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Capítulo 6. “Sin palabras”

Venus Sallow.

Por fin había llegado a la fiesta, no dejaba de recibir mensajes de Andrew reclamando el porque no lo esperé, lo único que deseaba era no encontrármelo.

Me coloqué el antifaz y entré a la fiesta, pude notar como los que no iban con uno no se les permitía la entrada, era un lugar bastante hermoso, era muy natural pero al entrar a el salón, debo de admitirlo, que buena organización, había una zona específicamente para todo, aaaay, me moría por ir a la zona de postres, pero... Subiría de peso y eso no debe de pasar nunca.

Me encontré con la señora Leonore, ella es la anfitriona de la fiesta ya que es la fundadora de su gran viñedo.

—¡Querida! que bueno que llegaste, creí que no llegarías, como ya son las diez, te tengo preparada tu mesa, justo en donde te gusta —es tan hipócrita, suele creer que yo no sé que mi padre se acostó con ella y piensa que no sé que me odia, aunque debo de reconocer que su vino es exquisito.

—Creí que todos debíamos usar antifaz —señalaba a una tipa que para ser honesta no es de mi agrado, Susan Rice, la chica que alguna vez fue mi amiga hace muchos años pero que al descubrir su enorme envidia hacia mi familia insulte sin duda alguna.

—Ah, hablas de Susan... Ahg, ya que puedo hacer, es mi yerna — ¿dijo yerna? jajaja, creo que debo comentarles que el hijo de Leonore, Ambrose Valentine estuvo locamente enamorado de mí y a Susan siempre la rechazó, creo que por fin me olvidó y le dio el sí—. El camarero te guiará a tu mesa, alejada de casi todos cerca de una fuente, como te gusta.

—Gracias, feliz veinte aniversario de tu vino Leonore —soné tan hipócrita que hasta ella lo notó.

Llegué a mi mesa, justo como lo había prometido, estaba muy alejada de todos, al aire libre y frente a mí una gran y maravillosa fuente rodeada de árboles y luces. Para mí mala suerte, Andrew ya estaba ahí.

—Sabes que, no pienso pelear contigo y mucho menos hablar contigo hasta que te disculpes —decía indignado cruzando los brazos.

—¿Perdona? Fuiste tú quien me dejó plantada ahí más de treinta minutos, yo no te voy a estar rogando y si te molesta mi presencia te puedes marchar —me miraba con coraje como si yo tuviese la culpa de todo, a final de cuentas no estaba tan equivocada con respecto a él, si es un patán.

—¿Compraste tu antifaz sin mí? Ten, ponte este —gritaba aún más indignado dándome un antifaz horrible color azul.

—En primera no voy a estar detrás de ti y en segunda odio el color azul así que no me voy a poner nada que tú me des —de aún más molesto fue y se retiró de ahí como si yo fuese la culpable de todo, ¿qué clase de hombre tan horrible es?

Dylan Montgomery.

Regresé a casa por mi hermana ya que sin ella no entro a la fiesta, cuando llegué se encontraba con el mismo problema que el mío en la mañana, ya no tenemos chóferes.

—¡Dylan! ¿Qué demonios es esto? —podía notar lo molesta que se encontraba mi hermana con el solo hecho de ver sus ojos.

—A mí ni me vean, es problema de Ana.

—Deja de ser tan igualado, ¡es nuestra madre! —me enojó su comentario y a pesar de eso decidí no pelear, tengo que mantenerla feliz si quiero ir a la fiesta.

—No se preocupen, llamé a mi amiga Susan y dice que ya viene en camino, ella nos llevará —dijo Alexander, porque me resulta familiar ese nombre... ¿no es la chica que odia mi hermana?

Perfect: Un amor bajo la sombra [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now