Ocho letras | Yoonseok; BTS [2]

❥ H o s e o k

21.

El moreno se las pasó segregando corazones durante los últimos días, su cuerpo levitaba por los pasillos del instituto. Jungkook se dio cuenta de la extraña conducta de su amigo, sin embargo, decidió no darle importancia. Al menos, no hasta la vez donde Hoseok se desplomó en el suelo después de darse contra el marco de la puerta.

—Hoseok, ¿estás bien?

Él se frotó la zona dolorida, todo apuntaba a que en su frente se iba a formar un chichón de lo más prominente.

—¿Yo? ¡Sí, sí! No te preocupes.

—Dios... Hyung, te acabas de dar contra la puerta, y tenías la mirada en frente, ¿cómo lo has hecho?

—¿Eh? No sé qué quieres decir. —Se había convertido en la frase estrella de su amigo en los últimos días. Ni siquiera daba la impresión de comprender lo que le decían, él tan solo se encontraba inmerso en su propio mundo, ajeno a cualquiera.

—¿Cómo que no sabes a lo que me refiero? Hoseok, llevas casi una semana en las nubes, ¿te ha pasado algo de lo que no esté al tanto o es que acaso un alien te ha abducido?

Hoseok consideró hablar. Y no lo malentendáis, no es que no confiara en su mejor amigo, sino que, más bien, no tenía claro hasta qué punto se le permitía hablar. Yoongi seguía sonriéndole en los pasillos y cuando se le presentaba la oportunidad se acercaba y hablaba con él. Pero esto ocurría cuando no había miradas curiosas puestas sobre ellos. Lo más seguro es que Yoongi no se sintiera listo para desvelar su reciente relación amorosa. ¿Amorosa? ¿Acaso se le podía llamar así a su suyo? Ni siquiera se arriesgaba a poner un pelo de su cabellera como garantía, no habían tratado el tema, en su lugar, se limitaban a sonreírse embobados y a besarse siempre que se les presentaba la ocasión.

—Yo...— ¡Mierda! ¿Qué hacía? ¿Hablar o no? Al fin de cuentas, era su mejor amigo y nunca lo había fallado, ¿por qué lo haría precisamente ahora?—. Debes prometerme que no se lo dirás a nadie— resolvió.

Jungkook entrecerró los ojos, lo miró con reticencia, y terminó asintiendo en derrota. Temía lo peor y, mientras esperaba lo que se venía, solo rezó por qué no hubiera ningún herido (o muerto) de por medio.

»—Yoongi me ha aceptado.

El castaño pestañeó, confuso. ¿Escuchó bien? Juraría que le había dicho algo de Yoongi y aceptarlo, y un acontecimiento de semejante calibre era menos probable que un apocalipsis mundial de Kanyes Wests. Jungkook le pidió repetirlo, en vista de que no lo escuchó correctamente (o más bien, no podía haberlo escuchado bien).

—¿¡Cómo!?— exclamó, en mitad de un ataque cardíaco, en cuanto lo escuchó por tercera vez.

—¿¡No es genial!?— opinó Hoseok, Jungkook lo miró con aparente terror, como si de su cabeza hubiera aparecido una pústula del tamaño de un puño. Pero no era eso, era algo peor, «¡Hoseok debió perder la cabeza!»

—El estrés que te supone ver a Yoongi con su novia debe haberte fundido las neuronas o algo. Estás diciendo barbaridades.

Hoseok se cruzó de brazos, ofendido por la resolución de Jungkook. Él prefería creer que estaba loco a asimilar que Yoongi y él tenían algo.

—¡No estoy loco, mierda! Te digo la verdad, y ya ha cortado con Jinsoul, hace dos semanas que está soltero.

—¿En serio? Es por eso que últimamente parece la versión rubia de The ring, lleva la misma blusa tres días...

—¿Te fijaste? Yo no la he visto, la verdad.

—Bueno, es inevitable fijarte cuando su cuerpo emana tanta negatividad.— Ante la mueca de arrepentimiento de su amigo, Jungkook se apresuró en cambiar de tema—. ¡Ahora dímelo todo! ¿Cómo es que recién me enteré?

Hoseok se ruborizó, mas no tardó en contárselo lujo de detalles, aunque se centró en el beso y en cómo reaccionó. Su corazón se aceleró de recordarlo.

— Espera un segundo, ¿le dijiste que a mí me gusta Jinsoul?

—¿Acaso te quedaste solo con eso?— reclamó Hoseok, con pesadez.

—¡Pero a mí no me gusta Jinsoul! Es demasiado intimidante, me gustan las chicas tiernas.

—¡Ese no es el punto!

—¡Lo sé!

—Jungkook, ¡lo conseguí!— parecía imposible hace cuestión de semanas, pero ahora había ocurrido y no podía ser más feliz por ser correspondido.