9. Orígenes, Prólogo.

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Él rió, besando su coronilla. "El obsequio que conseguí para ti- lo escondí cuando llegué. Revisa bajo tus almohadas."

Marinette levantó una ceja y se separó del abrazo para darle una mirada llena de sospecha. "No estás diciendo eso sólo para poder mirarme el trasero mientras subo la escalera, ¿verdad?"

"¡Absolutamente no!" Chat presionó una mano sobre su corazón y Marinette zumbó incrédula, aun cuando se alejó de sus brazos e hizo su camino de regreso a la cama. Él la siguió con la vista. "Difícil ahora que lo mencionas, este es un ronroneo involuntario."

Su flirtreo fue recompensado con un cojín volando directo hacia su cara. Chat carcajeó acunando el cojín mientras esperó a que encontrara el obsequio. Esperando que a ella le gustara...

"¡Chat NOIR!"

Okay. Quizá no.

Marinette se acercó pisando fuerte, el rostro rojo lleno de justificada... ¿furia? ¿vergüenza? ¿temor? Chat no lo supo identificar (pero junto con el chillido), se sintió inesperadamente atemorizado. "¿Princesa?" Respondió precavidamente.

Ella sacudió la cabeza, mostrándole la caja roja en la que se encontraba su obsequio. "¡No puedo aceptar esto!"

Su corazón se hundió y bajó la cabeza, intentando no lucir demasiado lastimado. Dios, lo sabía. Supo en el momento en que lo compró que era tonto. Debería haberle comprado algo práctico, como un suministro de por vida de artículos de costura, o una pasantía en la casa de costura de su padre- aunque eso hubiera sido complicado de explicar después. "¿Hay- hay algo malo con ello?"

Marinette lo miró, luego a la caja, y nuevamente a él y Chat sintió que se estaba perdiendo de algo. Luego de balbucear por unas cantas sílabas confusas consiguió soltar un, "¡CARTIER!"

Chat parpadeó, inclinando la cabeza hacia un lado. "Sí, es donde lo compré...err...¿no te...gusta...Cartier?" Quizá debería haber ido a Tiffany.

Nunca había visto los ojos de Marinette tan abiertos. Hubiera sido adorable sino hubiera estado tan perdido. "¡Chat! Yo- no es- me refiero, no. ¿Cartier está bien? !Fantástico¡ Pero no puedo aceptarlo, es- es- ¡¿como si quiera pudiste comprarlo?!"

Oh.

Oh.

Fue entonces cuando entendió, y quiso patearse. La idea de el obsequio siendo caro ni siquiera cruzó su mente. Desde luego Marinette conocía el precio, ¡era una estudiante de moda! Y ahora se encontraba allí, preguntándose como un aparente y típico superhéroe podía permitirse algo como un brazalete Cartier.

Maldición.

Cuando Chat tardó en responder (congelado en su propia estupidez), Marinette suspiró acercándose. "Chat..."

"¡Tenía un cupawn!" Soltó con voz estrangulada.

Ella frunció el ceño. "Chat."

"¡Tengo un salario de súper héroe!"

"No, no lo tienes." Dijo con un bufido.

"¿Soy un gato ladrón?"

"¿Enserio?"

"...No."

Marinette rió, asegurándose de estar sosteniendo bien la caja y no soltarla mientras sus hombros temblaron. "¿Es esta la parte en la que revelas que eres como, Bruce Wayne? Chico rico de día, super héroe vestido de negro por la noche?"

Ella carcajeó nuevamente, limpiando las lágrimas en las esquinas de sus ojos antes de percatarse de que era la única riendo. Cuando regresó la mirada a Chat, a su rostro pálido y sus labios apretados, su mandíbula cayó abierta. "¡Oh DIOS mío, lo errres!"

When Duty and Desire Meet. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora