2.2 Año nuevo, vida nueva

1.6K 133 63
                                    

Año nuevo, fecha en la cual las familias y amigos se reúnen en los templos para festejar juntos el inicio de un nuevo año, pero mi caso dista mucho de eso... Empezando porque estaba comenzando de nuevo en Tomoeda y mi familia ya había regresado a Hong Kong... gracias a Dios. Añadido a esto, era mi primer día de trabajo en el hospital central de Tomoeda y hasta el momento... Todo iba muy bien.

Había sido tajante con el director del hospital al decirle que no quería un trato preferencial por mi apellido y comenzaría en el área de urgencias como cualquier médico lo haría. Por eso aquí estaba... en mi primer día de guardia... y todo estaba tranquilo, demasiado tranquilo y aburrido. No deseaba que apareciera un paciente mal herido o algo por el estilo, pero ¡por lo menos quería atender a alguien con gripe!

Mi celular vibró y lo saqué del bolsillo. Era una video llamada del imbécil de Eriol.

¿Cómo esta mi nena favorita? —Idiota.

—Deja tu basura para otro día, engendro.

—¿Estamos de mal humor, mi vida? Ya te dije que tú eres el único en mi corazón.

—Eriol... si no quieres que te cuelgue dime para que mierdas estás llamando —dije, masajeando el puente de mi nariz.

Si eres niña, Shaoran —dice el muy idiota ¿Quién diablos era el que se andaba comportando como nena?—. Deja de lloriquear... solo quería saber de mi lobito favorito.

—Eriol... habla...

Déjame anexar al idiota de Takeshi.

—Estoy en el trabajo... a diferencia de ti.

Pues no te escuchas muy ocupado y animado con tu trabajo, dude...

—Solo estoy aburrido. No hay mucho que hacer... me imagino que es por la fecha.

La pantalla se dividió en dos y apareció el rostro adormilado de Takeshi.

¿Saben qué hora es, imbéciles?

—Hora de que te despiertes, bella durmiente —dijo Eriol.

Por lo menos ya no era su diana de burlas.

¿Para qué llaman? —dijo, rascando su ojo—. Ayer tuve que trabajar hasta las once de la noche en una estúpida sesión.

—Y con lo princesa que eres, seguramente estabas que matabas a la modelo —dije, riendo.

Shaoran... puedes burlarte de mí todo lo que quieras —dijo, entrecerrando sus ojos y una maldita sonrisa sagaz apareció en su rostro—, pero el simple hecho de que tengas la foto que yo tomé en el perfil de todas tus redes sociales, me hará ganador por siempre. —Maldito... tenía razón.

—Ya, ya, chicos. Hoy estamos reunidos aquí para hacerle la vida más llevadera a nuestro lobo favorito.

—¿Hoy no era tu primer día de trabajo?

Si... pero no hay pacientes, así que estoy un poco aburrido.

—Takeshi, tomate un laxante y simula que tienes problemas estomacales. Hay que salvarle el día a nuestro cachorro.

—En primer lugar, nunca atentaría en contra de mi propia salud —dijo, señalando con su dedo—. En segundo lugar, si estuviera enfermo del estómago, iría al hospital que me queda aquí cerca y no manejaría cuarenta y cinco minutos para que Shaoran me atendiera...

El mensaje que nos unióOnde histórias criam vida. Descubra agora