3. Día de San Valentín, Parte Uno.

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SE DESMAYA EN ESPAÑOL.

Día de San Valentín

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Día de San Valentín

El día del amor, los amantes y las confesiones, el único día del año en el cual las calles eran decoradas con corazones, el olor a flores y chocolate barato flotando en los pasillos de la Universidad hasta que te hacerte sentir que podrías ahogarte en ellos. Alrededor del campus los vendedores preparan sus puestos para el día, vendiendo a un precio bastante alto mercancías de la festividad, esperando encontrar algún pobre olvidadizo que necesitara una compra rápida de último minuto para su pareja. Adrien Agreste era consciente de que aquel día era el día en que la gente estaba más activa sexualmente, básicamente el día en que la gente estaba más... ocupada en actividades amorosas. En secreto, siempre había querido estar entre toda esta gente. Después de todo, ser un hombre de 24 años quien nunca tuvo una novia (ni siquiera una cita) en el día de San Valentín era bastante patético. No importaba cuanto se esforzara Nino en convencerlo de lo contrario, y aunque en el fondo supiera que no era tan importante, el romántico en él deseaba disfrutar el día junto a alguien especial para él. De todos modos, estaba totalmente jodido. Y No, no en el buen sentido, ya que estaba enamorado. Total e incomprensiblemente enamorado. ¿El problema? Su interés amoroso no tenía ni idea. Y ella no le correspondía. Adrien suspiró, con la cara entre las manos, mientras se sentaba entre pilas de libros y notas en el fondo de la biblioteca. Marinette acababa de pasar para ofrecerle una sonrisa junto a un café antes de que empezara su clase sobre historia de la moda. Su gesto, llenándolo de calidez fue recibido con felicidad y tristeza. Él había esperado poder evitarla la mayor parte del día. Cuatro meses. Cuatro meses desde aquel día fatal que se había unido al Club de Juegos de Marinette. Cuatro meses desde que habían bailado en equipo y alcanzado el puntaje más alto jamás visto. Cuatro meses. Adrien no pudo evitar pensar que Cupido había comenzado su trabajo antes de lo habitual, porque había sido amor a primera vista. Una vez por semana desde aquella noche (dejando de lado algunas veces que Adrien tuvo que faltar por exámenes y por las vacaciones Navideñas), Adrien se dirigía a la sala 03B, divirtiéndose más de lo que lo había hecho en años, jugando al juego que fuera más votado.
No importaba que jugaran, lo más importante era el hecho de que Marinette estaba a su lado todo el tiempo. Realmente hacían un buen equipo. De hecho, eran prácticamente imparables cuando estaban codo a codo. Como resultado, obtuvieron la reputación de ser un dúo invencible listo para enfrentar a quienquiera que pensara desafiar ese título. Muchos lo hicieron, y muchos fallaron. Pero todo era de buen grado, como una competencia amistosa. Marinette era muy diplomática. Por primera vez en su vida, Adrien sintió que había encontrado un lugar en el mundo que parecía estar destinado a él, al menos en su personalidad civil. Antes de poder darse cuenta, tanto Marinette como Nino se habían convertido en las personas más presentes en su vida, como si siempre hubieran estado allí. Nino, con su optimismo inacabable, lo guió a través de los momentos en los que parecía que su trabajo nunca terminaría, y, a menudo, lo alejaba de dicho trabajo para obtener los tan necesarios recreos. Marinette también ayudó, pero de un modo diferente. Su método de animarlo era mucho más sutil; una rápida visita a su oficina después de sus horas de asistencia técnica, con dulces de la panadería de sus padres, enviándole memes graciosos, cosas como una bufanda que le había hecho para Navidad, pequeños detalles que hacían que su día fuera mucho más brillante.Esperaba sus reuniones tanto como la libertad de las patrullas que realizaba junto a LadyBug. Ese descubrimiento en particular lo había sacudido hasta la médula. No le había llevado mucho tiempo darse cuenta de que estaba enamorado. Plagg, de hecho, fue el que hizo que lo notara en primer lugar. Hizo muchos chistes acerca de que Marinette era su novia y, después de la millonésima vez que Adrien lo había corregido, algo finalmente hizo clic en su cerebro.

When Duty and Desire Meet. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora