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Capitulo 45

CAPITULO 45

Zoe

12 de febrero, 2018

Me incorporé en la cama mirando fijamente por la ventana. Sentí la mirada de alguien sobre mí, no miré a nadie a través del cristal pero eso no disminuyó mi preocupación. Sabía que alguien me estaba observando.

Reproduje nuevamente la música y me tiré de espaldas en la cama. Eran las once de la noche y hablaba por mensajes con Ellie. Más de una vez quise gritarle que yo era su hermana, pero bastaba una sola amenaza por parte de mi padre para retroceder.

Él era un monstruo, un hombre sin escrúpulos que escondía su falta de honradez debajo de la fachada de abogado prestigioso y culto. Aún no sabía cómo mi mamá seguía enamorada de él, como aun sabiendo que él estaba felizmente casado, ella seguía viéndose con él. Era una de sus tantas amantes y el hecho de ser una mas no parecía importarle.

Miles de veces me pregunté porque me había tocado esta familia, una madre masoquista que hacía todo por un supuesto amor y un padre ausente que durante toda mi niñez me odio y ahora como por arte de magia quería pasar tiempo conmigo. Sus excusas siempre eran: «Me hiciste mucha falta todo estos años, bebé», «quiero arreglar las cosas» por mucho tiempo le creí, e incluso me sentí feliz por tener un padre, pero toda la felicidad se esfumó cuando una noche él entró a mi habitación y me obligó a que lo tocara. Abusó de mí.

Aún podía sentir sus labios sobre mi cuello, también podía escuchar sus palabras, sus amenazas. Era como un cede que se reproducía una y otra vez en mi cerebro.

―Eres tan estrecha mi niña...

Recordé la primera vez que abusó de mí, sus manos tocando todo mi cuerpo y entrando en mi sin compasión. Siempre soñé ver el día de su muerte. Y así fue. Mi hermana lo había hecho, ella acabó con nuestro sufrimiento.

Un nuevo mensaje llegó a mi teléfono sacándome de mis pensamientos. Sonreí al pensar que era Ellie pero cuando me di cuenta que era el mismo número que me había estado molestando últimamente mi sonrisa se borró.

Cada parte de mi cuerpo reaccionó. No sentía miedo, solo rabia. Mucha rabia.

Desconocido.
«Dos mensajes que has ignorado, espero y este sea la excepción. Te quiero ver hoy en el instituto; área de la piscina, sola. Ya sabes que haré si no te presentas.

Me amenazaba con un video en el que salía hablando con Kania sobre la forma que acabaría con Adam, el único chico que dejó vivo. Era un estorbo y dentro de poco daría su declaración, no podíamos permitir eso. Yo no podía permitir que ella fuera a la cárcel.

A pesar de que sentía que si salía de mi casa nunca más volvería, me puse de pie. Busqué entre las cosas que pronto utilizaría en la universidad una hoja y un bolígrafo entonces escribí una carta para mis hermanos. También le escribí un mensaje rápido a Ellie.

Cuando terminé la entre en el cuaderno azul que con el tiempo ellos encontrarían. Antes de bajar las escaleras asomé la cabeza por la puerta de la habitación de mi mamá y la miré tendida en la cama usando su celular. Ella era una mujer joven y hermosa, más de una vez deseé que rehiciera su vida con alguien más, pero sus ojos siempre estuvieron puestos sobre mi papá.

Ella levantó la mirada del teléfono y me miró. Una sonrisa hermosa se formó en sus labios.

― ¿Sucede algo, cielo?

Negué rápidamente con la cabeza, no quería preocuparla ni tampoco darle a entender que saldría y que posiblemente nunca más me volvería a ver.