Sed de Venganza

5.1K 674 169
                                    





Jungkook sabía muy bien que no poseía el mejor temperamento, su personalidad era reservada y su lengua demasiado cortante por lo que nunca se vio interesado en tener conversaciones con los demás, era tosco para entablar una conversación con alguien por más de cuatro minutos, si bien su madre lo educó de la mejor forma para que fuese respetuoso y agradecido con los demás las circunstancias lo llevaron a no querer mantener a alguien cerca de él, además por lo general su aura de muerte siempre terminaba espantando a todos.


En su vida tan solo había mantenido a dos personas junto a él sin contar a su madre, los años de amistad con ellos hizo que Jungkook logrará tolerar su presencia la mayoría de los días. Habían tantas personas a su alrededor que deseaban deshacerse de él que tuvo que ser demasiado cuidadoso desde que supo su origen, tan solo estás dos personas jamás lo trataron diferente o lo despreciaron por ello provocando en Jungkook un sentimiento como la amistad.


Su vida nunca fue fácil, Jungkook provenía de tierras oscuras de las que nadie en su sano juicio se atrevería a entrar. Su madre en su juventud había tenido la desgracia de conocer al que Jungkook años después conocería como su padre, ella era mujer humilde con una visión del mundo muy peculiar, ella siempre buscaba lo bueno de todas las situaciones y lo cuidaba como si fuera un tesoro, jamás necesito de la ayuda de su padre para poder darle una buena infancia, amor jamás le faltó.


Lastimosamente su madre había muerto hace 5 años atrás cuando el origen verdadero de Jungkook salió a la luz, así con tan solo 16 años tuvo que marcharse de las tierras oscuras y buscar un lugar donde esconderse de todas las personas que lo perseguían. Allí Jungkook encontró a los que se convertirían en  aquellos en los que podría confiar hasta su propia vida, hubieron momentos donde no tenía que comer ni techo en el cual descansar pero no estaba solo.


Los ojos azules de Jungkook parecían dagas a la vista de todos aquellos que trataban de detener su camino, muy pocas personas podían mantenerse firmes después de ver la furia con la que él joven salía del campo de entrenamiento. La cabeza de Jungkook buscaba la forma de lograr salir de ese lugar, buscar a sus amigos y jamás volver a poner un pie sobre ese reino.


Cuando logro estar seguro que ningún soldado lo seguía suspiró frustrado, los dragones son simplemente detestables. Había compartido 5 años junto a uno de estos pero parecía que su amigo era más tolerable, la quijada de Jungkook se tensó cuando recordó las palabras de ese dragón YeHyun.


Detestable.


YeHyun podía estar en el tercer lugar de las personas que detestaba hasta la muerte, la primera era sin duda alguna su padre y la segunda la esposa de este.


YeHyun poseía algo que hacía querer desgarrar su garganta de un mordisco o en el mejor de los casos destruir su alma, se sentía furioso de solo pensar en él, su amigo dragón era mil veces mejor que ese dragón mimado que solo se mantenía tras él descarado príncipe de este reino.


La vista de Jungkook viajó hacia todas las direcciones, esta era la primera vez que salía solo y sus pasos apresurados lo habían llevado hasta la parte principal del reinó, sus pies vacilaron un poco pensando si regresar por su camino o continuar.

La vista de Jungkook barrio el lugar, las casas no eran lúgubres como lo eran en su tierra de nacimiento sino alegres, habían niños corriendo por las calles y adultos caminando como si no hubiera nada que los preocupara, así relajando la expresión de su rostro y la furia de su corazón ante la necesidad de matar al dragón caminó hasta adentrarse más por las calles del reino.


Marca de Dragón •Kookmin• Where stories live. Discover now