sumamente ocupada besuqueándome con mi ex novio y devorando un helado de chocolate como si no hubiera un mañana.

Evan: “Mugrosa, ¿cómo has estado?, te has olvidado de tu sexy hermano mayor.
Ayer; 6:35 Pm

Mi hermano era un presumido, y no me había olvidado de él, se fue hace un año a la universidad, y aún sigo recogiendo boxers sucios por toda la casa. ¿Cómo olvidarte, hermanito?

“Mañana será tu baile de graduación, ¿quieres que vaya?”
Ayer; 6:36 Pm

Sí, nada mejor que ir con tu hermano a tu baile de graduación, noten mi sarcasmo, por favor. No tenía pareja porque quería ser una mujer independiente, y a decir verdad nadie me invitó, mentí. Hubieron intentos pero los rechacé, okey, creo que es mi culpa por ser tan exigente ¿no?

Respondí.
“Hola, hermanito. ¿Cómo están Anne y tú?”
Hoy 6:15Am

Anne, es su novia, desde la secundaria, dios la bendiga por soportar a ese ser.

“No tienes por qué acompañarme al baile, iré en grupo con unos amigos, no te molestes”
Hoy 6:17Am

Me negué casi rotundamente. Y mentí seguidamente.

No respondía, recordé que era muy temprano, y era sábado, quizás yo era la única despierta de los dos.

“Te quiero<3” Escribí.

Guardé mi teléfono, al escuchar una motocicleta rugir, fuí hasta la puerta doble del gimnasio, y se trataba del mejor amigo  de la mandona, y ella detrás, se bajó lentamente, y gracias a que había dejado las puertas abiertas de la entrada, noté como él la tomo del brazo y la pegó a él, ella lo agarró del cuello, y lo besó con suma pasión, por un momento, no me lo creí, ella era la novia de uno de los amigos de Kalet, y era injusto que ella se hiciera pasar por la chica perfecta y pulcra de toda esta mierda de institución, y tuviera el coraje de besar a otro chico, bueno a su supuesto mejor amigo, en pleno estacionamiento. Quité la mirada, para sentarme de nuevo en las gradas a esperar que esos dos se dejaran de besar y manosear, para que se dignaran a comenzar el comité. Solo faltaba colgar las luces en el techo, y en los postes de las esquinas, inflar globos, e instalar el equipo audiovisual.
Ellos entraron al gimnasio, Ostin, el mejor amigo de la líder, debía aprenderme o por lo menos averiguar su nombre, esto ya era embarazoso. Él estaba acomodando sus pantalones, le quedaban pequeños o estaba intentando ocultar otra cosa. El labial de la mandona estaba casi extinto y tenía rastros de éste por los bordes de sus labios, okey, fue intenso su momento. Ella se limpió su boca con la manga de su brazo derecho, su cara igualaba el color de un tomate. Y la sorpresa se expandió por su rostro.

—Eh, buenos días, Leyna.
Me saludó Ostin casi titubeando, él no era bueno escondiendo sus emociones, ¿qué diablos estoy diciendo?, tenía un amorío con su mejor amiga y nadie hasta ahora, los había descubierto, él era el mejor escondiendo sentimientos.
—Hola.
¿Si la mandona me saludó? No, al parecer le estaba pidiendo mucho. Parecía muy nerviosa, o esa era su actitud post-calentura. Quién sabe.

Ellos sonrieron, para luego mirarse y quitar la mirada rápido, como sea, ese era su problema, no me inmiscuiría en un triángulo amoroso, allá ellos, pero por experiencia propia, uno de ellos saldrá con el corazón hecho pedazos, porque al final tendrán que elegir. Y en mi caso yo no fui la elegida, pero a estas alturas me daba igual, él se lo perdido, y sí, hablo del imbécil de Kalet Kast, puede ser realmente sexi, y atractivo, pero eso no le quita lo estúpido.

Pero estos últimos días parecía tener la dignidad en un nivel muy bajo, lo he besado dos veces, en dos días, creo que cuando te vuelves adicta a algo, aunque lo dejes por un tiempo, igual te dominará al momento de tenerlo de nuevo, así era con él, era necesario tener esos momentos, al menos para mí. Así como también necesitaba alejarme de él, y la llegada del verano era mi pase perfecto, no verlo sería mi medicina, para matar ese virus que me controlaba y se estaba expandiendo, ese virus tenía nombre y apellido, pero quería curarme, hacerme inmune a él. Y lo lograría, los daños no se revertían, y aunque él fuera el mejor en cubrirlos, no cambiaban el hecho de que seguían allí, doliendo.

Ostin bien podría ser el tercero en discordia, o el verdadero amor de la líder, pero ese era su lío, y yo ya tenía demasiados problemas para pensar en los rollos de los demás. 

Solo estábamos nosotros tres, y sin esperar a nadie más, comenzamos, al parecer solo nosotros tuvimos la voluntad para despertar tan temprano un sábado.

Horas después, terminamos nuestra tarea asignada, se veía realmente bien, no era nada exagerado como esos bailes, el tema es no tener un tema, nunca quisimos los típicos bailes temáticos basados en películas famosas, así éramos nosotros sencillos pero elegantes. El aura tenía su encanto, parecía el escenario perfecto para un misterio sin resolver, la intriga era palpable, y no entendí el porqué de los escenarios oscuros, y ¿Dónde estaban las telas de colores y la brillantina? Miré hacia arriba y estaban colgadas en el techo, se veía espectacular, la mandona tenía muy buen gusto. Suspiré con cansancio.

Los tres nos miramos. Sonreímos con orgullo. Esta sería una noche inolvidable.
Me despedí, quería irme a casa, me esperaba un maratón de películas de terror imperdible, era fanática del cine, me encantaba y podría mencionarte un montón de películas y tú no podrías mencionar alguna que yo no hubiera visto, y si no la conocía significaba que no era buena.

K KAST©Where stories live. Discover now