Capítulo 34: Manual básico de un duende

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Un montón de sentimientos encontrados surgieron en mi interior cuando nos conectamos con mamá árbol.

--Mamá! Como has estado?! Tuber y yo te extrañamos.

--Qué?! La holgazana descifró un anticuerpo?? Jajaja! Bien hecho! Hiedra sin dudas eres una buena influencia.

--Tuber agradece.

Eh?! Le estaban dando el crédito al rábano venenoso?! Jum!

--Hey! Mamá no seas injusta. No soy una planta tan mala!

--Holgazana, entiende que ambos lo lograron, por lo que puedo ver de ustedes, ambos sintetizaron el anticuerpo. Me alegra que sobrevivieran... Algunos de sus hermanos no lo lograron.

La tristeza nos inundó, mamá árbol nos ánimo diciendo que nuestra contribución al bosque salvaría las vidas de los supervivientes.

--Oye mamá... Que fue lo que entró al bosque?

--No lo sabemos. Los driocuervos ocultaron la presencia de un ser maligno. Un ser odiado por los dioses de los bosques de todo tipo.

--Sigue aquí?!

--No... Y no empieces con tu alboroto! Estamos bien por el momento.

Uffff! Me sentí aliviada, si mamá lo decía era más que cierto.

--Mamaaaaa! --grite en su raíz luminosa --la hermana driada estará bien?

Pese a que pregunte preocupada, la mega reyna no respondió. Una vez obtuvo la información, la luz cambió de tono y se volvió más intensa, ella estaba pasando toda la información del anticuerpo nuevo. Con ello estaríamos listos para combatir otro ataque.

Me sorprendió el hecho de que intentar ver algo de ella era imposible aún si estaba en "reposo", definitivamente las madres están a otro nivel.

--Mis respetos jefesita.

La nodriza está ocupada. Ya han hecho su parte, ahora nosotros haremos la nuestra.

Los otros duendes pervertidos llegaron, me refiero a los duendes ámbar.

--Tuber, no captes nada de lo que arrojen esos pervertidos.

Cubri a Tuber con mis hojas y afile mis espinas.

--Les enseñaremos a usar magia.

--Olvídalo Tuber, aprende todo lo que puedas.

.

.

.

Creían que una escuela era fea, difícil y una prisión?!

Deberían conocer a los duendes. Si alguien le heredó los genes malvados a mamá árbol eran ellos!

Las duendes savia y los duendes ámbar eran crueles a morir. Lo digo porque estuve apunto de morir más veces con ellos que con la driada!

En serio! el letrero de muerte inminente estaba fijo a un lado de ellos.

Lo primero y más básico de un duende era su capacidad de moverse a gran velocidad por los aires. Todos ellos ostentaban el título de planta andante y si era un duende, aunque fuera un vastaguito indefenso, yo también debía tenerlo.

Lo primero que hicieron fue echarnos al vacío al estilo Espartano.

--Ah! Tuber no te sueltes ahora si no te sueltes!

A duras penas nos sujetamos de una liana. La caída era muerte segura, una caída de no se cuántos metros porque no tenía el tiempo de estimarlos mientras pendiamos de un par de zarcillos.

🌱La chica planta contra el mundo🌱[Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora