Capítulo 1

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"Antes de comenzar con mi primera entrada, quiero que mantengas la mente abierta, dejes de lado todo lo que crees saber del amor y sus ramas y que te olvides de lo que te han dicho. No voy a darte la verdad absoluta, pero quiero que formes tu propia idea del amor, así como formaste tu pensamiento propio y tus ideologías. Toma lo que te sirva y lo que no, deséchalo.

Primeramente, vamos a tratar de entender al amor.
Es un sentimiento, perfecto, hasta ahí parece sencillo, ¿no? Tristemente, las cosas no son tan fáciles, al ser algo abstracto es muy difícil de describir pues todo depende de la percepción de la persona que te lo está describiendo. Sí, sabemos también que el amor es una reacción química donde se libera dopamina, serotonina y oxitocina, hormonas involucradas en el desarrollo afectivo y que estimulan el centro de placer del cerebro, haciéndonos sentir alegres, llenos de energía (aunque también nos ayudan a suprimir el dolor, y eso no siempre es bueno). Pero de igual manera, sigue siendo algo muy difícil de explicar.

La razón es porque con el amor no hay una respuesta como tal. Es algo que vas a formar con el paso de los años y con las experiencias que hayas tenido. Es como una carrera profesional, puedes leer miles de libros, artículos, estudios, etcétera, pero si jamás has practicado, va ser un poco complicado que llegues a comprenderlo del todo. Y me refiero al amor "romántico", al de pareja, porque podemos amar a nuestros amigos, a nuestra familia, nuestra mascota, nuestra nación o alguna comida en especial, pero hay que entender que hay distintos tipos de amor.

Entonces, tomando como punto de partida el amor romántico, el psicólogo canadiense John Alan Lee describe tres tipos de amor primario: Eros: que tiene que ver con la intensidad de la atracción física y pasional del otro; Ludus: donde el amor es sin compromisos ni ataduras, se busca las aventuras y diversión por sobre todas las cosas, y Storge: el amistoso y leal, este crece poco a poco y se cimienta sobre bases fuertes, se define como el amor maduro y comprometido con las relaciones duraderas.

Me gusta tomar como base estos tipos de amor, aunque claro, no son obligatorios, pero al menos a mi me ha ayudado a entender el proceso de sanación de una ruptura amorosa, pues esta va a depender del tipo de amor que hayamos tenido; Eros, Ludus o Storge, no es la misma intensidad la ruptura de una relación Ludus comparada con Eros pues los lazos afectivos son distintos.

Querido lector (porque puedo llamarte así, ¿verdad?) quiero que pienses en la última vez que te rompieron el corazón, quiero que visualices a la persona que lo hizo, como lo hizo y lo que sentiste en ese momento. Pudo haber sido tu relación pasada, la antepasada, o incluso tu primer noviazgo, no importa, no te voy a juzgar y nadie más se va a enterar, pero es importante que conozcas la fuente de tu dolor y la entiendas. No la rechaces, porque mientras más lo hagas, más vas a lastimarte. Toma tu dolor, abrázalo, siéntate y conversa con él.

¿Suena tonto verdad? Pero es sumamente necesario.

Quiero que identifiques en que tipo de amor se encontraba tu relación, esto nos ayudará en el proceso de sanación.

Mientras tanto, no quiero aburrirte más. Conversa con tu yo interior y la próxima vez que nos leamos iniciaremos con el proceso para reparar tu pobre corazón roto.

¡Saludos y nos vemos!

Aoi"











—Shima, nadie va a leer esto. —Estampó su frente contra el escritorio y repitió el proceso unas tres veces más.

—Pues si no le haces publicidad, claro que no. —Shima dio un sorbo a su café con leche y se acomodó su cabello castaño oscuro. A Yuu le parecía curioso que trajera su color natural de cabello, si desde que se conocieron (en la secundaria) Kouyou se teñía de rubio o castaño claro porque odiaba su "monótono cabello", pero a la vez entendía que como subdirector de operaciones de Hotel Madara tenía que mostrarse serio y profesional, y aunque su corte era pequeño, los largos mechones que cubrían su rostro no parecían muy formales.

—No puedo llegar a clases y repartir volantes, mis alumnos se burlarán de mí. —Levantó la cabeza del escritorio y miró con disgusto la taza de café, odiaba el café. De hecho, Shima y él tenían gustos muy distintos, Yuu disfrutaba de las cosas saladas y frías, Shima amaba las cosas dulces y calientes.

—Pues no, pero puedo recomendarte con mis compañeras del hotel. —Se cruzó de piernas y estiró su brazo libre. —Si supieras cuantas veces al día tengo que soportar el "amiga, no sabes lo que me hizo esta vez..."—Agudizó su tono de voz haciendo reír a su compañero. —Tal vez podrías serles de ayuda.

—Ni siquiera sé si este bien lo que voy a publicar. ¿Qué tal que quedo como estúpido? —Shima no respondió nada y terminó su café. —Ya piensas que soy estúpido, ¿verdad? —Asintió. —A veces me caes muy mal.

—Te estas auto saboteando. Usa tu dolor y aprende de él. —Se levantó del sillón y caminó rumbo a su habitación. —Eres bueno Yuu, estudiaste Lengua y Literatura, si alguien sabe como redactar algo dramático eres tú. —Hubo un silencio por unos minutos donde ninguno dijo nada más hasta que Shima salió del cuarto vistiendo una camiseta blanca al menos tres tallas más grande que la de él, con un pantalón deportivo negro y unos tenis del mismo color.

—Te veías mejor de traje. —Dijo Yuu haciendo referencia al uniforme que utilizaba para el trabajo.

—Algunos no somos como tú. Me desespera usar camisa. — Yuu, como profesor de literatura de la universidad T no tenía un código de vestimenta específico, pero le "sugerían" algo formal, aunque la verdad es que no le disgustaba usar camisa y pantalón de mezclilla oscura, eso sí, no toleraba las corbatas. Afortunadamente, tampoco le decían nada por su cabello negro hasta los hombros con un mechón rubio.

—Al menos deberías usar playeras de tu talla. — Kouyou rodó los ojos con exageración y sonrió. Yuu rio internamente al ver los dientes de su amigo. Parecían pequeños granos de maíz.

—Vamos a cenar algo, tengo hambre. —Yuu miró confundido el reloj de su computador.

—Pero son las doce treinta de la madrugada. — Kouyou se encogió de hombros, restándole importancia.

—Vamos por takoyaki a la esquina. —Yuu miró con duda su computador, donde estaba su entrada a punto de ser publicada, solo tenía que presionar el botón "¡Publicar!" y estaría en la red, pero no podía dejar el nerviosismo y la ansiedad de lado, aún no estaba muy convencido de subirlo o no, cuando reaccionó, Kouyou ya había presionado el botón por él. —Ya, ¿entonces sí podemos ir a comer?

—¡Aún no sabía si quería publicarlo o no! —Kouyou sostuvo las mejillas de Yuu con sus palmas, ejerciendo un poco de fuerza.

—Por eso lo hice, imbécil. —Soltó su rostro y el afectado lo miró con enfado. —Pero no esperes una respuesta inmediata, posiblemente no recibas ni un comentario en días, pero se paciente y, sobre todo, sé constante. Todo lo que quieres está del otro lado del miedo. —Yuu arrugó el entrecejo y sintió un peso en el pecho, su expareja solía recitar esa frase constantemente para alentarse y para alentar a los demás.

Se supone que ya no debería doler...

—Ya, vamos por takoyaki, ¡pero nada de beber! Apenas es miércoles y los dos tenemos que trabajar mañana. —Kouyou asintió sabiendo que volverían ebrios al departamento.

Manual para sanar un corazón roto.Where stories live. Discover now