Capítulo 13 "Paralizado Parte I".

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(Mejor si lees con la música).

Las pesadillas parecían ser mi nueva relación tóxica, siempre que creía que todo iba marchando bien, estas volvían recreando traumas. De cierto modo eran señales de lo que estaba por pasar...

La pesadilla comenzaba contigo, Mikey y yo haciendo las compras en un supermercado común. Reíamos un poco, hacíamos bromas y comprábamos la despensa para la semana, todo iba bien hasta que llegábamos al auto, guardáramos las cosas y por un momento tú te ibas azotando la puerta del piloto, yo supuse que habías ido a pagar el boleto de estacionamiento pero, ¿Por qué te irías tan molesto?

Sentado en el asiento del copiloto volteaba a todos lados buscándote. Cuando regresé mi vista al asiento trasero Mikey yacía ahí inconsciente. Con el terror comenzando a correr por mis venas yo intentaba abrir la puerta del auto, pero una fría y fuerte mano me detenía sujetándome firmemente del antebrazo izquierdo. Volvía la vista a esta y era Bert quien me impedía salir, con su sínica sonrisa dejaba que esos ojos azules hicieran correr adrenalina y miedo por mis venas.

- ¡Bert! - Exclamaba. Este aún usaba su cabello largo y negro, una playera blanca y bermudas beige, con una mano firme en su agarre y la otra en el volante, aún seguíamos estacionados.

- Déjame salir, ¿Qué le pasó a Mikey? – Preguntaba asustado.

- ¡Oh! No querrás que despierte aún. - Respondió soltando su agarre a mi muñeca. Bajando la vista al porta-vasos donde se encontraba una botella de vodka a medio beber. - No hagas nada estúpido, o los dos morirán. - Dijo señalando una jeringa llena de un líquido dudoso que reposaba en el porta-vasos.

- ¿Qué es eso? - Le preguntaba, ¿Acaso fue lo que puso a Mikey a dormir?

Pero Bert ya no me respondía, peor aún, encendió el auto y lo puso en marcha, paseábamos por el estacionamiento del centro comercial. Sin que Bert me lo haya pedido yo intenté actuar lo más natural posible en mi exterior, pretendiendo que no estaba encerrado en mi auto con un asesino y mi hermano inconsciente en el asiento trasero.

- Bert, será mejor que termines esto de una vez, entrégate o enfrenta las consecuencias. – Dije intentando hacerlo entrar en razón.

- Ya sé que tengo que terminar esto, siempre pensé que sería más fácil primero matarte y luego dejarte podrir en esa caja, pero no, ¿Es que simplemente no te puedes morir? - Yo me sentía aterrado por sus palabras, él nunca entendería el miedo y pánico que yo sentí estando en esa maldita caja.

- No... - Respondí intentando abrir la puerta, pero esta tenía seguro para niño.

En un movimiento impulsivo agarré la jeringa que estaba en la porta-vasos e intenté enterrarla justo en el corazón de Bert, pero él fue tan rápido que logró tomarla primero, la empuñó y la clavó en mi pierna izquierda.

- ¡Seis puntos, Way! – Exclamó mientras la enterraba. Con un grito desgarrador sentí los latidos de mi corazón acelerarse hasta que finalmente desperté gritando.

Seguía siendo yo, el mismo desastre pálido lleno de ojeras. Con brazos vendados y atados a la cama con y mil tubos dándome algo que ni siquiera puedo hacer.

Los días después de mi intento de suicidio fueron duros, no recuerdo mucho de cómo llegué al hospital, pero Mikey dijo que tú y él venían en la ambulancia, llegué a emergencias casi muerto, entré a quirófano y gracias a la maldita medicina moderna lograron salvarme. Perder más de la mitad de tu sangre apesta... y duele, o mucho peor, uno se siente débil, te dan a comer lo que quieras pero el asco que tu cuerpo siente te quita el apetito, así que por los tubos me han dado agua y vitaminas para fortalecerme y aunque aún me siento débil me siento mal, sentimentalmente. Creo que te había partido el corazón, en esos momentos no quería verte, no quería oír tus palabras.

Presagio |Frerard•Gerbert| (FanFic)Where stories live. Discover now