Enamorada De Mi Profesora De La Universidad.

Parte sin título

Se supone que solo sería una noche, la noche del sábado.

—Hola, Jess.

Los ojitos preciosos me miraban ansiosos.

—hola, pequeña.

Sonrió.

—Eh... No quiero que creas que le dejó a mí hija con cualquier persona. Es más, esta es la primera vez.

Scar habla nerviosa y rápida.

—Tranquila, no lo pensé.

Digo amablemente.

—Acá hay algunas cosas que puede necesitar.

Me entrega un pequeñísimo bolso de viaje en forma de unicornio rosa.

—Iré al parque por ella, mañana.

—Claro, no te preocupes. La cuidaré bien.

—No dudo de eso.

Se agacha frente a su hija y la mira con ternura.

—Pórtate bien, ¿si?. Yo vendré por ti mañana.

—No te preocupes, mami. Yo voy a estar bien y por cualquier cosa, te llamaré.

—No pases mucho delante de la TV o tablet. Cepillate los dientes, no comas muchos dulces y hazle caso, por favor.

—Si, mami, no te preocupes. Ya puedes volver, voy a estar bien.

—Lo sé, eres una chica grande.

Scar se levantó, y en su mirada había preocupación y agradecimiento.

—Estará bien... Tranquila.

Intento tranquilizarla.

—Lo sé, solo... Es la primera vez que la dejo con alguien que no sea mí madre.

—Lo entiendo. Disfruta.

Ubico a Cate en el asiento trasero del vehículo y me pongo en marcha hacia mí penthouse. El corto recorrido, lo hizo mirando por la ventana.

—Mi mamá y yo solíamos caminar por aquí.

La miro por el retrovisor antes de meter el coche en el estacionamiento del edificio.

—¿Ah sí?.

—Si, hacíamos ejercicios juntas, cuando era más pequeña.

—Que bonito. ¿Ahora no lo hacen?

—No, ella está con temas de su escuela.

—Lo entiendo, ella todo lo hace por ti y por ella.

—Me lo ha dicho.

La cargo hasta la puerta y la bajo para abrir.

—Tu casa es muyyyy bonita.

Dice con sus ojitos curiosos observándolo todo.

—¿Te gusta?.

Le pregunté con una sonrisa

—Mucho. Es muy grande y tiene bonitos colores.

—Son colores básicos, linda.

—Me gustan los colores básicos. Mí habitación es blanca y rosa.

—Pero qué bonito. Vamos, te enseño tu habitación.

—¿No puedo dormir contigo?.

—¿Quieres dormir conmigo?.

Asiente apresuradamente.

—Está bien, puedes dormir conmigo. Vamos, te enseñaré nuestra habitación.