❥ H o s e o k

1.2K 251 3
                                    

3

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

3.



Hoseok corría con todas sus fuerzas, su madre iba a inaugurar la nueva pastelería y él quería estar presente. Se despidió de Jungkook y de Jimin antes de emprender su camino, apresurándose en llegar a la parada de autobuses, rezando por que su respectivo bus no hubiera efectuado ya la parada. Para su suerte, logró subirse antes de que el bus siguiera con su trayectoria. Hoseok jadeaba exhausto. Finalmente, aguardó unos segundos para recomponerse y poder pagar su billete.

En vista de que el autobús se encontraba abarrotado, no tuvo más remedio que permanecer de pie. Atesoraba la intención de maldecir en voz baja, pero entonces, interceptó a Yoongi incorporándose en la cola, en tanto se ubicaba a unos pocos centímetros de distancia. Sonrió inconscientemente, Yoongi se sumía, absorto, en su teléfono, sin acaparar su interese en él. «Está bien, no es como si hubiera una razón para que me prestara atención», razonó Hoseok, intentando desviar la mirada del rubio.

Hoseok recordó la carta que le escribió, había transcurrido apenas una semana desde la vez que discutió con Jungkook por no haberla firmado. A pesar de todo, Hoseok no tenía muy claro si su decisión había sido acertada, pues de haberlo hecho, tal vez, y solo tal vez, tendría la oportunidad de conversar con Yoongi. Pero ahora nunca lo sabría. ¿Al menos leyó la carta? Hoseok no tenía forma de saberlo, confiaba en que así fuera, su rostro cobró un tono rojizo de tan solo recordar el contenido de la carta, después de todo, realizó el intento de exteriorizar sus sentimientos en aquel escrito.

El moreno sonrió apenado, ansiaba conocer la opinión de Yoongi sobre la carta. Por otro lado, Hoseok fracasó estrepitosamente en su intento de evadir al mayor. El rubio alzó la mirada en su dirección, sonriendo, sin llegar a comprender las miradas sugestivas que  surcaba el rostro de aquel extraño.

—Hola— saludó Yoongi, por cortesía.

—Hola—respondió por igual, dando por finalizada su interacción. 

A Hoseok le asaltaron unas incesantes ganas de que la tierra se lo tragara. Se bajó en la tercera parada, negándose a aceptar que la primera conversación (si es que se podía llamar así) que mantuvo con el chico que le gustaba, había constado de dos sílabas.

—Soy estúpido, desde luego, Jungkook está en lo cierto— reprendió, componiendo un puchero.

La nueva tienda de su madre se hallaba a poca distancia de en donde se encontraban, solamente tuvo que andar unos escasos diez minutos antes de encontrarse en frente de «Pastelería Jung». El moreno sonrió enternecido, su madre trabajó muy duro para que se cumpliera su sueño.

La señora Jung abrió la puerta. Él accedió mientras se permitía dar saltos de alegría.

—¡Has visto que bien se ve!—felicitó, Hoseok asintió con emoción.

—Wow, mamá, ¡ha quedado irreconciliable a cuando lo compramos!

Ocho letras | Yoonseok; BTS [2] Where stories live. Discover now