Capítulo 1: "Sus mejillas ya no eran rosadas"

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Me llevaron a una ambulancia, no entendía qué sucedía, todo era muy confuso, ¿dónde diablos estaba Clara? ¿Por qué no nos íbamos de una vez al hospital?

Una voz chillona, pero que reconocía, habló detrás mío. Sí, era mi madre, mierda, ¿qué hace ella aquí?

—Jodie, ¿estás bien? Amor...—acarició con su mano mi rostro— ¿Qué sucedió?

—Mamá, suéltame. ¿Donde mierda está Clara?

—Amor, Clara se fue.

—¿Cómo que se fue? ¡Yo también me quiero ir!— grité, mirando a un paramédico que vi pasar fuera de la ambulancia, pero éste me ignoró.

—No estás entendiendo, Jodie. Clara, falleció con el accidente.— no era posible, tomé todas las fuerzas que aún me quedaban y me levanté, mi madre me intentó detener pero la empujé, salí de la ambulancia y vi a los padres de Clara llorando. Corrí hacia ellos y noté una camilla, tapada, por una bolsa negra.

No podía ser, era imposible que allí estuviese Clara, corrí y me tiré sobre esa camilla, noté que me gritaban, no les di importancia, abrí el cierre de esa bolsa de un solo tirón y la ví, allí estaba ella, tenía unos grandes machucones, vi como sus mejillas ya no eran rosadas. Algo mojó su cara, era una gota de agua, que brotaba de mi ojo. Un doctor me tomó en sus brazos y me sacó de la situación, no luché, me dejé caer en él, lo abracé, necesitaba un abrazo, él me rodeo con sus brazos por la cintura y me susurró:

—Tranquila, todo estará bien.— Su aterciopelada voz me hizo estremecer, así que lo abracé más fuerte, noté que era joven, su voz lo hacía ver así, por lo menos.

Me fui desprendiendo de él, lo miré, las lágrimas apenas me dejaban verlo, pude comprobar lo que pensé de su edad, supuse unos 23 años, era mayor.

Clara volvió a meterse en mi cabeza, me intenté levantar, sin darme cuenta había terminado entre los abrazos de éste chico, pero me fue imposible.

—Te ayudo mmm...— Logró llamar mi atención.

—Jodie, ¿y tú eres...?

—Sebastián. Te ayudo, Jodie.— colocó su brazo por debajo de mi hombro y me ayudó a pararme— ¿En dónde está tu madre?

—Gracias, pero prefiero que me atropelles con tu ambulancia antes de tener que escucharla.

—Está bien— dijo riendo— Creo que no tienes nada, ¿a dónde vamos?— noté sus intenciones, el idiota pensaba en algo especial y yo acababa de perder a mi mejor amiga. Estaba a punto de decir "no" pero vi a mi madre a lo lejos.

—Sólo... Larguémonos de aquí.— me ayudó y nos dirigimos a una camioneta negra, entré en ella y, sin decir nada, Sebastián empezó el camino a quién sabe dónde.

DestinoWhere stories live. Discover now