CAPITULO 18 - Parte 4: SIEMPRE ES ÉL

59 5 0
                                    

En el hall de la entrada había una acumulación exagerada de alumnos. Muchos de ellos se abrazaban y saltaban de alegría mientras que otros incluso lloraban de tristeza. Owain se abrió paso entre ellos para llegar al tablón holográfico donde se podían ver las puntuaciones del examen.

Rápidamente buscó su apellido y pudo respirar aliviado al comprobar que estaba aprobado. Justo encima suyo estaba el nombre de Mina, que también había aprobado.

Al salir del caos, vio al maestro Elderwood entrando en una habitación, y decidió hacerle una consulta mágica. Algo le inquietaba y si alguien podía ayudarle en lo referente a la magia, era él.

Abrió la puerta y allí estaba él, limpiando las gafas con la punta de la bata blanca. El profesor lo miró, arrugó la frente y entrecerró los ojos para ver mejor de quien se trataba. Al no reconocerlo, se puso las gafas.

—Oh, Harvey, pasa.

—Quería hacerle una consulta mágica.

—Para eso tienes ya un tutor.

—Sí, pero Zack no es tan... mágico. Y usted lo sabe todo sobre eso.

—Me halagas, chico —dijo complacido—. Está bien, ¿qué quieres saber?

—Anoche... tuve un sueño. Un sueño en el que presenciaba lo que estaba experimentando otra persona. Pero al mismo tiempo, era real. Podía ver donde estaba esa persona, qué estaba haciendo y podía sentir lo que tocaba. Pero no podía controlar los movimientos ni nada.

—Por como lo describes, debe ser una proyección espacial.

—Es lo que he pensado. Mi madre tenía ese tipo de magia. Pero no es posible. Según tengo entendido, cada mago solo puede tener una magia principal y una secundaria. Yo ya tengo el fuego, y ahora estoy empezando a despertar la magia mental, según me dijo la doctora O'Connor. No es posible que usara la magia espacial.

—Créeme chico, soy un mago espacial de clase S. Sé reconocer una proyección espacial cuando me lo describen.

—Hay algo más —continuó—. Durante el examen, tuve la sensación de vivir dos veces lo mismo. Como si fuese...

—Una premonición.

Owain asintió y Hermes se llevó los dedos a la barbilla.

—¿Se está volviendo loca mi magia? ¿Es posible que mi cuerpo aun esté buscando la magia secundaria más compatible?

—No. Eso es imposible. La magia secundaria permanece para siempre en un mago una vez que se manifiesta. Ese suceso se llama 'desbloqueo'. Una vez que se desbloquea la magia secundaria, el resto quedan bloqueadas y se vuelven incompatibles.

Owain agachó la cabeza desilusionado por no haber obtenido una respuesta clara.

—No te preocupes Harvey, seguro que el estrés por el examen te ha afectado y tu magia se ha revolucionado. Seguro que tras las vacaciones te encontrarás mejor. Aprovéchalas para relajarte.

Owain salió de la habitación y se dirigió sin detenerse a su habitación. Ni siquiera cuando se cruzó con Tharja por el pasillo.

Cerró la puerta con fuerza y se sentó en el borde de la cama, con las manos agarrándose la cabeza y a punto de llorar de impotencia.

La puerta se abrió de nuevo y entró Mina, pero sin acercarse demasiado.

—¿Puedes dejarme solo un rato?

—He oído tu conversación con Elderwood.

Owain se soltó la cabeza y la miró inundado por la rabia.

—¿Qué parte?

—Todo.

—¿Cómo te atreves a escuchar conversaciones privadas? ¿Es que en esa mierda de isla no te enseñaron modales?

Owain estaba enfadado y no podía contestar de otra manera en este momento. Por eso le había pedido que le dejara solo.

—No te preocupes, entiendo que estés preocupado y alterado.

—¿Qué lo entiendes? —Owain se levantó— ¡Tú no entiendes nada! No sabes lo que es vivir con una magia que no puedes controlar, que actúa de manera imprevisible y que puede hacer daño a la gente que me rodea. ¡Soy un peligro para todos! ¡Así que deja de intentar ayudarme y lárgate!

—No pienso dejarte solo en este estado. No me iré hasta que no te calmes.

La mirada de Owain se afiló y sus manos se cerraban en puños.

—No me mires así —dijo ella con confianza—. No me das miedo.

—¿Ah, no? —Owain sonrió furioso.

Sus ojos se prendieron en un naranja intenso y algunas llamas salieron de su cuerpo. Se acercó a Mina mientras ella retrocedía hasta que su espalda chocó con la puerta. Entonces Owain golpeó con la mano abierta la superficie de la puerta, a la altura de la cara de Mina. Ella miraba de reojo las pequeñas llamas que salían de su mano, muy cerca de ella. Intentaba controlarse pero le resultaba imposible, y los nervios comenzaban a invadirle.

—Pero ahora sí te doy miedo, ¿no?

Mina lo empujó con fuerza y lo separó lo suficiente de la puerta como para salir rápidamente por ella.

Owain dio un par de puñetazos en la pared con la mano derecha y luego apoyó la frente en ella. Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos como si acabara de abrirse la presa de un rio y se dejó caer al suelo.

Sabía que había sido cruel con Mina, pero ahora mismo era la única manera que se le ocurría de que la chica que le gustaba se alejase de él y del peligro que suponía. 

El Sello de CainWhere stories live. Discover now