Parte XVI

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— No, te vez gordo con ese — Abanica su mano en rechazo de la prenda y Jimin se coloca frente al espejo con otro atuendo — el gris no es tu color, amigo — luego de otro modelo — muy ancho — Jimin resopla y se prueba otro — es rojo, Jimin, vas a una boda, no a una gala de los Emmy.


— Arg... esto no tiene sentido — Masculla el rubio, cansado de estar probándose trajes toda una tarde.

— Lo que no tiene sentido es que seas novio de Yoongi — farfulla Taemin sentado frente al probador — mucho menos que estés invitado a la boda de sus tíos como SU novio.

— ¿Puedes dejar de llamarlo así? — Protesta levemente molesto y avergonzado.

— ¿Como? ¿Novio? O¿TU novio? —Jimin entorna los ojos cerrando la cortina. Él no tenía la culpa de que el señor Min no aceptara un "no" por respuesta, tenía la fuerte impresión de que, si decía todo lo contrario al él frente a su familia le iría mal, y termino aceptando ser novio de Yoongi por pura presión a pesar de que Yoongi quisiera matarlo con la mirada.

Suspiro resignado, haciendo una mueca con sus labios. Por mucho que intentara despejar la mente, sus recuerdos se empeñaban en volver una semana atrás y revivir todo lo ocurrido con Yoongi y su familia.

No podía sentirse más avergonzado que ahora, ni siquiera había tenido el valor de mirar la cara de Yoongi después de eso, y al parecer no era el único, puesto que el mismo Yoongi no había dado señales de vida desde entonces. Jimin tampoco tenía planeado asistir a la boda,de no ser por el mensaje que le había llegado hace horas de la Sra.Min, que lo había obligado de forma sutil a aceptar la invitación.

Y por mucho que se arrepintiera ahora, no había marcha atrás y tenía que darle la cara a su "novio", él solo quería volver a esos días tranquilos y divertidos en el campamento, esos días donde estar con Yoongi sin presión ni incomodidad era realmente relajante.

Porque había pasado días juntos a él y fue gratificante encontrarse con un Yoongi muy diferente al que pensaba que sería al conocerlo realmente, y a pesar de su mutismo, Jimin se esforzaba con afán en comprenderlo, porque todo en Yooongi le interesaba, sus ojos, sus expresiones, sus manías, sus ocurrencias y todo aquello que en palabras no podía salir pero que en acciones y presentes si.

No sabía desde cuando exactamente se desarrolló ese tipo de afecto, hasta hace poco que pudo sentirse más cercano al pelinegro. Cerro sus ojos frustrado al recordar que incluso se besaron, no podía evitar sentirse avergonzado de solo recordarlo, después de todo no se conocían lo suficiente como para ese tipo de afecto.

Y ni porque se conocieran de toda la vida, Jimin no era el tipo de chico que llegaría tan lejos con alguien que no portaba el título de "novio" aunque bueno, técnicamente ahora lo son.

— Oh, ese te queda bien. — Jimin se mira en el espejo de cuerpo entero,asintiendo en favor de su amigo con respecto al ultimo traje de gala — ¿Cuánto cuesta? — Ambos miraron la etiqueta que colgaba a un costado con el monto, la cifra escandalosa hizo que se miraran de inmediato totalmente alarmados. Casi de inmediato dejaron el traje donde lo habían encontrado antes de que la tienda le cobrara por estar dentro de ella.

                                                                                                          ***

Respiro hondo estando frente a la entrada de la casa de los Min, sintiéndose patético de llevar más de un minuto debatiéndose en tocar el timbre o salir corriendo y devolver el traje de gala rentado.

Palabras MudasWhere stories live. Discover now