Capítulo 1 "La fiesta".

209 11 6
                                    

Tú y yo llevábamos tres años de novios y cuatro de habernos conocido. Uno era la salvación del otro. ¿Recuerdas cómo nos gustaba pensar que el destino nos había unido? Que las cosas que nos diferenciaban no eran sólo coincidencia. Lo supimos desde el primer momento en el que nos vimos, sentimos como nuestras miradas se conectaban e inmediatamente sentimos las cosquillas en el estómago.

¿Destino? Nunca lo supimos. Pero todo era tan bueno que pasaba desapercibido.

[...]

Era un viernes a principios de invierno, el frío de Jersey nos congelaba el alma y las nevadas impedían viajar muy lejos. Para unos jóvenes de 25 y 28 años no había nada mejor que ir de fiesta con sus amigos, así que Bob, Ray, Bert, tú y yo fuimos a un bar cercano a emborracharnos para entrar en calor y evidentemente adentro uno sudaba como Donald Trump en pleno discurso.

Bebimos, hablamos y bebimos. Reímos y reímos hasta que perdimos la cuenta de cuánto habíamos tomado, bailamos, apostamos un par de dólares y yo fumé uno que otro cigarrillo, el tiempo pasó haciendo que Ray y Bob nos dejaran solos con Bert. Tú habías bebido tanto que te habías quedado dormido en un sillón del bar. Bert y yo estábamos sentados en la barra viéndote mientras bebíamos nuestra última cerveza.

- ¿No es adorable? - Dije viéndote con una sonrisa estúpida.

- ¿Qué? - Dijo Bert desinteresado dando un largo trago a su cerveza.

- Frank... – Dije señalándote con la mirada.

- ¡Ah! Eso sólo es mierda. - Exclamó Bert.

- ¡Oh vamos! - Dije enojado.

- ¡Qué! No puedes decir que te gustan los hombres cuando andas con un idiota como él.

- No seas así, Frank es un buen chico y... De verdad es muy seria nuestra relación.

- ¿Enserio? Aún recuerdo a Frank sufriendo por Jamia. - Recordó Bert a lo que sólo rodeé la vista.

- Sí, pero eso fue hace más de cinco años, él me es cien por ciento fiel. - Dije dejando mi botella de cerveza en la barra para ponerme de pie.

- Si... Pero, ¿Qué tan fiel le eres tú? – Insinuó Bert.

- Ah, ¿A qué te refieres? - Respondí confundido.

- Vamos Gerard. – Comenzó levantándose de su asiento. - No me digas que nunca te ha dado tentación probar algo más... - Continuó mientras se acercaba peligrosamente a mí.

- Be - Bert... – Retrocedí hasta que mis manos tocaron pared.

- Gerard. - Dijo Bert encerrándome entre sus brazos acercando su rostro a mi cuello.

- Be - Bert, basta. - Dije con la voz temblorosa intentando detenerlo interponiendo un brazo entre los dos.

- ¡Oh Gerard! Te juro que un día te haré mío. - Dijo suspirando en mi cuello haciendo mi piel erizarse por la cercanía.

- Jajaja, eso nunca pasará. – Bufé a lo que él se retiró de golpe y me observó confundido. -¿Por qué te sorprende?

- Gerard, hablo enserio. Lo siento, pero ya no puedo ocultar más esto...

- Claro que no, sólo estás borracho, eres más heterosexual que Bob y Mickey juntos. - Solté una pequeña risa. – ¡El día que seas gay yo cogeré con un vagabundo! – Exclamé. -Vamos Bert, ambos sabemos que sólo es por alcohol que estás así, nunca cogerías con un hombre ni por un gramo de cocaína.

Pero Bert no soportó mis filosas palabras, así que hizo su mano un puño y con la fuerza de un borracho despechado lo descargó en mi cara. El impacto me derrumbó por lo ebrio que estaba, los guardias llegaron, sujetaron a Bert y me ayudaron a ponerme de pie, por el escándalo Frank despertó y corrió a ayudarme. Cerca del ojo izquierdo estaba sangrando por el golpe y estaba desorientado.

- ¡Ya hice mi promesa Gerard Way! ¡Serás mío! ¡Lo juro! - Dijo Bert soltándose de los guardias para salir del bar echando humo por los oídos.

- ¡Vete a la mierda Bert! - Gritó Frank.

- Hey, está bien. - Dije intentando ponerme de pie, Frank me ayudó y el barman me dio servilletas para la herida.

Era hora de ir a casa.

Me sentí mal en el viaje de regreso a casa, tal vez no debí de haberle respondido así, pero Bert me estaba dando miedo cuando se puso de ese modo.

Sólo eran los efectos del alcohol, ¿Verdad?

[...]

Me sentí mal las siguientes semanas, y no sólo por la herida en la cara, sino también por la herida que Bert dejó en mi moral y tal vez en mi corazón. Ambas heridas me acompañaron un largo tiempo. No había estado bien que haya actuado así y lo sé, pero tampoco le daba derecho a Bert de golpearme. La cicatriz me recordaba lo hijo de puta que había sido y el como siempre lo seré, no lo podía negar.

Había sido egoísta en el amor desde hace tiempo, pero tú me habías transformado totalmente, el yo del pasado ya no era ni la sombra de lo que era ahora, era feliz en ese entonces, pero el que Bert dijera eso me hizo recordar mi pasado.

Intenté contactarlo durante semanas, llamaba y él no contestaba, mandaba mensajes pero no los respondía, incluso lo visité para pedirle perdón, pero pasó mucho tiempo para que pudiera verlo de nuevo.

¿Tan malo había sido?

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Publicado el 08/05/2019

Presagio |Frerard•Gerbert| (FanFic)Where stories live. Discover now