2. Orgullo destrozado con satisfacción

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Hace menos de dos años (por unos días) ...

01 de enero, fecha en la cual las familias y amigos se reúnen en los templos para festejar juntos el primer día del año. En mi caso, la situación distaba mucho de eso porque mi familia seguía en Kioto todavía, pero por lo menos Tomoyo había regresado para celebrar conmigo y eso era un alivio enorme.

Mientras rezaba, mi cuerpo comenzó a tiritar. No había nieve, pero la fría brisa traspasaba mi gruesa chaqueta, menos mal no me dejé convencer por Tomoyo de usar un kimono porque si no estaría congelada.

—Vamos a leer nuestra fortuna —dijo ella, jalando mi mano para arrastrarme hasta el puesto donde estaban repartiendo los pequeños pergaminos de la suerte.

Elegimos los nuestros y cuando abrí el mío, sonreí ¡Me había tocado el de la buena suerte! ¡Esto era genial! Mientras leía, mis labios tiraban más hacía arriba. Suerte en los estudios, en el trabajo, con la familia ¡Incluso en el amor!... Pero cuando llegué al mensaje, la sonrisa se borró de golpe.

"Una traición te llevara a nuevos rumbos. No te cierres a las nuevas experiencias"

¿Cómo una traición podía traerme buena suerte? Eso era absurdo.

—¿Qué te tocó? —preguntó Tomoyo, llamando mi atención.

Decidí dejar la interpretación del mensaje para después y le enseñé el pequeño papel que reflejaba en letras grandes "Buena suerte".

—El mío es el de suerte promedio, pero dice cosas buenas. Estoy segura que este año será genial para ambas —dijo con una sonrisa amplia, pero al ver algo detrás de mí, su rostro cambió drásticamente. Mi amiga frunció su ceño a más no poder y tensó su mandíbula con toda su fuerza. Eso no era bueno.

Extrañada, me giré con lentitud y me encontré con una... desagradable escena ¡El maldito de mi novio estaba allí con otra mujer!

—Ahora si lo mato, Sakura —dijo Tomoyo, furiosa—. Nadie te hace esto y sale ileso.

Tomoyo Daidoji era una mujer muy dulce, educada y gentil, generalmente. Pero no debían hacerla enojar, porque era peor que un demonio.

Al verla dar un par de pasos hacia ellos, me interpuse en su camino y negué con mi cabeza. Esto era algo que debía resolver por mí misma y sería muy... satisfactorio hacerlo.

Le di una sonrisa y caminé con lentitud hacia ellos. Mientras más me acercaba, más nauseas sentía por lo acaramelados que estaban. Agh... si esa chica supiera la basura que tenia al lado...

—¿Era ella el "asunto importante" que debías resolver, Haru? —pregunté con voz tranquila cuando estuve en frente de ellos.

Los ojos de Haru se abrieron completamente al escuchar mi voz y cuando sus ojos conectaron con los míos, comenzó a boquear más que un pez, quizás maquinando qué mentira podría sacarlo de esta.

—Sakura... —soltó en un susurró agudo.

Al salir de su embotamiento, el maldito cobarde intentó alejarme de la chica, pero no me dejé tocar por él. Con rudeza, quité sus manos de mi brazo y lo miré furiosa.

—¿Haru, quien es esta chica? —preguntó ella. Sus ojos pardos denotaban confusión.

—Yo... ella es...

—Soy su novia desde hace un año —le respondí, aparentando estar calmada cuando lo que quería era voltearle la cara a ese estúpido—. Espera... mejor dicho, soy su exnovia a partir de hoy.

—¿Qué? —Los ojos de la chica se inundaron de lágrimas y comenzó a exigirle explicaciones a Haru, mentiras que no estaba dispuesta a escuchar.

El mensaje que nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora